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El Vaticano retira unas palabras del Papa en las que sugiere a los padres de niños LGTBI que acudan al psiquiatra

En pleno escándalo por las acusaciones de los sectores ultracatólicos, el Papa Francisco se vio inmerso en una nueva polémica, en esta ocasión por una referencia al uso de la psiquiatría para tratar a menores homosexuales. Las palabras de Bergoglio, que se produjeron durante la rueda de prensa en el vuelo de vuelta de Dublín, generaron una razonable polémica hasta el punto de que la Santa Sede retiró esa referencia de la transcripción oficial del encuentro papal con la prensa acreditada “para no alterar el pensamiento del Papa”.

“Cuando el papa se refiere a psiquiatría, está claro que quería dar un ejemplo sobre las diferentes opciones de lo que hay que hacer”, quiso explicar la viceportavoz del Vaticano, la española Paloma García Ovejero. “El Pontífice no quería decir que se trata de una enfermedad psiquiátrica”, precisó.

Las palabras cayeron como una losa entre los católicos LGTBI, que tenían en Francisco a uno de sus defensores, especialmente desde que en otro vuelo papal proclamara la famosa expresión de “¿quién soy yo para juzgar?” refiriéndose a si los gais católicos estarían fuera de la Iglesia. Un discurso que acababa con siglos de repudio de la homosexualidad en el mundo católico, y que es uno de los motivos por los que los sectores más ultras atacan a Francisco, al que acusan de defender al “lobby gay”.

Las palabras del Papa

Pero, ¿qué fue lo que dijo exactamente el Papa? Según la primera traducción oficial, antes de la retirada del término psiquiatría, Francisco respondía a un periodista que le preguntaba qué le diría a un padre católico cuyo hijo le dijera que es homosexual. “Siempre ha habido homosexuales y personas con tendencia homosexual, siempre. Los sociólogos dicen, no sé si es verdad, que en los tiempos de cambio de época crecen algunos fenómenos sociales, éticos, uno de esos sería este, pero esa es la opinión de algunos sociólogos”, comienza el Papa.

¿Qué hacer? Francisco prosigue, indicando que “primero diré rezar, reza. No condenar. Dialogar. Entender, hacer espacio para el hijo y la hija, hacer espacio para que se exprese”. Hasta aquí, nada que se saliera del guión de un Papa que en en otro vuelo papal.

El problema llegó justo después, cuando Bergoglio añadió: “Luego, en qué edad se manifiesta esta inquietud del hijo, es importante. Una cosa es cuando se manifiesta de niño porque hay muchas cosas por hacer con la psiquiatría o para ver cómo son las cosas; y otra cosa es cuando se manifiesta después de los 20 años o algo así…” Una referencia, la de la psiquiatría, que Roma retiró “para no alterar el pensamiento del Papa”, tal y como añadió García Ovejero.

“Nunca diré que el silencio sea un remedio”, concluía la respuesta papal. “Ignorar al hijo o hija con tendencia homosexual es una falta de paternidad y maternidad. Tú eres mi hijo, tú eres mi hija, como eres, yo soy tu padre, tu madre, hablemos. Si ustedes, padre o madre, no se sienten capaces, pidan ayuda, pero siempre en el diálogo porque ese hijo o esa hija tiene derecho a una familia y la familia… No sacarlo de la familia. Este es un desafío serio a la paternidad y la maternidad”.

Unas declaraciones “ambiguas”

Pese a la retirada del término, las asociaciones de católicos LGTBI mostraron su decepción por las palabras del Papa. Así, en una entrevista en la Cadena SER, el portavoz y secretario de Crismhom (Cristianos Homosexuales de Madrid) Óscar Escolano incidió en que “las declaraciones son ambiguas. ”Entendemos que se refiere a psiquiatría como medio para ayudar a los niños y personas homosexuales, para que tengan un medio para aceptar su realidad“, añadió.

Escolano ha subrayado que el mensaje “es peligroso” y “da rabia que se relacione homosexualidad con enfermedad”, aunque quiso romper una lanza en favor de Bergoglio, resaltando que “Francisco quiere hacer una iglesia más inclusiva” pero al mismo tiempo “tiene que contentar a los sectores más conservadores”.