Expertos, activistas y empresarios coinciden en la urgencia de desconectar la economía de los combustibles fósiles: “Vamos 20 años tarde”

Alberto Ortiz

8 de julio de 2022 13:59 h

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“El cambio climático va mucho más rápido que nosotros y vamos 20 años tarde”. Laurence Tubiana, presidenta y CEO de la European Climate Foundation, se ha mostrado tajante en su veredicto sobre la urgencia de que las economías del mundo se desconecten de los combustibles fósiles y apuesten de manera definitiva por la energía verde, en un evento organizado por elDiario.es en el que activistas, analistas, empresarios y responsables políticos han analizado los desafíos y las recetas para reducir la dependencia de fuentes de energía contaminantes. 

Tubiana ha participado en la apertura del evento ‘La descarbonización de la economía, ¿secuestrada por los combustibles fósiles?’, patrocinado por la European Climate Foundation y celebrado este viernes en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, en una charla que ha compartido con la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, y que ha moderado el director de Opinión de elDiario.es, Gumersindo Lafuente. 

Allí, Tubiana ha hecho un análisis del contexto actual y los desafíos que ha presentado la guerra en Ucrania en relación a la agenda sobre todo de los países europeos para desconectarse de las fuentes de energía no renovables. “Las cosas han empeorado por un lado porque algunos políticos pensaban que las cosas [el cambio climático] se movían más lentamente, y ahora las crisis que ha habido, el covid y ahora la guerra, lo han complicado todo”, ha dicho, para sintetizar: “Europa ha sido el pilar de una serie de políticas climáticas, pero el problema es que vamos con 20 años de retraso”.

En este sentido, ha señalado la importancia de la narrativa que habitualmente construyen las empresas y los negacionistas del cambio climático para seguir defendiendo los combustibles fósiles. “Esta construcción narrativa es importante. Con la guerra fue fácil decir: necesitamos más gas, pero Europa tiene que elegir otra ruta, porque ha decidido que había que sacar los combustibles antes de 2030”, ha opinado. “Si hacemos lo que estaba en el plan con el incremento de energía renovable, va a haber un cambio sistémico y hay que organizarnos alrededor de eso”, ha añadido.

Para Tubiana, las empresas “siempre piensan que van a ganar”, por lo que ha reflexionado sobre la importancia de dar esa pelea por la “narrativa”, en la que se deben involucrar los “ciudadanos, las ONG y también los jueces”, ha dicho, “que en cada país tienen que recordar lo que es cierto y no que no y ser la tercera pata que les diga a las empresas si lo están haciendo bien”.

La vicepresidenta Teresa Ribera ha coincidido con el análisis de Tubiana y ha apostado por involucrar a las empresa en la transición, no solo desde el lado de la inversión sino también en el reparto de beneficios. En esta línea, ha apostado por las medidas de transición en los países, pero sobre todo, en “concentrar la atención en ver cuáles son los efectos redistributivos y las políticas sociales que pueden acompañar”. “Donde están los beneficios tan grandes, hay que ver quién se los lleva y cómo puede redistribuirse esto”, ha sostenido Ribera.

“Estamos en un momento en el que necesitamos reducir el reparto de dividendos y repartirlo. Esto es lo más activista que estoy en condiciones de decir”, ha comentado la ministra, que ha ahondado: “La situación que estamos viviendo los ciudadanos europeos es de tal magnitud que probablemente reducir a un nivel muy bajo el margen de las empresas que tienen margen para seguir aumentando después seria la mejor operación de marketing que pueden hacer en estos momentos”.

Los obstáculos hacia la transición

Tras la charla de la apertura, la periodista Sara Acosta, fundadora y directora de Ballena Blanca, ha moderado una mesa redonda para abordar los obstáculos que frenan a gobiernos y sociedades en la transición hacia una economía verde. En esta mesa han participado Ana Echenique, vicepresidenta de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU); Antxon Olabe, economista ambiental y ensayista, experto en cambio climático y transición energética; y Gonzalo Sáenz de Miera, presidente del Grupo Español para el Crecimiento Verde.

Echenique ha lamentado que el ritmo de la transición se esté dando al albur de lo que marcan las empresas y no de las verdaderas necesidades de los ciudadanos y del planeta en definitiva. “El diálogo, consensuar con las empresas, es el freno de lo que tendríamos que estar haciendo”, ha dicho, para lamentar además que los consumidores y consumidoras se hayan “desconectado” y no puedan seguir al día de la información climática. “La demanda social debería ser el gran motor, pero es imposible”, ha lamentado. 

Desde el punto de vista más empresarial, Sáenz de Miera ha reconocido que las compañías no están yendo al ritmo adecuado en términos de transición ecológica, pero ha apelado a la gran cantidad de oportunidades económicas y de negocios que se abren con la transformación energética que se está dando y que se va a profundizar. “Vemos que hay unas oportunidades tremendas y una competencia global entre países, regiones y empresas por aprovechar las oportunidades de negocio, industriales, etc”, ha dicho, y ha puesto el ejemplo de la industria de fabricación de coches eléctricos. 

“¿Qué tienen que hacer las empresas de combustibles fósiles? Transformarse, adaptarse a este nuevo contexto, invertir en renovables y en hidrógeno verde. No hay obstáculos reales y estamos en una oportunidad inmejorable para hacerlo”, ha enfatizado. 

Menos optimista se ha mostrado el economista Olabe, que ha lamentado que las políticas climáticas tengan menos impacto del deseado. “Cuando declaramos una emergencia climática nos quedamos satisfechos, contentos, conscientes del problema, pero esa declaración no tiene una consecuencia ni remotamente parecida a la que se declaró con la pandemia, que paró la economía”, ha considerado, para pedir después que estos temas empiecen a “poner las pilas a las sociedades de la misma manera”. 

En este punto, ha lamentado, como hacía al comienzo Tubiana, que las empresas hayan aprovechado la crisis en Ucrania para “construir y reactivar un relato en contra de la transición energética”. “Están lanzando un mensaje de que no podemos ir tan rápido, de que hay que ser más realistas, es un uso feroz del relato para ganar este contexto a su favor”, ha denunciado.

Zonas de bajas emisiones, transporte público y electrificación

La última mesa del evento ha girado en torno a las recetas para acometer esa transición y que las sociedades puedan librarse finalmente de los combustibles fósiles. Carlos Bravo, experto en políticas públicas de Transporte y Medio Ambiente; Assumpta Farrán, directora general de Energía del Govern de Catalunya; y Natalia Collado,investigadora en el Center for Economic Policy - EsadeEcPol han participado en una mesa moderada por Raúl Rejón, periodista de elDiario.es especializado en medioambiente. Todos ellos han coincidido en señalar el uso del transporte público, el cambio de los comportamientos de movilidad o la tendencia hacia la electrificación de las fuentes como soluciones principales para comenzar esa transformación del modelo. 

Assumpta Farrán ha recordado que entre el 30% y el 40% de las emisiones provienen del transporte por carretera, por lo que ha apostado no solo por más coches eléctricos sino sobre todo por fomentar el uso del transporte público y mejorar desde los Estados las infraestructuras y los vehículos para hacerlo más atractivo y que la población se sienta llamada a usarlo. 

Carlos Bravo también ha recordado que el transporte por carretera es una de las grandes fuentes de emisión y ha propuesto profundizar en algunas medidas ya existentes, como fomentar el teletrabajo, habilitar carriles exclusivos para autobuses en las vías de entrada a las ciudades o ampliar la movilidad compartida. Bravo ha apuntado además hacia las zonas de bajas emisiones en las ciudades para limitar el tráfico de forma efectiva. 

“No se trata solo electrificar el transporte privado, sino de trabajar para una movilidad general más eficiente. Hay que hacer una apuesta enorme por mejorar la infraestructura del transporte público, pero necesitamos un nuevo modelo de movilidad”, ha subrayado Natalia Collado, que ha considerado que las formas de moverse en el futuro serán diferentes a las actuales, despegadas de la posesión de un vehículo privado, con opciones como los hubs intermodales: llegar a la ciudad en un vehículo y a partir de ahí usar opciones como el metro o la bicicleta. 

Los tres expertos también han debatido sobre una de las principales fuentes de emisión de gases: el transporte aéreo. En este punto, Bravo ha reflexionado sobre la gestión de la demanda y la racionalización de los viajes. “Queremos descarbonizar la economía, pero la administración también tiene que salir de esos lobbies que la secuestran”, ha dicho en relación, por ejemplo, a los proyectos de construcción y ampliación de grandes aeropuertos. Para Farrán, la aviación es el niño mimado y ha considerado que está tremendamente subvencionado. “En el sector que hubo más debate tras la pandemia para ayudarlo fue el de la aviación. O empezamos a ponerle los mismos impuestos que a los demás o esto va a costar mucho que se mueva”, ha dicho. “Por qué es más barato ir en avión que en tren de Barcelona a Murcia?”, se ha preguntado: “Hasta que no arreglemos estos contrasentidos, ¿cómo vamos a apostar por tecnologías nuevas y tan caras para hacerlos más eficientes?”.