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El derroche en RTVE: series de 15 millones de euros o Toñi Moreno cobrando sin trabajar

  • La última auditoría de cuentas de RTVE, a la que ha tenido acceso eldiario.es a través de filtrala.org, revela que la cadena pública gastó millones en programas cuya audiencia no justificaba el coste

La auditoría de 2014 de RTVE, a la que ha tenido acceso eldiario.es a través del buzón de filtrala.org, revela algunos gastos concretos en programas. Además de alertar de cierto descontrol en contratos y cuentas, desglosa los gastos en series y otros espacios. Cuéntame, Águila Roja e Isabel fueron las series más caras de la televisión pública. Un minuto sale a más 10.000 euros en los tres casos. Y en los tres casos, RTVE no pone medios propios, todo el dinero se lo llevan tres productoras.

¿Valió la pena el gasto con la audiencia que se consiguió? En estos tres casos la audiencia fue alta. Pero uno de los fallos generales que destaca la auditoría es que “en los programas en los que intervienen productoras no siempre se alcanzan los objectivos de audiencia que se incluyen en los contratos. En algunos casos, las audiencias están por debajo de lo que cabría esperar en función de sus costes”. A esto hay que sumar que RTVE no cumple la ratio de producción interna en los programas informativos -93% con medios propios frente al 100% preceptivo en el mandato marco- y mucho menos la cumple en los programas de entretenimiento -31% frente al 55% exigido-. Externaliza mientras gestiona con poca eficacia sus propios medios, según se desprende de la auditoría.

Es el caso de El pueblo más divertido, presentado por Mariló Montero y Millán Salcedo. Cada programa costó más de 320.000 euros. Se contrató a Cuarzo, la productora de Ana Rosa Quintana. RTVE le exigió una audiencia mínima del 13% en el contrato. Apenas llegó al 6%. La solución, al ver que no funcionaba, fue cambiarlo a un horario peor y después a la madrugada, con más dificultades para remontar. RTVE tenía la opción de suspenderlo por baja audiencia, como en todos los contratos, pero cometió un error previo. No los emitió para testarlos según se los entregaba la productora. Los pagó todos sin emitirlos. Cuando se evidenció que era un programa sin tirón, ya era tarde para acogerse a la fórmula de suspensión por baja audiencia.

La serie Águila Roja, pese a que tiene índices buenos, en su séptima temporada se dio un batacazo y cayó 7 puntos en audiencia hasta el 13%. Sin embargo, fue uno de los programas más caros de TVE: cada capítulo costó casi 800.000 euros. En total, más de 10 millones de euros pagados a la productora Globomedia, fundada por Emilio Aragón.

Cuéntame lidera el ranking del producto más caro con más de 15 millones de coste, aunque sus resultados son mejores, superan el 15%. El Ministerio del Tiempo, por su parte, no cumplió con las expectativas. Cada capítulo cuesta más de medio millón de euros, y no llegó en 2014 a la audiencia mínima del 13% que estableció RTVE. Se quedó en el 12,1%.

Además de que la auditoría ha detectado que a veces se firman contratos después de la emisión de los programas, también apunta otras irregularidades. Por ejemplo, el contrato de Mira quién baila, de la productora Gestmusic Endemol -propiedad en parte del magnate Murdoch- no lo firma el presidente de RTVE, pese a que es obligado ya que el contrato supera los dos millones de euros. Cada programa costó más de 300.000.

Toñi Moreno cobró por programas inexistentes

La presentadora de T con T, Toñi Moreno, sale también en los papeles del informe. RTVE acordó que podría suspender el contrato con la productora, Proamagna -cuyo dueño es Pablo Carrasco, exreponsable de Canal Sur con Manuel Chaves y que también produce el programa de Bertín Osborne-, si el programa no superaba el 11% de audiencia. No llegó ni al 5%. En lugar de quitar el programa, RTVE decidió reducir su duración a la mitad, aunque el coste solo se redujo un 12%, no el 50%.

Visto que seguía sin funcionar en antena, se decidió suspender la emisión en el programa 55. Sin embargo, Toñi Moreno siguió cobrando por los 21 programas que no se hicieron ni emitieron, ya que así se había firmado en el contrato entre la productora y RTVE, como reconoce el documento. Eso sí, a la presentadora -cuyos programas han recibido numerosas quejas y hasta una denuncia de la Fiscalía- le restaron de los honorarios el “beneficio industrial”. No lo hubo porque nunca se emitieron. RTVE confirma este pago pero lo justifica en que así se firmó entre las partes en el acuerdo, “y al menos es más barato pagar a la presentadora que pagar por el programa completo sin emitir”.