Según un informe publicado por el Ministerio de Sanidad, las nuevas recomendaciones de vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH), una de las enfermedades de transmisión sexual más comunes, también incluirán a hombres menores de 26 años que tienen sexo con hombres. Sin embargo, el informe no contempla la vacunación entre población infantil masculina tal y como recomienda la Organización Mundial de la Salud. Una recomendación que ya ha sido introducida en otros países y que está ofreciendo resultados positivos.
Actualmente se comercializan tres vacunas contra el VPH para prevenir la infección por los dos tipos VPH de alto riesgo más comunes, el 16 y el 18. La Organización Mundial de la Salud recomienda que la vacunación se instaure en todos los países, siendo el principal grupo objetivo el de las niñas de 9 a 14 años de edad. Sin embargo, una vez cubierto el grupo de las niñas, desde esta organización también recomiendan la vacunación de los varones a partir de los 9 años.
“El objetivo fundamental de esta vacuna era proteger a las mujeres, interviniendo para prevenir el cáncer de cuello de útero”, explica a eldiario.es Amos José García, presidente de la Asociación Española de Vacunología. Respecto a la vacunación de los hombres, García reconoce que “el debate está sobre la mesa”, pero cree que primero hay que mejorar la cobertura en las chicas. “La cobertura de la vacuna, si bien es razonable, no es todo lo buena que a nosotros nos gustaría”.
En segundo lugar, García destaca la importancia de “conseguir una buena cobertura en los otros sectores de la población que están en riesgo”. Entre ellos, el informe destaca a los hombres homosexuales, que tienen un mayor riesgo de sufrir cáncer anal. Según los datos ofrecidos por el Ministerio, se ha detectado el VPH en el 90% de los cánceres anales y el genotipo más frecuente, el VPH 16, se encuentra en el 70% de los casos.
Actualmente, la vacuna está incluida en los calendarios de vacunación de todas las comunidades autónomas españolas, pero solo está financiada globalmente para las chicas, mientras que solo algunas comunidades autónomas la financian también para los hombres homosexuales.
Australia 'eliminará' el cáncer cervical en dos décadas
Entre los países que han ampliado la cobertura a los niños destaca el caso de Australia, que el año 2007 se convirtió en el primer país en poner en marcha una vacuna gratuita contra el VPH para las adolescentes. Un año más tarde, se pusieron en marcha los primeros programas de vacunación masiva en España, en Madrid, Asturias y la Comunitat Valenciana. Sin embargo, en 2013 las autoridades australianas decidieron ampliar el programa a los niños, que también pueden ser portadores y transmisores del virus.
Según un informe publicado la semana pasada en The Lancet Public Health, desde entonces ha habido una reducción del 77% en los tipos de VPH que tienen más probabilidades de causar cáncer de cuello uterino, lo que ha llevado a los investigadores a concluir que Australia está en camino de erradicar este tipo de cáncer en los próximos 20 años.
“Estimamos que, en Australia, la incidencia anual estandarizada por edad del cáncer de cuello uterino disminuirá a menos de seis nuevos casos por cada 100.000 mujeres para 2020 y a menos de cuatro nuevos casos por cada 100.000 mujeres para 2028”, concluyen los autores del estudio, lo que significa que “la enfermedad ya no se consideraría un problema de salud pública”.
Según García, “la lectura fundamental que podemos extraer del caso de Australia es que estamos ante una vacuna eficaz y segura” y asegura que las polémicas que han rodeado a esta vacuna desde sus inicios se han dado “fundamentalmente fuera del ámbito científico”.
Una nueva polémica sobre la vacuna
Sin embargo, en los últimos meses ha tenido lugar una importante polémica científica en torno a esta vacuna. En mayo de este año, la revisión de las vacunas contra el virus del papiloma humano de la Colaboración Cochrane, una de las organizaciones de revisión de estudios médicos más importantes del mundo, concluyó que era segura y que las muertes supuestamente asociadas a la vacuna en diversos estudios no estaban relacionadas con la administración del suero.
La polémica estalló cuando, en julio de este mismo año, los miembros del Nordic Cochrane Center, una filial de la colaboración, publicaron una carta en el British Medial Journal en la que aseguraban que la revisión “estaba incompleta e ignoró pruebas importantes de parcialidad”.
El artículo, firmado, entre otros, por el investigador Peter Goetzsche, conocido por ser una de las voces más críticas contra las presiones de la industria farmacéutica y miembro de la junta directiva de la Cochrane, desató un debate interno dentro de la colaboración que ha terminado con Goetzsche expulsado de la junta directiva. Otros cuatro miembros de la junta han dimitido como protesta, una situación que pone en tela de juicio la credibilidad de una de las instituciones más referenciadas en el ámbito médico.
A pesar de esta polémica, García asegura que “el consenso científico, es bastante general” y así lo refleja el Comité Consultivo Mundial sobre la Seguridad de las Vacunas, que en su última revisión concluyó que no se han “encontrado nuevos efectos adversos de preocupación” y que, por tanto, la vacunación frente al VPH se sigue considerando “extremadamente segura”.
El virus del papiloma humano pertenece a la familia de los Papillomaviridae, se transmite por contacto y es una de las enfermedades de transmisión sexual más comunes, ya que se considera que afecta a más de la mitad de las personas que tienen relaciones sexuales. A pesar de ello, la mayor parte de los infectados, tanto hombres como mujeres, desconoce que lo está, porque muchos de los tipos del virus no producen síntomas. Algunos producen verrugas, mientras que otros generan lesiones que pueden conducir al desarrollo de cáncer cervical u otros tipos cánceres en los genitales o el ano, siendo los tipos 16 y 18 los que más impacto tienen en estos casos. Actualmente existen tres vacunas contra el VPH, denominadas Gardasil, Cervarix y Gardasil-9, que están diseñadas fundamentalmente para prevenir la infección de los tipos 16 y 18 del VPH, aunque también ofrecen protección contra las variedades de virus 5, 6, 11, 31, 33, 45, 52 y 58.