El Ministerio de Educación ha enviado a las comunidades autónomas el documento definitivo con sus recomendaciones sanitarias y medidas de seguridad para el próximo curso. El texto surge de la última conferencia sectorial, cuando el departamento de Isabel Celaá presentó su borrador e instó a las consejerías autonómicas a realizar sus aportaciones, que ya ha recibido e incluido (algunas) en el documento.
Educación recuerda que, con carácter general, existe “la obligación” de mantener la distancia de seguridad de metro y medio entre personas. Esta es la única cuestión que puede imponer el Gobierno central porque así aparece en el decreto que regula la llamada nueva normalidad. El resto de medidas no pasan de la categoría de “recomendación”, dado que las comunidades tienen las competencias en Educación y Moncloa no puede obligar a nada.
Bajo esta premisa, Educación explica que para las etapas de Infantil y Primaria “se puede optar por la alternativa de establecer grupos de convivencia estables de entre 15 y 20 alumnos” que no necesitarán mantener la distancia, pero tendrán que evitar el contacto con otros grupos. Al no estar explícitamente regulado, los Gobiernos regionales podrán elevar el número de alumnos de estas unidades de convivencia hasta los 25 alumnos que establecen las ratios como el máximo por clase. Para las etapas superiores, Secundaria obligatoria y postobligatoria, el máximo de alumnos por aula será el que permita la distancia de seguridad.
Los ministerios de Educación y Sanidad, que también ha participado en la elaboración del texto, introducen una novedad entre las recomendaciones. Pese a que el documento afirma que “se garantizará la asistencia presencial diaria de todo el alumnado”, prevé que esto no pueda ser posible “por la evolución epidemiológica o la falta de espacios”, en cuyo caso se podrá contemplar “una modalidad mixta (combinación de educación presencial y a distancia)”.
Especifica el texto que, de darse esta situación “se mantendrá la presencialidad en los niveles y etapas inferiores (hasta los 14 años)”, pero está por ver cómo interpretan las comunidades, que al final tienen las competencias, la posibilidad de que los alumnos de 3º y 4º de la ESO y Bachillerato (que son los mayores de 14 años y por tanto los que no acudirían a los centros en caso de que hubiera que priorizar la docencia presencial) puedan no acudir a los centros a diario “por falta de espacio”. Esta circunstancia (la falta de espacios) se va a dar con una certeza de casi el 100%, dado que muchos colegios e institutos albergan alumnos muy por encima de sus posibilidades y no tienen espacios para habilitarlos como aulas.
El ministerio especifica también que “se procurará reducir al mínimo los desplazamientos de grupos de alumnos por el centro”, por lo que recomienda “que sean los profesores quienes acudan al aula de referencia”. Respecto a la gestión de espacios, también propone la administración realizar “la entrada y salida escalonada del centro educativo” o, habilitar distintos espacios para entrar y salir, de manera que se eviten las aglomeraciones.
Las recomendaciones también regulan el uso de las mascarillas en los centros. No serán obligatorias para Infantil ni en Primaria “siempre que estén dentro del grupo de convivencia estable”. Cuando no lo estén, sí tendrán que llevarla si no pueden mantener la distancia de metro y medio.
Esta misma política se aplica para los alumnos de Secundaria. Tendrán que utilizar la mascarilla solo cuando no puedan mantener la distancia de seguridad y por tanto estarán exentos de usarla en clase, donde esa separación mínima debe estar garantizada.
Una normal similar funciona para los profesores, aunque la indicación es algo más ambigua. “Se recomienda su uso obligatorio, siempre que no se pueda mantener la distancia de seguridad”, dice el documento. Los tutores de Infantil y Primaria podrán prescindir de uso también cuando estén con su grupo de convivencia estable.
Donde sí habrá que utilizar mascarilla será en el transporte escolar, excepto los menores de seis años.
Comer en el aula
El documento especifica que “se podrán utilizar las propias aulas para comer”, con la vista puesta especialmente en las unidades de convivencia estable. Cuando no sea este el caso, se propone establecer turnos para que estos grupos tengan cada uno su espacio y tiempo para comer en el caso de los menores de diez años. Los mayores de esas edad tendrán que mantener la distancia de seguridad de metro y medio si utilizan el comedor.
El texto también establece unas recomendaciones para la limpieza de los centros. Cada escuela debe preparar su propio protocolo, pero Educación recomienda al menos una limpieza diaria, tres en el caso de los aseos, y “una especial atención en las zonas comunes y superficies de contacto más frecuentes”. Los directores ya han advertido de que esta es una de las complicaciones que se pueden presentar, toda vez que los servicios de limpieza suelen estar externalizados y dependen de las Consejerías o incluso de los ayuntamientos, que suelen ser los dueños de las escuelas de Primaria e infantiles.
Se recomienda también ventilar frecuentemente durante al menos cinco minutos (10 si la sala ha sido utilizada anteriormente) y “priorizar las actividades al aire libre, escalonar las entradas y salidas y las horas de recreo”.
Por último, cuando se detecte algún caso sospechoso de COVID-19 esa persona, sea alumno, docente o personal de servicio, deberá ser aislado en un espacio individual, colocarse una mascarilla quirúrgica y contactar con el centro de salud de Atención Primaria de referencia para los servicios sanitarios se hagan cargo y realicen la correspondiente labor de identificación y seguimiento de los contactos que haya tenido esa persona.