Tordesillas es un polvorín. A mediodía de este jueves se enteraban de que la Junta de Castilla y León (PP) ha decidido que no haya muerte del toro en el festejo Toro de la Vega. Ha sido la chispa que ha prendido una hoguera que muchos esperaban. Las últimas celebraciones del Toro de la Vega han estado acompañadas de agresiones y hostigamiento a animalistas que han ido a protestar a Tordesillas.
Un joven, que no llega a los 30 años, arremete contra los medios de comunicación “porque manipuláis” y “contáis lo que queréis”, aunque sin grabadoras ni micrófonos se suelta en defensa del Toro de la Vega y anuncia que la próxima semana “en la plaza de toros de Las Ventas se sabrá nuestra opinión”. “Es una verdadera tragedia. No es ni normal ni lógico”.
Otro hombre, ya jubilado y que prefiere no dar su nombre, dice en la Plaza Mayor de Tordesillas que es algo “normal que se elimine este festejo”, aunque reconoce que quizá “no se ha hecho de la mejor manera posible”. Y añade una posible solución: “Que se hubiera prohibido poco a poco”.
La misma tarde de la aprobación del decreto ley, el alcalde de Tordesillas, José Antonio González Poncela (PSOE), acompañado por el portavoz del PP, Miguel Ángel Oliveira, comparecía en una rueda de prensa multitudinaria. Ambos jaleados por vecinos que mostraban su apoyo al Consistorio.
Un hombre, que se definía como el ganadero que ha vendido algunos Toros de la Vega, de la “familia Puertas”, consideraba el Decreto de la Junta como “una injusticia” y decía estar “superdolido” a las puertas del Consistorio. “Dicen que es una salvajada, pero el toro sufre más en la plaza o en las calles que en este festejo”.
El más exaltado fue el candidato de Unidad Regionalista de Castilla y León al Ayuntamiento de Tordesillas, José María Sigüenza, conocido como Rusky, quien pidió que “la gente se eche a la calle” porque es una “auténtica vergüenza”. “Hemos perdido esta batalla”.
La convocatoria de Ayuntamiento sirvió para anunciar que acudirán a los tribunales para luchar por lo que consideran una “vulneración” de diversas leyes, de las mismas que “han aprobado en el Estado”. Nadie en el salón de actos del Ayuntamiento ofrecía una opinión en contra. Solo en la calle. Y algunos. En Tordesillas ser antitaurino no es políticamente correcto.
El último torneo fue nulo
En la rueda de prensa solo se hablaba de anular, aunque la modificación no impide que se celebre todo el festejo. Según el reglamento por el que se rige este torneo, si el toro alcanzaba en su huida la vega, salvaba la vida. El año pasado, a pesar de haber ganado la lucha, Rompesuelas, como se llamaba el toro, recibió lanzazos mortales tras haber llegado a la zona de salvación. Y también los recibió por la espalda, otro aspecto fuera de las normas por las que se ha venido celebrando el Toro de la Vega. El torneo fue declarado nulo a posteriori.
“Vamos a seguir luchando para que el Toro de la Vega se siga celebrando en los próximos años como se ha hecho en los últimos 500 años”, según el alcalde. Defendió la “legalidad” del festejo y criticó que Tordesillas desconociera la medida impuesta por la Junta, “hasta esta mañana, cuando estábamos en misa por la muerte de un guardia civil”. El portavoz del PP, Miguel Ángel Oliveira, criticó abiertamente a su partido por la falta de definición, tanto “por parte de Juan Vicente Herrera, presidente del Gobierno de Castilla y León, como por Mariano Rajoy”.