El rector de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) de Madrid, Javier Ramos, ha contratado a tres arquitectos, un arquitecto técnico y un ingeniero como funcionarios. Lo ha podido hacer porque ha elegido la modalidad de funcionario eventual. Es una figura de nombramiento discrecional que se utiliza para cargos de confianza, normalmente para asesores. Expertos en derecho administrativo confirman que es habitual para un “abogado de confianza o jefe de prensa de confianza o asesor de confianza... Lo de arquitecto de confianza es más sorprendente”.
Al ser eventuales, son temporales, se les nombra y cesa discrecionalmente y su trabajo acabará cuando Ramos deje el rectorado. Pero su salario sí es el de los funcionarios y suman entre todos casi 350.000 euros de dinero público, ya que la universidad se financia y paga a través de los presupuestos de la Comunidad de Madrid, unos 120 millones de euros al año.
El pasado 23 de febrero, el consejo de gobierno de la URJC aprobó una modificación de su listado de puestos (llamada RPT, Relación de Puestos de Trabajo de Personal Funcionario), para crear 12 nuevos nuevos empleos en la Universidad de Personal de Administración Funcionario. Según las actas de aquel consejo, a las que ha tenido acceso eldiario.es y que deberían ser públicas (está colgado el orden del día pero no su contenido), se autorizaron estos nuevos puestos públicos con el informe favorable de la Gerencia. Todos ellos dependen directamente del rector y son de la escala alta (A1 y A2).
Sus salarios son variados. Según lo aprobado, desde los 19.532 del que menos cobra a los 33.395 euros del que más. Pero eso es solo el complemento específico. Si sumamos el salario base, el complemento de destino, las pagas extra y la seguridad social, la cifra es mucho mayor. El que menos cobra, uno de los arquitectos, tiene asignado un sueldo de unos 43.000 euros. El salario más alto, para otro de los arquitectos, es de 65.000.
Algunos expertos en derecho y especialistas en gestión universitaria consultados coinciden en lo anómalo de convertir perfiles técnicos como estos en funcionarios eventuales. El procedimiento habitual, en caso de que haya que hacer obras importantes o reformas en la universidad, o construir nuevos edificios, es sacar a concurso público el proyecto y la infraestructura que se quiere construir, no incorporar a los técnicos a los puestos laborales para futuras obras. De momento, una de las construcciones más polémicas durante el corto rectorado de Javier Ramos ha sido la de un hangar construido por la universidad y cedido por 25 años a una empresa, como ha publicado El Confidencial.
El caso es que la Universidad ya cuenta con una oficina de insfraestructuras con varios responsables. La jefa es María Isabel Blázquez López, que no ha respondido a las llamadas de eldiario.es. Fuentes de la Universidad confirman que en esa oficina técnica trabajan, en régimen de funcionario, un arquitecto, un arquitecto técnico, un delineante y una ingeniera técnica industrial.
¿Para qué necesita Ramos otros cinco expertos en obras que cargan cientos de miles de euros en el gasto salarial de la institución? La Universidad ha respondido a eldiario.es que “este equipo de arquitectos e ingenieros se encargarán de las obras de los próximos tres años, incluyendo aularios, laboratorios o espacios de investigación. Esta Universidad tenía 25.000 alumnos y hoy tiene 46.000”.
Esas nuevas plazas creadas el 23 de febrero, un mes antes del estallido del escándalo del máster de Cifuentes, ya tienen dueño con nombre y apellidos. eldiario.es ha podido conocer el nombre de cuatro de los cinco nuevos funcionarios, que, además, ya están dados de alta en la intranet de la URJC. Algunos aparecen ya con correo corporativo. Sin embargo, ninguno tiene aún asignado públicamente teléfono o despacho en la Universidad que les paga. Dónde se les puede encontrar es un misterio.
Un lunes, en su estudio privado
Además, los cuatro profesionales cuyo nombre ha podido conocer eldiario.es tienen también negocio en el sector privado, algo absolutamente incompatible con ser funcionario. Por ejemplo, Rosario Campos Rodríguez de Tembleque y Marta Chaves Galán. Ambas estaban en la mañana de este lunes trabajando en su propia empresa, Ladrillo Hueco Doble Arquitectura SL, y eldiario.es las ha localizado en el fijo de este estudio. Campos estaba al teléfono y no se ha puesto, pero sí Chaves, que contesta afirmativamente sobre su contratación, pero no quiere hablar más sobre su perfil o función en la Universidad: “Consultadlo con la Universidad, si queréis. Cuando os hayan dado el visto bueno, os ponéis en contacto con nosotros”.
Ambas son administradoras de la empresa, algo que también se salta la normativa de funcionarios. Según especifica la Ley 53/1984 de Incompatibilidades, para trabajar en la pública y la privada a la vez hay que solicitar un permiso especial que reduce el salario como funcionario. Más aún si el empleado público pertenece a consejos u “órganos rectores” de empresas dedicadas a la misma tarea que la institución pública para la que trabajan (art. 12.1.b), justamente el caso de estas dos arquitectas. Ellas no han dado la oportunidad de preguntar sobre si existe ese permiso o por qué un lunes por la mañana están en su despacho privado y no en la Universidad que les paga. Chaves se remite a la Universidad.
Es un caso similar al del ingeniero Ángel de Diego Caballo, del estudio Kobe, que también figura ya como personal en la web de la URJC. Él cobrará unos 54.000 euros al año sumando salario base y complementos (al ser el único ingeniero su salario es conocido porque solo hay un perfil para esa tarea). Es el dueño de la empresa y tampoco quiere hablar, aunque asiente sobre su relación laboral con la Universidad pública: “Es que no quiero hacer declaraciones. No le puedo atender”. Tampoco quiere contestar sobre si ha pedido el permiso de compatibilidad.
Santiago Durán tiene también su propia web en la que muestra sus proyectos en el sector privada, una firma que lleva su propio nombre. ¿Tiene el permiso de compatibilidad necesario para seguir trabajando en su estudio y ser a la vez funcionario? En la misma línea, elige no contestar: “Eso se lo tienes que consultar a la Universidad”.
La Universidad de momento no ha contestado a esta pregunta particular y emplaza a eldiario.es a este martes para dar una explicación sobre las posibles incompatibilidades.