La crisis ha llegado, para quedarse, al Vaticano. Como adelantó elDiario.es, la Santa Sede tendrá un déficit acumulado en estos dos últimos ejercicios de cien millones de euros, fruto del brusco descenso en el número de visitantes por la pandemia, el cierre de los Museos Vaticanos y la disminución de los alquileres de la Iglesia en el centro de Roma. Y el Papa ha tomado una decisión: que los cardenales, y los jefes de los dicasterios de la Curia vaticana, se rebajen el sueldo.
Así, desde el próximo 1 de abril, los purpurados cobrarán un 10% menos, mientras que los responsables de los 'ministerios' vaticanos verán reducido su sueldo un 8%. “Un futuro económicamente sostenible requiere hoy, entre otras decisiones, la adopción de medidas relativas a los salarios del personal”, argumenta el Papa en su orden, que también prevé que religiosos, sacerdotes y monjas que trabajen para la Santa Sede sufran un descenso del 3% en sus sueldos, y que todos los empleados –incluidos los ya mencionados– verán bloqueado los reajustes por antigüedad hasta 2023, excepto los empleados laicos que trabajen en los puestos más bajos del escalafón vaticano.
El objetivo, añade Francisco, no es otro que “salvar los puestos de trabajo” en un momento en que el Vaticano tendrá “los gastos más bajos de la historia”, con una caída estimada de los ingresos del 30% respecto a 2019 (213 millones frente a los 307 millones de aquel año), lo que le llevará a utilizar parte de sus reservas para paliar un déficit que, solo en 2021, está previsto en 80 millones de euros. Con esta previsión, se espera que los números rojos de este año alcancen los 50 millones, que sumados a otros 50 del año pasado llevan al Vaticano a asumir un déficit de 100 millones a lo largo de la crisis del coronavirus.
La decisión papal, afirma la Santa Sede, fue motivada por el “déficit que desde hace varios años marca la gestión económica de la Santa Sede” y sobre todo por la situación generada por la pandemia, “que ha afectado negativamente a todas las fuentes de ingresos de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano”. La finalidad de la disposición es contribuir junto con otras medidas para un futuro económicamente sostenible para la misión de los organismos centrales de la Iglesia.
Juan Carlos Cruz, a la Comisión antipederastia
No ha sido la única sorpresa que ha traído este miércoles el 'Bolletino' de la Santa Sede, una especie de BOE vaticano. Junto al recorte de sueldos, el Papa ha nombrado al chileno Juan Carlos Cruz nuevo miembro de la Comisión Pontificia de Tutela de Menores, que asesora a Francisco en su lucha contra la pederastia en la Iglesia. Cruz, una de las víctimas de Fernando Karadima, es uno de los líderes del movimiento de las víctimas para exigir transparencia a la Iglesia contra los abusos a menores, y también ha sido uno de los grandes críticos de la reciente declaración del Vaticano contra la bendición de las parejas homosexuales. De hecho, su nombramiento ha sido interpretado en círculos vaticanos como un nuevo gesto de Bergoglio para reconciliarse con el colectivo LGTBI, muy molesto con la nota de Doctrina de la Fe que prohíbe bendecir uniones homosexuales.
Juan Carlos Cruz, homosexual declarado, es uno de los apoyos más cercanos del Papa en este tema. De hecho, en 2018, Francisco invitó a Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo (tres de los denunciantes de los abusos en la Iglesia chilena) a pasar unos días con él en la residencia vaticana de Santa Marta. Allí, el Papa 'bendijo' al chileno, preocupado por la discriminación de la Iglesia católica a los homosexuales. “Dios te hizo así. Dios te ama así. El papa te ama así y debes amarte y no preocuparte de lo que dice la gente”, respondió Francisco.
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