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“Los candidatos son cómplices de la violencia machista por ignorarla en el debate”

  • A Ana Bella, una “superviviente” de la violencia de género, le cuesta creer que los candidatos a la presidencia del Gobierno dedicaran 22 segundos al tema en un debate de dos horas

Este lunes participaron en el debate los mismos candidatos al Gobierno cuyas formaciones acudieron a la multitudinaria manifestación que el 7 de noviembre recorrió las calles de Madrid contra la violencia machista. Pablo Iglesias y Pedro Sánchez asistieron a la marcha junto a la vicesecretaria de Estudios y Programas del PP, Andrea Levy, y la portavoz en el Ayuntamiento de Madrid de Ciudadanos, Begoña Villacís. Se posicionaron y se comprometieron a elevar la violencia machista a cuestión de Estado. Sin embargo, en el debate celebrado este lunes no dedicaron más de 22 segundos a hablar del tema.

En 120 minutos no hubo tiempo para desgranar programas, analizar la situación de desigualdad que viven las mujeres o esbozar propuestas. Nada más allá de las escasas frases que esgrimieron Iglesias y Sánchez después de haber sido preguntados hasta en dos ocasiones por la periodista Ana Blanco. Albert Rivera y Mariano Rajoy consumieron su tiempo sin referise al tema, los mismos líderes que un mes después de la marcha no contestaron a las organizadoras a una carta en la que pedían a los partidos que hicieran suyas las reivindicaciones del 7N.

846 hombres han asesinado a sus parejas o exparejas desde 2003 y 2,5 millones de mujeres declaran haber sufrido violencia de género a lo largo de su vida. Solo ocho de las 21 mujeres que han sido asesinadas en lo que va de año había interpuesto denuncia. Casi el 70% de las maltratadas no lo ha hecho nunca, según la Macroencuesta de 2015 y, a pesar de que se denuncia una violación cada ocho horas, los expertos calculan que no llegan a la mitad de las que se producen.

Ana Bella Estévez huyó hace catorce años con sus cuatro hijos tras once al lado de un hombre que la maltrataba física y psicológicamente. Ella lo denomina “romper el silencio” y hace un llamamiento a que “abramos los ojos como sociedad”. Por eso, Estévez, que ahora dirige una fundación de ayuda a mujeres maltratadas, afirma que “los políticos deben romper el silencio porque en un debate en el que se trata cómo se va a dirigir el país ignorar la violencia machista les convierte en cómplices”. 

“Un tema que no da votos”

Ana Bella Estévez agradece a la Administración la casa de acogida en la que estuvo desde aquella noche en la que su marido casi le asesina, pero asegura que las instituciones siguen victimizando doblemente a las mujeres. “Las instituciones solo nos ven como víctimas, pero yo con 29 años me di cuenta de que si había sido capaz de superar aquello, era una superviviente y alguien fuerte”, dice. Para ella, es fundamental que los partidos comiencen a identificar la violencia machista “no como una lacra social, sino como una vulneración de los derechos humanos” de las mujeres, “pero también de sus hijos”. 

En 2016, 12 menores han quedado huérfanos por violencia de género y, según la Macroencuesta, un 64% de los hijos o hijas de las mujeres maltratadas también sufrieron agresiones.

Itziar Fernández, como psicóloga especializada en menores y violencia machista, ha sido testigo de realidades a las que ninguno de los candidatos hizo referencia en el debate. Los fallos jurídicos y del sistema público de atención suelen dejar desprotegidos a los menores. 

Fernández asegura que el hecho de que Sánchez, Iglesias, Rajoy y Rivera no dedicaran ni un minuto a proponer medidas concretas para solucionarlo fue deliberado. Y es que, dice, “los debates son estrategia”, por lo que un tema que genera debate como la violencia de género “asumen que es mejor no tocarlo porque es meterse en un terreno pantanoso que no da votos”. El debate al que se refiere supone analizar las situaciones de desigualdad que los mantienen: la violencia simbólica, la brecha salarial, la feminización de la pobreza y los cuidados o los micromachismos.

¿Democracia sin mujeres? 

“¿Cómo es posible no ver esto y seguir hablando de democracia?”, se pregunta la profesora de Derecho Constitucional Mar Esquembre. Califica lo sucedido en el debate de “vergonzoso” y asegura que “lo que se vio es que a las mujeres no nos ven, no importamos”. La experta critica que se esperara al bloque de política social para intentar hablar de ello y que fuera solo por la insistencia de la periodista Ana Blanco. “¿Cómo es posible que hablen de regenerar la democracia cuando a la mitad de la población nos están insultando, agrediendo, matando y humillando?”, denuncia.

Esquembre critica directamente a Pedro Sánchez, que dijo un par de veces las palabras “igualdad entre mujeres y hombres” y afirmó que “el PSOE es el partido de las mujeres”. En opinión de la docente, es necesario matizar “porque es un partido en el que las feministas han tenido y tienen un papel relevante, pero el líder asume ese patrimonio de una formación que en general las aparta de las listas electorales”.

Tanto ella como la jurista e integrante de la Unión Progresista de Fiscales Inés Herreros nombran el debate entre políticas del pasado jueves. Ambas coinciden en que tampoco entonces las violencias machistas fueron tratadas en profundidad y ninguno de los partidos esbozó sus propuestas en la materia. “Pareció un debate de consolación, para las segundonas... Solo hubiera tenido sentido si se hubiera utilizado para visibilizar un sólido discurso de género”, sostiene Herrero.

La también presidenta de la Asociación Gafas Lilas contra las Violencias Machistas cree que el debate a cuatro fue una representación de lo que ocurre en la vida real. Y dibuja con palabras la situación: “Había dos moderadores, cuatro candidatos a presidente y una sola mujer que intentó que se hablara de las violencias machistas”, relata. Esto, dice, “refleja el mundo en el que vivimos, en el que los hombres toman las decisiones y deciden de qué se habla”.