El 5 de noviembre de 1999 los tribunales estadounidenses fallaron contra Microsoft, declarándola un monopolio que ahogaba la innovación. Su fundador y todavía presidente, Bill Gates, empezó a centrar su atención en la Fundación Bill y Melinda Gates y a cambiar su imagen de abusón a filántropo. Lo que pasó a continuación quizá no le sorprenderá, pero está narrado con gran dureza y detalle en el libro El problema de Bill Gates (Arpa, 2024), escrito por Tim Schwab, uno de los pocos periodistas que se ha atrevido a investigar al milmillonario y a su fundación privada.
La parte del marketing es de sobra conocida: Bill Gates es el mayor filántropo del planeta, ha donado miles de millones de dólares, su fundación ha salvado millones de vidas y su cerebro es capaz de predecir pandemias, erradicar enfermedades y solucionar el hambre.
El retrato de Schwab no es tan bonito: según él, la fundación sigue la estela de Microsoft y monopoliza la salud pública mundial a través del enorme poder —económico y político— que ostenta Gates, mientras que su opaca fundación “opera como una farmacéutica” —una fuente llega a asegurar que Bill Gates “intenta crear” la mayor pharma del planeta— y es uno de los dueños de propiedad intelectual más importantes. Todavía hay más: conflictos de interés, gasto de fondos —en parte públicos— ineficaz y una estrategia sesgada por la ideología y la falta de experiencia —nunca admitida— del propio Gates.
¿Por qué considera tan dañinos para la salud pública global a Gates y a su fundación?
En mi libro presento a Gates como un estudio de caso de un problema mayor relacionado con la riqueza extrema. Cuando permitimos que la gente se vuelva superrica —Bill Gates controla actualmente 120.000 millones de dólares de su fortuna privada, además de la dotación de 67.000 millones de su fundación— usarán ese dinero con fines políticos. La filantropía, tal y como la practica alguien como Gates, es poder político, como las contribuciones de campaña o el lobbismo. Gates no está simplemente regalando dinero, está comprando influencia.
La Fundación Gates en muchos lugares opera más como una empresa o un banco de inversiones que como una filantropía; más como un matón o monopolista que como una entidad humanitaria
A través de la caridad, Gates puede comprar un asiento en la mesa democrática de toma de decisiones de todo, desde política climática hasta salud pública y educación. Se reúne con nuestros líderes electos y moldea las prioridades y gastos gubernamentales. Miles de millones de dólares de fondos públicos procedentes de los contribuyentes fluyen hoy hacia los proyectos benéficos preferidos de Gates. Sin embargo, tenemos muy poca rendición de cuentas o transparencia en torno a lo que está haciendo. Para cualquiera que se preocupe por la democracia, Bill Gates representa un problema.
A pesar de todos los problemas que narra en el libro, la fundación también saca adelante proyectos e invierte mucho dinero. ¿Cree que su balance neto es positivo o negativo?
Las actividades de la Fundación Gates a menudo resultan difíciles de ubicar bajo la definición de caridad. En muchos lugares opera más como una empresa o un banco de inversiones que como una filantropía; más como un matón o monopolista que como una entidad humanitaria. Creo que está causando más daño que bien, y no estoy solo. Está envuelta en críticas, tanto de expertos independientes como de los propios beneficiarios por la fundación. Organizaciones de agricultores en todo el continente africano, por ejemplo, hoy están llamando abiertamente a Bill Gates a poner fin a su cruzada benéfica, porque está causando mucho daño.
Podríamos incluso cuestionar si Bill Gates merece el título de filántropo. En los últimos 20 años ha aumentado drásticamente su riqueza privada. Afirma estar donando todo su dinero, pero sigue acumulando cada vez más riqueza. La fundación sostiene que quiere crear un mundo donde 'todas las vidas tengan el mismo valor', pero ¿la creciente riqueza de su presidente no es un claro símbolo de la creciente desigualdad?
¿Cómo hemos permitido que este monopolio en salud pública se produjera?
Los medios de comunicación han sido un cómplice muy importante en la normalización del poder e influencia de Gates. Las noticias sobre la fundación tienden a ser acríticas o favorables, y muchos medios reciben financiación de la organización, que ha donado más de 300 millones de dólares al periodismo. Estas dos cosas están conectadas. Nuevamente, Gates no está donando dinero, sino comprando influencia.
Bill Gates podría ser visto como el beneficiario, no la víctima, de las teorías conspirativas, debido a toda la benevolencia que esta narrativa ha generado por parte de los periodistas
La Fundación Gates también gasta grandes sumas de dinero en relaciones públicas y ha hecho un muy buen trabajo presentándose como una defensora de la ciencia cuyo trabajo está impulsado por datos. Lo que no entendemos es que la fundación juega un papel desproporcionado en dar forma a cómo se ven esa ciencia y esos datos. Ha donado más de 10 000 millones dólares a universidades, y si eres un investigador financiado tienes poco incentivo para morder la mano que te da de comer. Esto se ha documentado tanto que los académicos incluso han acuñado el término 'el escalofrío de Bill' [del inglés, Bill Chill] para describir este efecto.
Al escribir este libro tuve grandes dificultades para conseguir fuentes que hablaran en público, porque muchas personas temen consecuencias profesionales si critican a Gates. ¿Por qué el humanitario más celebrado del mundo también es tan temido? Es una de las innumerables contradicciones que definen a Bill Gates.
¿Cree que las teorías de la conspiración sobre Gates durante la pandemia de covid-19 jugaron a su favor?
Muchos periodistas continúan publicando historias que presentan a Gates como la víctima de teorías conspirativas. Este tipo de cobertura genera mucha simpatía por él, pero la tarea del periodismo no es reconfortar a los poderosos, sino responsabilizar al poder. ¿Cuántos de los periodistas que escriben sobre teorías conspirativas están investigando también las críticas legítimas al poder antidemocrático de la Fundación Gates? No muchos. Bill Gates podría ser visto como el beneficiario, no la víctima, de las teorías conspirativas, debido a toda la benevolencia que esta narrativa ha generado por parte de los periodistas.
¿Qué consecuencias han tenido en la opinión pública los fallos de la fundación durante la pandemia y la defensa acérrima que hizo Gates a las patentes de las vacunas?
Durante el segundo año de la pandemia la respuesta de Gates falló espectacularmente y los medios de comunicación comenzaron a informar. Algunos incluso cuestionaron si sus estrategias fallidas estaban contribuyendo a un 'apartheid de vacunas' hacia las personas más pobres de la Tierra, a quienes prometió vacunar. Ese ciclo de noticias fue breve, ya que la atención pronto cambió a su divorcio, seguido de una serie de acusaciones de mala conducta hacia las mujeres.
Es un modelo peligroso otorgar a las personas más ricas de la Tierra las voces más fuertes en nuestra democracia
Es una historia importante, pero los periodistas también necesitan investigar la conducta de la Fundación Gates, que se presenta como defensora del empoderamiento de las mujeres. Muchos medios de comunicación siguen ansiosos por perfilar a Bill Gates como un experto en cualquier cosa, desde salud pública hasta pandemias y cambio climático.
¿Ha influido Gates en cómo vemos la salud pública global hoy, más interesada en soluciones tecnológicas que en atajar las raíces de la pobreza y la desigualdad?
Gates no inventó la idea del progreso a través de la innovación comercial, pero ha ayudado a normalizar ese modelo. A menudo presenta a las farmacéuticas como organizaciones humanitarias porque están colaborando con la fundación. Falta cualquier tipo de debate público que considere alternativas. ¿Cuántas más vidas podríamos salvar si tomáramos un camino diferente al que Gates nos ha llevado? ¿Y si desafiáramos al poder de la industria en lugar de asociarnos con ella, como hace Gates? ¿Cuántas vidas se están perdiendo cuando seguimos las prioridades de Bill Gates en lugar de un proceso democrático? El lema de la entidad es que 'todas las vidas tienen el mismo valor', pero uno más preciso podría ser 'los mendigos no pueden elegir' o 'el más rico tiene la voz más fuerte'.
En Estados Unidos hay un creciente debate político sobre la existencia misma de multimillonarios, y debemos construir sobre ese impulso. No podemos ser fatalistas. Debemos creer que otro mundo es posible, y debemos luchar por ese mundo
No dudo de que Bill Gates realmente crea que está ayudando al mundo, pero no basta con tener buenas intenciones. Si estás ejerciendo poder, debes ser responsable. Nadie eligió a Gates como autoridad en ningún tema, sin embargo, ejerce una gran influencia en muchos campos diferentes y no tenemos forma de hacerlo responsable.
Es un modelo peligroso otorgar a las personas más ricas de la Tierra las voces más fuertes en nuestra democracia. Cientos de otros multimillonarios ya han prometido seguir los pasos de Gates en la filantropía, lo que significa transformar su riqueza extrema en influencia política. Es un problema que necesitamos abordar hoy, no mañana, y Bill Gates es el punto de partida.
Entonces, ¿qué hacemos?
El problema no es hacer desaparecer la Fundación Gates tanto como hacer desaparecer la extrema riqueza de Bill Gates. El mundo sería un lugar mejor, y nuestra democracia sería mucho más fuerte, si nunca hubiéramos permitido que hombres como él acumularan tanta riqueza obscena, incluso si eso significara que hoy no existiera su fundación. Si hubiéramos regulado de manera agresiva el poder monopólico de Microsoft, Bill Gates no habría acumulado tanta riqueza. Si hubiéramos gravado de manera agresiva a Microsoft y a Bill Gates, obligándolos a pagar su parte justa, eso también habría disminuido la riqueza y el poder de Gates.
Estas son elecciones políticas que hacemos. Y podemos tomar decisiones diferentes. En Estados Unidos hay un creciente debate político sobre la existencia misma de multimillonarios, y debemos construir sobre ese impulso. No podemos ser fatalistas. Debemos creer que otro mundo es posible, y debemos luchar por ese mundo.