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Radiografía de la pandemia al entrar en 2021: casi dos millones de casos, más de 50.000 fallecidos y la amenaza de la tercera ola

La pandemia de COVID-19 no ha terminado por más que se haya lanzado la campaña de vacunación masiva. Sigue muy activa en España y en el mundo. De hecho, los indicadores se incrementan desde hace días, dibujando un panorama que los epidemiólogos califican de “preocupante”. Se le llame o no se le llame tercera ola, la enfermedad vuelve a repuntar. La COVID-19 roza los dos millones de infectados en España y supera los 50.000 fallecidos con diagnóstico confirmado, según el registro del Ministerio de Sanidad a partir de los datos de las comunidades autónomas. Si se consideran aquellos casos con alta sospecha de tener SARS-CoV-2, como hace el INE, la cifra escalaría mucho más. Esta es la radiografia que ofrecen los datos epidemiológicos al comenzar 2021.

La curva sube otra vez

El coronavirus ha vuelto a incrementar su circulación en España. Es decir, crecen los contagios. Este jueves se comunicaron más de 18.000 nuevos casos, el peor dato en el último mes y medio.

Este lunes, el director del Centro de Emergencias, Fernando Simón, hablaba de “posible estabilización” del repunte, pero le ponía sordina: “Con mucha prudencia”. La semana ha diluido esa pequeña esperanza. El patrón de comportamiento de la pandemia se ha repetido de nuevo al crecer la transmisión tras fechas marcadas como festivas. Ha ocurrido con el puente de la Constitución y se espera el embate de la Navidad. Después puede llegar, en ese misma línea, la resaca de la Nochevieja ya entrados en 2021.

La incidencia

La incidencia acumulada en los últimos 14 días en España, que muestra la relevancia de la pandemia, se ha colocado en los 279 casos por cada 100.000 habitantes. Es el peor dato desde finales de noviembre y sigue evolucionando al alza en casi todas las comunidades autónomas.

Sin embargo, algunas regiones como las Islas Baleares, Madrid o Extremadura muestran unos datos con los que parece que la enfermedad aprieta y se escapa de control. En el archipiélago balear y Extremadura, dos de las comunidades que mejores datos habían registrado en las dos primeras olas, se han superado ya los 500 casos y en la Comunidad de Madrid se rozan ya los 400 nuevos contagios por cada 100.000 ciudadanos en dos semanas, seguida muy de cerca por la Comunitat Valenciana, ambas en plena escalada. Las condiciones meteorológicas del invierno, que han aportado un frente frío intenso, favorecen los encuentros en ambientes cerrados. Un ingrediente más para que esas incidencias se disparen hacia arriba al arrancar enero si no se evitan las situaciones de riesgo epidemiologico: reuniones numerosas, con poca distancia, a cerrado y relajando las medidas de prudencia en un entorno festivo.

La última actualización del mapa con los datos de más de 5.400 municipios que elDiario.es publica cada semana apunta en la misma dirección. Más de la mitad de la población española vive en localidades donde los contagios están creciendo. Solo una cuarta de la población española reside en municipios donde los casos han descendido en las dos últimas semanas. Preocupan los datos de grandes capitales como Madrid o Barcelona donde los casos han crecido un 62% y un 92% respectivamente en las dos últimas semanas. En Palma, la capital con mayor incidencia –790 casos por cada 100.000 habitantes en dos semanas–, el incremento ha sido de más de un 100% en ese tiempo.

Los fallecidos

Es el dato más dramático que va agrandándose mientras no se dé con un tratamiento específico o se complete el plan de inmunizacion colectiva a base de la administración de vacunas. Lo primero, al arranque del año nuevo, parece todavía lejano. Lo segundo tomará meses, por lo menos hasta el verano, cuando pueda estar inmunizado alrededor del 70% de la población.

En la segunda ola que se produjo en otoño, el pico de fallecimientos llegó a finales de noviembre, casi un mes después del pico de contagios de inicios de ese mes. Estuvo cerca de los 300 muertos. Con dientes de sierra, los esfuerzos consiguieron que se redujera la cifra a unos 120 ya enfilando el cierre del año, pero estos últimos días ha vuelto a crecer (el 31 de diciembre han sido 148). La pandemia ha demostrado que el precio en vidas llega siempre con retraso respecto al incremento de casos.

La cifra oficial de fallecidos por COVID-19 que ofrece Sanidad se refiere a personas con diagnóstico confirmado y supera los 50.000, aunque el Instituto Nacional de Estadística muestra una imagen más cercana a la situación real a pesar de que pueda tener imprecisiones diagnósticas porque recopila datos en los que los enfermos sospechosos de padecer COVID que fallecen también los adjunta a esta estadística.

Presión asistencial

La gran preocupación. A más casos generales, mayor volumen de enfermos que precisan ingresar en un hospital. Y, al final de la cadena, también se producirán más cuadros severos que van a necesitar entrar en las UCI.

Al empezar 2021, la situación general es que casi una de cada diez camas de hospital en España tiene un paciente COVID. Y uno de cada cinco puestos de cuidados intensivos es para un enfermo con el coronavirus. Ambos porcentajes hablan de la presión creciente que hay en el sistema sanitario. En un contexto de ascenso del número de contagios, la capacidad para atender a todo el que lo precisa se empieza a resquebrajar. En la primer ola, los hospitales se dedicaron en exclusiva a la pandemia. En la segunda, sin llegar a ese extremo, sí hubo centros en diferentes comunidades autónomas que ralentizaron consultas, suspendieron cirugías y pospusieron diagnósticos. Numerosos centros de salud se vieron desbordados ante la acumulación de tareas: atender pacientes, rastrear cadenas de contagio y recuperar el tiempo perdido durante la primavera con los enfermos crónicos. Por si fuera poco, en enero, el país está en plena temporada de incidencia de gripe. Y en las próximas semanas, los centros de salud deberán abordar también la campaña de vacunación.