Al menos 30 habitantes de la isla mexicana de Cozumel protestaron esta noche por la llegada a este puerto del crucero MSC Maraviglia con 4.580 pasajeros, después de que Jamaica e Isla Gran Caimán rechazaran su petición de atracar en sus puertos por un caso sospechoso de coronavirus, que ya fue desmentido por la compañía propietaria del barco a las autoridades mexicanas.
A pesar de que las autoridades de México ya habían informado por la tarde de que estudios clínicos habían descartado la presencia del coronavirus en un miembro de la tripulación que tenía un cuadro agudo de enfermedad respiratoria, los 30 habitantes comenzaron a reunirse a las 21.00 horas locales (02.00 GMT) en el muelle de cruceros de Punta Langosta.
La compañía naviera que opera el crucero confirmó, en un comunicado, que el barco ya se encuentra en aguas de Cozumel desde la noche del 26 de febrero, pero que no ha podido entrar al puerto debido a “situaciones desfavorables con el clima”, entre ellas la prevalencia de vientos de 35 a 40 nudos y condiciones de tormenta.
Añadió que el pronóstico meteorológico prevé las condiciones adecuadas para entrar a puerto a las 08,00 hora local (13,00 GMT) de este jueves.
“Tan pronto esto suceda, la tripulación ya ha acordado con las autoridades” el dirigirse al puerto, se indica en la nota de la compañía .
El alcalde de Cozumel, Pedro Joaquín Delbouis, anunció que un grupo de inspectores de sanidad internacional ha abordado el barco con la intención de corroborar el diagnóstico médico del miembro de la tripulación.
“Llegó a la isla un convoy preparado por la misma secretaría de Salud, de médicos, que subirá al barco (...), la comitiva subirá a la embarcación y se harán los análisis respectivos al paciente, es decir, se corroborará con el médico del crucero si este diagnóstico es totalmente cierto”, explicó el alcalde.
Confirmó que si existiese “la más mínima discrepancia con el diagnóstico emitido por el personal médico interno del crucero, se impedirá su desembarco”.