Tras dos meses de protestas, con un encierro incluido de 10 horas este jueves en el Ministerio de Sanidad, los MIR han conseguido algunas concesiones del departamento que dirige Carolina Darias. Sanidad se ha comprometido con los representantes de todos los sanitarios que tienen que elegir plaza ahora para empezar su formación especializada a partir de este verano (los médicos residentes, pero también enfermeras, farmacéuticas, físicas, psicólogos, biólogos o técnicas de rayos) a realizar la adjudicación de destinos en bloques de 400 y no todos a la vez como hasta ahora; a que las posibles incidencias que surjan durante el proceso se resuelvan antes de seguir avanzando; a mantener una web actualizada sobre las plazas seleccionadas para facilitar la elección, a retrasar la incorporación de los sanitarios a sus puestos hasta el 16 o 19 de julio; y a negociar con representantes de la profesión para perfeccionar el sistema de elección de plaza en un futuro “aproximando el sistema a la elección en tiempo real”, según el documento de Sanidad, al que ha tenido acceso este diario.
“Es un gesto de buena fe del ministerio, el primero en dos meses”, concede Alejandro Cuéllar, portavoz de la plataforma FSE (Formación Sanitaria Especializada), que aglutina a cerca de 10.000 sanitarios a la espera de destino y parte del equipo negociador que se ha pasado el martes en el ministerio mientras centenares de compañeros los respaldaban en la puerta de Sanidad. “Eran necesarias y se acogen con gran aplauso y alegría, aunque mi impresión personal es que en este momento son insuficientes porque el sistema puede seguir dando fallos”. En cualquier caso, explica Cuéllar, más allá de su impresión personal la plataforma en su conjunto tiene que decidir ahora si acepta estas medidas de Sanidad o mantiene las protestas.
El encierro ha sido la respuesta de los responsables de la FSE y los sindicatos médicos, que apoyan la reivindicación, a la reunión de este martes, que en su primera parte ha venido a ser una réplica de la que tuvieron el pasado viernes, denuncian los sanitarios. Sanidad no parecía dispuesta, por el momento al menos, a cambiar el sistema de elección de destino que ha diseñado para este año, que rompe con la tradición de la elección a tiempo real tras el paréntesis del año pasado provocado por la pandemia, según la FSE. Finalmente, aproximadamente a las 9 de la noche se ha alcanzado este compromiso de Sanidad y se ha levantado el encierro. Queda que la FSE lo respalde o no.
Históricamente, los sanitarios que van a hacer la residencia en la que se especializarán elegían su destino (especialidad sanitaria y centro en el que hacerla) en tiempo real. Los candidatos se ordenaban según la nota obtenida en el examen correspondiente y, por orden y de manera presencial, en la sede de Sanidad, iban eligiendo destino en grupos de 400. Por ejemplo, si el primero elegía Dermatología en el hospital de La Paz de Madrid, esa plaza le era adjudicada automáticamente y dejaba de estar disponible. El siguiente candidato podía ver en el momento las plazas que quedaran disponibles y tenía unos minutos para elegir en consecuencia.
Pero Sanidad cree que este sistema es obsoleto y lo ha cambiado este año por uno telemático. Ya lo intentó el pasado, pero el Tribunal Supremo lo acabó tumbando porque la orden que regulaba el proceso no lo había previsto así, y acabó siendo una especie de sistema híbrido. Este año se ha completado el cambio y la elección (o adjudicación, según a quién se le pregunte) será totalmente telemática y no en tiempo real. Según el sistema que había diseñado Sanidad, los candidatos tienen que rellenar una lista de destinos en una plataforma web por orden de preferencia, y llegado el día (para los MIR, el colectivo más numeroso de largo, es el próximo 17 de junio) un ordenador empezará a adjudicar las plazas, también por orden de lista, según vayan estando disponibles.
Los sanitarios llevan protestando desde que se consumó el cambio. Su lista de reproches a Sanidad es amplia: denuncian que con este sistema han perdido el control sobre la elección de su futuro profesional a largo plazo y del personal a corto, ya que en la plaza que les sea adjudicada tendrán que quedarse los siguientes cinco años; explican que los candidatos tienen que rellenar una lista con al menos tantas entradas como sea su número de elección si quieren garantizarse una plaza, y que por ejemplo para la persona que elige en el número 7.000 eso significa meter a mano en la plataforma web al menos 7.001 destinos, de uno en uno; añaden que la plataforma está funcionando mal (cuando funciona) y se cuelga constantemente, lo que ralentiza aún más el proceso (Alejandra, futura MIR, tardó 48 minutos en meter ocho opciones; si hubiera completado su lista entera, por encima de 7.000, habría necesitado 42.000 minutos, o sea 29 días enteros, con sus noches); y por último añaden que con este sistema, no garantista, Sanidad se expone a que muchas plazas queden desiertas porque no las pida nadie o porque la persona a la que se le adjudique la acabe rechazando finalmente porque solo la incluyó por incluir pero se acabe arrepintiendo, y plaza que no adjudica o se rechaza, plaza que se pierde.
Con estas propuestas, aunque Sanidad no concede la elección en tiempo real que demandan los sanitarios, sí evitará que tengan que hacer listados interminables de destinos. Al agrupar en tandas de 400 a los aspirantes, cada persona tendrá que hacer un máximo de 400 peticiones (en el caso de la persona que elija la última) y contará con la información previa de qué plazas siguen disponibles el día que le vayan a adjudicar la suya.
“Al final todo ha sido porque han intentado poner en marcha un sistema sin estar preparados y pensando que lo íbamos a aceptar, pero no era así y no han sido capaces de conseguir las mejoras necesarias. Esto ha pasado porque no han sido capaces de llevar un diálogo activo desde el comienzo”, lamenta Cuéllar.
El encierro ya concluido ha sido la continuación de la manifestación de protesta que ha tenido lugar este martes en Madrid. Es la segunda marcha que realizan los sanitarios, que cuentan con el apoyo de prácticamente todas las asociaciones de sanitarios profesionales y de los sindicatos médicos en su reivindicación.