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Tres señales de los efectos beneficiosos de la vacunación que explican por qué la inmunización masiva es crucial

La vacunación en España avanza, no sin contratiempos, a la espera de que el suministro de vacunas se intensifique y sea regular. Es la vía para que la inmunización sea masiva y se alcance el objetivo del 70% de población vacunada que se ha marcado el Gobierno. Por el momento, la meta de llegar a finales de marzo con ocho de cada diez mayores de 80 años vacunados no se ha logrado, aunque desde Sanidad relajaron los plazos, pero las vacunas que han sido inoculadas ya dejan ver sus efectos en algunos datos. Los indicios para la esperanza apuntan a tres de los colectivos que más golpeados han sido por la COVID-19 y que precisamente por eso, son prioritarios en la estrategia de vacunación: residencias de mayores, sanitarios y octogenarios.

Desde la Asociación Española de Vacunología (AEV), su presidente José Antonio Forcada remarca que las cifras de disminución de casos y fallecimientos en estos grupos, mayores que en comparación con el resto, “nos indica que la vacuna está funcionando, que es lo que se ha observado en otros países más avanzados, y que este es claramente el camino para detener la pandemia”. Por eso, reclama a su vez que se acelere la campaña “y se centren ahora los esfuerzos” en terminar lo más rápidamente posibles con los mayores de 80 años, las personas con patologías de alto riesgo y los grande dependientes, que son los colectivos más expuestos a que el virus les ataque gravemente y a fallecer.

Salvan vidas: las muertes de mayores de 80 ya son menos de la mitad del total

Aún no se ha completado la inmnunización de los octogenarios, pero el Ministerio de Sanidad ha aportado este viernes por primera vez datos sobre el ritmo y hay un 70% a los que se ha inyectado ya una dosis de la vacuna de Pfizer o Moderna, que son las dos que se usan para estos casos. Y el 40% tienen la pauta completa –dos dosis–. Algo que se percibe ya en los datos de muertes: por primera vez desde el inicio de la pandemia, los fallecimientos en este grupo de edad, formado por 2,8 millones de personas, según el INE, constituyen menos de la mitad del total. Son el 48%, mientras que antes no bajaban de entre el 65% y el 70%. Tal y como demuestra el siguiente gráfico, el cambio significativo se produce a raíz del inicio de la vacunación.

El grupo de biología computacional y sistemas complejos (BIOCOM-SC) de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), que analiza los datos de la COVID-19, ya detectó también este descenso. “La combinación entre la vacunación en residencias y lo que llevamos de ese grupo de edad ha dado estos resultados. Es una bajada leve, hay que tenerlo en cuenta, pero la cuestión es que hay indicativos a nivel poblacional que están reaccionando” a la inmunización, explicaba Clara Prats, una de sus investigadoras.

Forcada apunta a los plazos que se manejan con las vacunas: dos semanas después de la primera dosis puede haber un grado ya de protección o inmunidad parcial, mientras que la total será entre una y dos semanas después de la segunda –para el 95% de quien la reciba–. El ritmo es heterogéneo entre comunidades: solo Andalucía y Extremadura superan el 80% de mayores de 80 años con al menos una inyección, mientras que Catalunya no llega al 55%. El resto se mueven entre seis y siete de cada diez octogenarios parcialmente inmunizados.

Blindan las residencias: casos y fallecimientos casi desaparecen desde el pico de la tercera ola

A principios de marzo ya se vio la efectividad de la vacunación en las residencias de mayores, cuyos contagios se habían reducido un 95%. Muy duramente golpeados por la pandemia, sus residentes (casi 400.000) fueron los primeros con los que se inició la inmunización durante la Navidad. Hoy, según las últimas cifras de Sanidad, casi el 100% de las personas institucionalizadas tienen una dosis, y el 90%, dos. Con los datos actualizados, el efecto de la vacunación se percibe tanto en fallecimientos como en contagios en estos centros: los primeros han caído un 98% desde el pico de la tercera ola, que fue aproximadamente el 20 de enero. Son 13 puntos más que la bajada registrada en el resto de grupos de edad.

Los casos también han experimentado un descenso similar. Han bajado un 97,8% en comparación con el pico de enero, mientras que en el resto la caída no llega al 85%. Según los últimos datos aportados por el Ministerio de Derechos Sociales a través del IMSERSO, en la semana del 4 al 10 de enero había un total de 2.819 usuarios de residencias contagiados. Y en la última semana con cifras confirmadas, 49.

Y al igual que ocurre con los mayores de 80 años, los fallecimientos en estos centros son hoy el 4% del total de muertes, mientras que a principios de abril eran el 33%.

Protección a sanitarios: los contagios bajan un 13% más que entre la población general

También la inmunización se nota ya entre los profesionales sanitarios, el colectivo en primera línea del coronavirus que ha sufrido altas tasas de contagios. Mientras entre la población general, la evolución semanal de los casos se ha reducido un 83% desde el pico de la tercera ola, la caída en este colectivo ha sido aún mayor: de un 95%.

Hay otro indicador que señala el efecto positivo de la vacunación en este colectivo: el desplome de las bajas médicas por infección por COVID-19 desde el arranque de la campaña, según la gran base de datos que hizo pública la Seguridad Social la semana pasada. Tanto los trabajadores en centros de salud y hospitales como los de residencias fueron prioritarios en la estrategia, y en ambos las bajas por incapacidad temporal debido al contagio del virus han caído de tal manera que su incidencia ha pasado a ser inferior a la de conjunto de los trabajadores por primera vez en lo que llevamos de pandemia.

En la tercera semana de vacunación, durante el pico de la tercera ola, las bajas de sanitarios y trabajadores de residencias caen considerablemente más que el resto de población afiliada a la Seguridad Social. En concreto, mientras las bajas por infección cayeron 8 veces a nivel nacional, el desplome para los sanitarios fue de 19,3 veces y para el personal de las residencias, de 24,8 veces. Un dato que alivia el sistema de salud y cuidados, que contrasta con el fuerte impacto de la pandemia en estos colectivos durante la primera ola, en la que casi la mitad del total de bajas por contagio de coronavirus sucedían entre empleados de estos dos ámbitos. 

Con todo, los expertos apuntan a la necesidad de seguir avanzando a ritmo lo más rápido posible en la vacunación, sobre todo ante el riesgo de una tercera ola al que se asoma España. Todo dependerá de la velocidad a la que se multiplique la incidencia, que ya a mediados de esta semana ha alcanzado el nivel de alerta “muy alto”, pero independientemente de si acaba instalándose una nueva onda epidémica o no, la enfermedad grave y los fallecimientos siguen produciéndose mientras la inmunización masiva no sea una realidad.