A día de hoy, el Estado paga el sueldo a 82 sacerdotes católicos para que asistan religiosamente a las Fuerzas Armadas. A esta plantilla diseminada por las unidades militares se le suman sus dirigentes: un arzobispo y cinco vicarios: general, del Ejército de Tierra y Guardia Civil, Aire, Armada y Cuerpo Nacional de Policía.
La relación actualizada de los capellanes castrenses proviene de una respuesta escrita a una cuestión remitida por la diputada socialista Zaida Cantera. El Gobierno, sin embargo, no informa de cuánto cuestan estos sacerdotes a las arcas públicas.
La contestación oficial del Ejecutivo omite la cuestión acerca de “cuál es la cuantía total” destinada al personal religioso. Se limita a recoger que estos curas están equiparados a funcionarios de alto nivel. “Sus retribuciones básicas se encuentran asimiladas a un nivel 26 de la Administración General del Estado”.
Mirando la legislación vigente, la retribución básica de ese nivel funcionarial prevista por el Ministerio de Hacienda para 2017 llega a 14.824 euros más otros 570 por cada trienio de servicio. Además, estos curas reciben un complemento de empleo que varía entre los 771 euros mensuales para los asimilados a comandante, los 807 euros para los capellanes con más de 15 años de antigüedad (como tenientes coroneles) y los 842 para los sacerdotes con más de 25 años (como coroneles), según el decreto que regula sus pagas.
También está previsto añadir al sueldo un complemento específico que va de 465 a 752 euros mensuales, según el Reglamento de retribuciones de las FFAA. Así, según la normativa, un capellán recién entrado en servicio percibiría unos 32.900 euros brutos anuales.
Su jefe, el arzobispo Juan del Río, ganó el año pasado 59.832 euros salidos de los Presupuestos Generales del Estado, según admite el Ministerio de Defensa tras una petición de acceso a información pública realizada por eldiario.es a través del portal de transparencia. Es un 5% más que en 2012.
Podemos cuestiona su existencia
La figura del arzobispado castrense se justificó en los acuerdos entre el Vaticano y España para la “asistencia religiosa”. Además de al Ejército de Tierra, el del Aire y la Armada, tiene vicarías en la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía. Es la Iglesia la que designa y escoge a los capellanes destinados a este servicio (los forma en un seminario específico) que luego sostienen los fondos públicos. También se desplazan en ocasiones a misiones militares en el extranjero y tienen un uniforme y emblemas específicos.
El pasado 16 de marzo, el exjefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) y ahora miembro del Consejo Ciudadano de Podemos, Julio Rodríguez, en TVE, abogó por la desaparición de la figura del capellán castrense de las unidades militares aunque admitió que la asistencia sí debería procurarse, incluida “otras confesiones”. El arzobispado contestó que “la asistencia religiosa a las Fuerzas Armadas es un derecho del militar creyente”.