“Estimamos que las emisiones excesivas de los vehículos Volkswagen vendidos en Alemania provocarán unas 1.200 muertes prematuras en Europa, lo que corresponde a 13.000 años de vida perdidos y 1.900 millones de euros en costes asociados”. Esta es la principal conclusión de un estudio realizado por un equipo internacional de investigadores que ha calculado el impacto sobre la salud de los europeos del fraude de la marca alemana.
En 2015 se destapó el escándalo del fabricante alemán de automóviles, que había dotado a casi 11 millones de sus automóviles de un sistema específico para engañar a las pruebas de emisión de gases contaminantes en múltiples países. De entre todos esos vehículos, unos 2,6 millones fueron vendidos en Alemania.
Según las conclusiones del estudio, publicado en la revista Enviromental Research Letters, de los 1.200 fallecimientos, 500 se producirían en Alemania, mientras que los 700 restantes se producirían en países colindantes como Polonia, Francia o la República Checa. Por último, los investigadores aseguran que si las emisiones en carretera de todos los vehículos afectados en Alemania se reducen a la norma europea aplicable a finales de 2017, “se evitará la pérdida de 29.000 años de vida y 4.100 millones de euros en salud”.
Para llegar a sus estimaciones, los científicos calcularon los niveles excesivos de óxidos de nitrógeno en Alemania y combinaron los datos sobre las ventas de Volkswagen, el comportamiento de conducción y las mediciones en carretera de las emisiones de los coches de Volkswagen.
Tras obtener una estimación de las emisiones globales debidas a estos vehículos, realizaron simulaciones para comprobar cómo se propagarían por el continente. Finalmente, teniendo en cuenta la cantidad de óxidos de nitrógeno extra que se respirarían en toda Europa, los investigadores estimaron la mortalidad debido principalmente a enfermedades cardiopulmonares y respiratorias.
No es la primera vez que un grupo de investigadores trata de poner cifras al fraude de Volkswagen. El pasado año otros dos estudios analizaron el caso. El primero de ellos realizó un análisis global en el que los investigadores concluyeron que el fraude habría costado unos 45.000 años de vida a nivel mundial. En el otro estudio, enfocado en EEUU, se concluyó que el fraude provocaría 59 muertes prematuras en el país.
Un problema mayor que Volkswagen
Sin embargo, de acuerdo con la mayor parte de expertos del sector el problema generado por el fraude de la marca alemana apenas resulta anecdótico en comparación con el problema que suponen los diésel hoy en día. “Creo que es un estudio interesante y que es muy útil poner cifras al escándalo de Volkswagen, pero no debemos olvidar que este es solo un caso particular y que sus cifras de muertes prematuras suponen una estimación bastante conservadoras”, explica a eldiario.es Haneen Khreis, investigadora del Instituto de Salud Global, centro impulsado por la Obra Social la Caixa.
Según Khreis, “la mayoría de los fabricantes de automóviles tienen problemas similares”, puesto que a pesar de que no tienen un dispositivo que altere las mediciones, “las emisiones medidas en circunstancias de conducción reales son muy superiores a las que se detectan en movimiento”. “No es un problema particular de una marca, el problema está en cómo realizamos los tests de emisiones y que la normativa es demasiado laxa”, concluye esta investigadora.
La misma opinión es compartida por Xavier Querol, investigador del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua, quien ha asegurado a este diario que “ha habido una sobreprotección a los diésel” durante años.
Según este especialista, aunque se les ha exigido limitar las emisiones de partículas, las autoridades europeas han sido “demasiado permisivas” con respecto a las emisiones de otros gases, como los óxidos de nitrógeno (NO). “Un coche del año 1992 emite 35 veces más partículas que uno de 2015, sin embargo, apenas emite 2 veces más NO”, asegura Querol.
La contaminación del aire en las ciudades supone un serio problema a nivel global y en la UE está relacionada con la muerte prematura de más de 436.000 personas según el último informe sobre calidad del aire realizado el pasado año por la Agencia Europea de Medio Ambiente.
Este impacto se debe principalmente a la exposición de la población a partículas finas y, en menor medida, al ozono. Según un informe de la OCDE, las emisiones de transporte por carretera representan aproximadamente el 50% del impacto total de la contaminación atmosférica en Europa en la salud.