Letur (Albacete), 30 oct (EFE).- Los vecinos de Letur (Albacete), un pueblo de poco más de 900 habitantes enclavado en la Sierra del Segura, observan con expectación e incredulidad las tareas de rescate que los servicios de emergencias realizan en las calles anegadas del municipio tras la riada de este martes, que hasta el momento ha dejado una fallecida y hay cinco personas desaparecidas.
Es lo que cuenta en declaraciones a EFE Olanda, de 57 años, que explica que ella es la cuidadora de Dolores, una mujer de 92 años que está desaparecida. De hecho, no está en el bloque de viviendas donde residía la nonagenaria y otro matrimonio también está ilocalizable, ya que lo arrastró la fuerza del agua.
Rememora que este martes por la mañana fue a primera hora a casa de Dolores y que sobre las 11.30 horas se marchó, con idea de volver a las 13.30 horas, para comer juntas. Pero cuando quiso regresar con Dolores, ya estaba la calle cortada por la lluvia y la riada que le siguió.
Explica que el arroyo Letur, que pasa por las inmediaciones y separa la parte antigua de la nueva del pueblo, llevaba mucha agua e incluso saltó el puente y se llevó por delante una vivienda, mientras que queda en pie otra que ha tenido que ser apuntalada. Sin embargo, de lo que fue la Plaza de la Cuesta de las Moreras solo queda un socavón.
Todos estos trabajos de búsqueda de personas y retirada de escombros de las viviendas derruidas se realizan con la zona acordonada por los efectivos de seguridad, para garantizar que no se pone en riesgo la vida de las personas.
Sin embargo, otros vecinos, que prefieren no dar sus nombres, lamentan que nadie les informa de nada.
Mientras tanto, otras vecinas de Letur han optado por no salir de sus casas, como es el caso de Fe y Amparo, de 90 y 93 años, según relata a EFE su primo Paco, que señala que les han tenido que llevar agua potable y comida ante la negativa de abandonar su residencia.
Además, los otros vecinos que han tenido que ser desalojados de sus viviendas por los desperfectos de la dana, y para lo que se ha habilitado el colegio de la localidad como albergue con capacidad para 60 personas, ya han podido encontrar alojamiento con familiares o amigos.
En estos momentos, solo queda sin alojamiento un hombre, para el que se ha buscado un hotel.