La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, considera que no tiene sentido plantear en España una nacionalización de una gran empresa eléctrica como ha hecho Francia con la compañía EDF porque una medida así no tendría tanto impacto aquí y ha apostado en cambio por facilitar que haya muchas “alternativas en simultáneo” y, por tanto, por profundizar una democratización del sector energético.
La ministra ha participado este viernes en la apertura del evento de elDiario.es ‘La descarbonización de la economía, ¿secuestrada por los combustibles fósiles?’, en una charla junto a la presidenta y CEO de la European Climate Foundation, Laurence Tubiana, moderada por el director de Opinión de elDiario.es, Gumersindo Lafuente.
Preguntada por la decisión del Gobierno francés de hacerse con el 100% del capital de Electricité de France (EDF), anunciada esta semana, Ribera la ha limitado a la situación concreta del país vecino, que, ha dicho, tiene un importante retraso a la hora de planificar su modelo energético de cara al futuro.
“Es una operación de rescate de una gran compañía en un momento crítico, donde se ha ido con mucho retraso a nivel nacional en planificar qué modelo energético quiere Francia, un país grande, con ciudadanos con un nivel de renta importante. Creo que hay que entenderlo en ese contexto. Nosotros no estamos en esa situación”, ha opinado.
En cambio, ha propuesto hacer un uso más inteligente de los recursos energéticos: “En lugar de pensar en cómo deshago lo que ha sido la historia de nuestro país en los últimos 30 años para bien y para mal, con un desembolso importantísimo es cómo puedo hacer el uso más inteligente de los recursos”.
“Creo que el estado francés era propietario del 84% de la empresa, la diferencia es del 16, y su cuota de mercado allí es prácticamente mayoritaria, tiene una cota de mercado inmensa”, ha insistido Ribera, para comentar que el efecto en el precio de venta en ese país de una medida así “es mucho mayor de lo que podría tener una nacionalización de cualquier empresa en España”. “No podemos rebobinar 30 años atrás tan fácilmente”, ha considerado.
Repartir los dividendos
La ministra también ha abordado la situación general del mundo ante la descarbonización, marcada en los últimos meses por el impacto económico de la guerra en Ucrania. “Somos adictos al gas y al petróleo y deshacer esta adicción es difícil”, ha sintetizado la ministra, que ha apuntado que el ritmo de las sociedades para contrarrestar esta dependencia de los combustibles fósiles no está siendo “lo suficientemente rápida” en relación con las necesidades temporales que tienen el planeta.
En esta línea, ha apostado por las medidas de transición en los países, pero sobre todo, en “concentrar la atención en ver cuáles son los efectos redistributivos y las políticas sociales que pueden acompañar”. “Donde están los beneficios tan grandes, hay que ver quién se los lleva y cómo puede redistribuirse esto”, ha dicho Ribera.
“Estamos en un momento en el que necesitamos reducir el reparto de dividendos y repartirlo. Esto es lo más activista que estoy en condiciones de decir”, ha comentado la ministra que, ha añadido: “La situación que estamos viviendo los ciudadanos europeos es de tal magnitud que probablemente reducir a un nivel muy bajo el margen de las empresas que tienen margen para seguir aumentando después seria la mejor operación de marketing que pueden hacer en estos momentos”.