Paulino Cubero era hasta el pasado miércoles gerente de un Centro de Atención Primaria en la Comunidad de Madrid. Uno de los más destacados en el movimiento de oposición al proyecto de privatización sanitaria del Ejecutivo de Ignacio González (PP), que planeaba entregar a contratistas la dirección de varios hospitales y centros de salud. Cinco meses después de renunciar a esas privatizaciones –por la presión de las protestas y un revés judicial– el Gobierno regional ha destituido a cuatro gerentes combativos por “desviarse del presupuesto para cubrir suplencias”, según la explicación oficial. Para Cubero, su cese y el de sus compañeros tiene otras razones, estrictamente políticas: es un castigo por encabezar la pelea contra sus planes.
Este viernes decenas de personas de la plataforma Carabanchel en Defensa de la Sanidad Pública se han concentrado frente al centro de salud Fátima en Carabanchel, que dirigía otra de las cesadas, Isabel Giráldez. La plataforma denuncia que se trata de una represalia. “En Madrid se incumplen los presupuestos asignados a un gran número de servicios sanitarios hospitalarios y no hospitalarios y no se opta por cesar a nadie”, destacan.
¿Qué razones le han dado para su destitución?
El miércoles fuimos convocados al despacho del director general de Atención Primaria, el Antonio Alemany, y se nos fue comunicando el despido uno por uno –además de Paulino Cubero se ha destituido a Isabel Giráldez, directora del centro Fátima, Montserrat González (Las Águilas) y Pilar Gómez (Legazpi). Nos explicaron que cesábamos en nuestras funciones por haber excedido el presupuesto asignado para cubrir suplencias.
¿Es verdad que gastaron por encima del presupuesto?
Los centros de salud no podemos cerrar camas por periodo estival como hacen los hospitales; tenemos que seguir atendiendo a los pacientes durante todo el año. En mi caso –el centro de General Ricardos– por presupuesto se nos permitía pagar el 50% de las horas necesarias en suplencias. Lo que suponía, para 2012, contar con 116.000 euros de un total teórico de 245.000. Al final del ejercicio habíamos gastado unos 90.000 euros.
¿Entonces dónde está el desfase?
Para 2013, la Consejería de Sanidad decidió que se daba un recorte lineal a la asignación de todos los centros del 40% del presupuesto. Eso nos dejaba un 10% del dinero disponible o, lo que es lo mismo, 22.300 euros. De 116.000 a 22.000 euros. Así que nosotros no firmamos el Programa Centro que cada año nos asigna la dirección general. ¡Nosotros y otros y otros 90 centros! En 2013 hemos gastado en suplencias 55.000 euros. Así que sí, hemos superado el presupuesto que calculó la consejería en más de un 146%. Sí, y poco más de la mitad de lo que habíamos gastado el año anterior.
¿Barrunta usted entonces una razón política en su cese?
No barrunto. Lo sé. He hablado con otros compañeros que aseguran haber superado el límite aún más, pero a ellos no los han destituido. Ha sido una purga política. Una venganza y un aviso a quienes contribuimos a paralizar la privatización. Así se lo dije al director general de la consejería que lo negó y me dijo que le 'dolía' que pensara así.
Usted encabezó la 'dimisión colectiva' de responsables de Atención Primaria en 2012... ¿Le ha pillado por sorpresa su salida del cargo?'dimisión colectiva' de responsables de Atención Primaria
No del todo. Le dijimos a la dirección general que con ese presupuesto que nos dejaban era imposible funcionar. Y nos lo llegaron a admitir, pero no lo modificaron. Mi centro en concreto debe atender a 46.000 tarjetas sanitarias. Y los indicadores asistenciales, como quedará demostrado al ver los informes, reflejan buena atención médica. Ese es el verdadero trabajo que hay llevar a cabo, y es en el que me he volcado. Y ese es el criterio que se debería tener en cuenta.
Los gerentes de Atención Primaria fueron muy activos en la protesta de la Marea Blanca ¿Al final son los únicos que han pagado significarse?
Fuimos más de 300 los gerentes que firmamos que nos iríamos si se sacaban a concurso algunos centros de salud. Y eso, por supuesto, te deja muy expuesto. Aquí se vive una realidad muy distinta a la de los hospitales. Los gerentes están alejados de los centros de poder. Ser gerente no te aporta ni dinero ni prestigio. De hecho, cuando yo asumí este puesto hace cuatro años lo hice porque ningún otro médico del centro quiso.