Los técnicos del Ministerio de Sanidad y de las Comunidades Autónomas han actualizado la estrategia de vacunación frente a la COVID-19, la cuarta versión desde que se aprobó en noviembre. La principal novedad es que han decidido que a los menores de 55 años que ya hayan pasado la COVID-19 solo se les administrará una dosis. Será una vez pasados 6 meses desde que se les diagnosticase la infección, independientemente de la gravedad con la que la pasasen. Es una decisión que ya tomaron países como Francia hace algunas semanas. Se basa en varios estudios científicos, entre ellos uno del centro Children´s Mercy Kansas City y otro del hospital Mount Sinai de Nueva York, que concluyen que, dada la inmunidad natural que se adquiere tras superar la afección, con una inyección es suficiente.
Las tres vacunas aprobadas ahora mismo en la Unión Europea, Pfizer, Moderna y AstraZeneca, requieren según los ensayos clínicos de dos dosis para alcanzar la inmunización, separadas por varias semanas. A los mayores de 55 sí se le pondrán las dos hayan pasado o no la COVID-19, aunque si se infectaron entre una y otra se esperará a que se hayan recuperado. Y si un menor de 55 se infectó de COVID-19 también entre las dos, se esperará 6 meses y será entonces cuando sí se le pondrá una segunda. Hasta ahora, la decisión de Sanidad era postergar 6 meses la vacunación de las personas que la hubiesen pasado porque la reinfección en tan poco periodo de tiempo es muy rara, pero no reducir la pauta. Sanidad no recomienda realizar pruebas serológicas antes de la inoculación, el paciente deberá tener un diagnóstico.
El plan también incorpora más detalles de lo ya anunciado la semana pasada: las vacunas de AstraZeneca, una vez completada la vacunación a los colectivos que Sanidad ha considerado como esenciales (policías, bomberos, militares, docentes), irán para las personas de entre 45 y 55 años de edad (nacidos entre 1966 y 1976 inclusive), ya que no está autorizado su uso para personas mayores por falta aún de resultados clínicos. También que las de Pfizer y Moderna irán para los mayores de 80, luego para los de 70, de 60, y después para los menores de 60 con condiciones de riesgo. La estrategia incorpora a las personas de entre 56 y 59 años, nacidas entre 1962 y 1965, después de las que tienen patologías, con Pfizer y Moderna. Este grupo de edad no estaba considerado hasta ahora en el orden.
El documento deja pendiente todavía concretar cuáles son las patologías graves que se consideran de riesgo y por tanto sus pacientes serán priorizados en el grupo de menores de 60. “Las condiciones de alto riesgo a vacunar se describirán más adelante”, reza. Los técnicos están discutiendo este extremo sobre patologías, que afecta a casi 8 millones de personas, y deberían decidir de manera inminente, pero no lo acaban de concretar. “El documento recuerda que el principal factor de riesgo de hospitalización y muerte por COVID-19 es la edad superior a los 60 años y que va aumentando a medida que la edad es mayor”, inciden. Según han explicado expertos conocedores del plan a este periódico, el aspecto de las patologías es más complejo que los anteriores sobre edades, ya que requiere de cálculos sobre cantidades de población y también de valorar perfiles, por ejemplo los grados de descompensación de cada enfermedad en cada paciente. Pero hay cierto consenso en que estarán incluidas las enfermedades respiratorias graves, las cardiopatías graves, y la diabetes.
Sanidad deja por ahora fuera de la vacunación a la población reclusa. “La población penitenciaria se vacunará más adelante en función de disponibilidad de vacunas y con independencia de criterios etarios”, añaden en un epígrafe tras la tabla de grupos. Lo justifican en “razones de factibilidad y de acceso a los centros en los que se encuentran” y en que atendiendo “al mayor riesgo de exposición y al principio de necesidad y de protección frente a la vulnerabilidad” lo que se recomienda es “agrupar y simplificar las actividades de vacunación en esta población, atendiendo a las circunstancias de cada centro”. “Se utilizará la vacuna indicada para cada interno dependiendo de sus circunstancias individuales”, como la edad, concluye sobre esto.
“La definición de dichos grupos se ha realizado en previsión de una mayor disponibilidad de dosis de vacunas en el segundo trimestre del año”, añaden desde Sanidad. Actualmente tenemos en España 4,5 millones de dosis entre las tres compañías, para alcanzar el primer objetivo de vacunación, tener protegidas a todas las personas mayores de 80 en abril, hacen falta casi el doble. La previsión es que Pfizer envíe 2,7 millones en marzo y Moderna 1,04, las de AstraZeneca todavía están por confirmarse. Esta mañana han llegado a España 195.000 dosis de Moderna, la remesa que la semana pasada se redujo a la mitad y se retrasó a esta.