Canadá afirmó este miércoles que tratará con las autoridades estadounidenses las implicaciones del anuncio de la Administración de Donald Trump de permitir la importación de medicamentos canadienses ante el temor de que provoque una escasez en el país.
La ministra de Sanidad de Canadá, Ginette Petitpas-Taylor, señaló en un comunicado que su Gobierno está tratando “de entender mejor las implicaciones para los canadienses y asegurar que no se producen efectos adversos al suministro y al coste de los medicamentos en Canadá”.
El secretario de Sanidad de Estados Unidos, Alex Azar, anunció hoy la puesta en marcha de un sistema para que los estadounidenses puedan importar medicamentos de bajo coste producidos en Canadá. En estos momentos, la importación de medicamentos canadienses es ilegal.
El precio de medicamentos genéricos producidos en Canadá puede ser una fracción del coste de los mismos productos de marca en Estados Unidos pero las grandes empresas farmacéuticas han presionado desde hace años para impedir la importación de medicamentos canadienses.
Azar afirmó en un comunicado que “desde hace mucho, los pacientes estadounidenses han estado pagando precios desorbitados por medicamentos que están disponibles en otros países a precios inferiores”.
La semana pasada, una coalición de profesionales sanitarios, hospitales, farmacéuticos y organizaciones de defensa de los derechos de los pacientes de Canadá advirtió a la ministra de Sanidad del país que la exportación de medicamentos a Estados Unidos puede provocar graves problemas de suministro.
“El sistema de suministro de medicinas de Canadá no es capaz de proveer tanto a los consumidores canadienses como los estadounidenses. Simplemente en Canadá no existe el suministro, ni existirá, para cubrir tal demanda”, señaló la coalición en una carta enviada a las autoridades canadienses.
La coalición añadió que el sistema canadiense “no está equipado para responder a las necesidades de un país diez veces el tamaño de Canadá sin crear importantes problemas de acceso o calidad”.
Desde hace años es habitual ver grupos de consumidores estadounidenses, muchos de ellos jubilados, que organizan viajes a Canadá para comprar medicamentos ante la imposibilidad de pagar ese mismo producto en Estados Unidos.
Durante el pasado fin de semana, el candidato presidencial demócrata Bernie Sanders acompañó a un grupo de diabéticos estadounidenses que viajó a la ciudad fronteriza de Windsor para adquirir medicamentos canadienses.