Los drones están siendo un arma muy importante para el ejército ucraniano ante las tropas de Vladímir Putin. Tanto en misiones de inteligencia como a la hora de atacar el punto débil de los tanques rusos —haciendo que su torreta vuele por los aires— estos aparatos no tripulados han conseguido evitar que Rusia domine por completo el espacio aéreo del conflicto.
Para contrarrestarlo, las autoridades rusas han puesto en marcha un arma de nueva generación que parece salida de la ciencia ficción. Se trata del cañón láser Zamira, capaz de quemar un dron enemigo con disparos de cinco segundos con un rango máximo de cinco kilómetros. Según ha asegurado el viceprimer ministro encargado de desarrollo de nuevo armamento, Yuri Borísov, el ejército ruso ya lo ha desplegado en Ucrania.
No está claro qué porcentaje de arma real y qué porcentaje de propaganda esconde la entrada en el conflicto de Zamira. Borísov asegura que es una evolución de otra arma láser rusa, el cañón Peresvet, utilizado para inutilizar satélites. “Si Peresvet ciega, entonces la nueva generación de armas láser conduce a la destrucción física del objetivo”, ha afirmado sobre Zamira el general ruso en una entrevista en la televisión pública del país recogida por Reuters.
No existen informes ni evidencia independiente sobre la efectividad de ninguno de los dos cañones láser rusos, lo que ha provocado que Volodimir Zelenski cuestione su existencia. El presidente ucraniano las comparó con las “armas milagrosas” que la Alemania nazi presentaba a finales de la II Guerra Mundial, asegurando que darían un vuelco al conflicto aunque en realidad estuvieran muy lejos de ser funcionales.
“Cuanto más claro estaba que no tenían ninguna posibilidad en la guerra, más propaganda había sobre un arma asombrosa que sería tan poderosa como para asegurar un punto de inflexión”, afirmó Zelenski en un vídeo compartido en redes sociales: “Rusia está tratando de encontrar su 'arma maravillosa'... Todo esto muestra claramente el completo fracaso de la misión”.
No obstante, Rusia no es el único país que está desarrollando cañones láser. Estados Unidos los ha promocionado en varias ocasiones, mientras que China, Turquía o Alemania también han informado de su desarrollo. Entre los altos mandos españoles tampoco se descarta que Rusia haya podido desplegarlos ya sobre el terreno.
“El cañón láser Zamira sería un arma fundamental y revolucionaria que podría cambiar el devenir de los conflictos de aquí en adelante”, expone el teniente general en la reserva Juan Montenegro. Este alto mando, que fue asesor técnico de la Secretaría de Estado de Defensa y jefe del Estado Mayor de la Unidad Militar de Emergencias, detalla que la clave es su capacidad para derribar drones, lo que abriría una nueva vía para inutilizarlos además de la que se ha utilizado hasta ahora, que es cortar su comunicación con el controlador.
“Es un arma fundamental y tenemos que disponer de ella en algún momento, porque no solo tenemos que anular el enlace de radiofrecuencia de los sistemas sin piloto con su estación de control en tierra, sino que, como en el caso de Zamira, habría que conseguir neutralizarlos, destruirlos físicamente”, ha afirmado Montenegro en una charla con otros altos mandos militares en la reserva organizada por el Unvex 2022, un evento sobre drones y tecnología de vuelo autónomo.
En cualquier caso, este teniente general ha advertido que las armas antidrones son una de las partes más desconocidas tanto del ejército ucraniano como del ruso, lo que lo convierte en un terreno abonado para la propaganda. “La desinformación se ha convertido en una herramienta empleada con profusión en esta guerra tanto por Rusia como por Ucrania, que trata de vencer batallas a las fuerzas rusas a través del espacio cognitivo de la información y está en su perfecto derecho”, ha afirmado.
“Esta guerra está siendo la consagración del dron de combate”
Si las medidas para neutralizar drones son tan importantes es porque estos aparatos no tripulados están demostrando una gran efectividad en el campo de batalla. Llevan años siendo utilizados en operaciones militares (Estados Unidos ha sembrado el terror con ellos en Yemen) pero la invasión rusa de Ucrania es su primer conflicto a gran escala.
Dentro de esta categoría destaca el uso que las fuerzas ucranianas han dado al Bayraktar, fabricado por Turquía. “El Bayraktar está siendo la estrella del conflicto”, ha confirmado el teniente general en la reserva Rubén García Servet, que ha sido miembro del Estado Mayor del Ejército del Aire, comandante del Aeropuerto de Kabul o director de la Academia General del Aire. “Esta guerra, desde mi punto de vista, está siendo la consagración del dron de combate”, ha manifestado.
“Los vehículos aéreos no tripulados están aquí para quedarse. A futuro, el ataque al suelo será no tripulado”, ha insistido. En su opinión, los sistemas de defensa antiaérea deberán tener muy en cuenta a estos aparatos en los próximos años, por lo que sistemas antidrón como los cañones láser “tendrán un papel fundamental en la protección de unidades y centros sensibles”.
El hecho de que Rusia no esté pudiendo contrarrestar los Bayraktar del ejército ucraniano, que antes del conflicto se consideraba un dron lento y pesado, “nos dice que el sistema de defensa aérea ruso no tiene las coberturas que debiera tener”, ha continuado García Servet.
En este sentido, el teniente general Francisco González-Espresati, actual jefe del Mando Aéreo de Combate del Ejército del Aire, ha expresado “la necesidad de las Fuerzas Armadas de desarrollar sistemas que puedan combatir a aquellos que representen una amenaza”. “Es evidente que las capacidades que aportan estos sistemas militares en el campo de la inteligencia, la vigilancia, el reconocimiento, la capacidad que pueden tener algunos de ellos incluso para realizar ataques a superficie, pues pueden ser decisorios en cualquier tipo de conflicto”.
Las Fuerzas Armadas tienen varios tipos de drones en servicio. Cada ejército ha elegido sus propios modelos. Los más avanzados son los cuatro MQ-9 Predator B del Ejército del Aire, cuya misión principal es la vigilancia. No obstante, la principal inversión en drones española han sido los 1.800 millones de euros que el Gobierno ha destinado al proyecto EuroMALE, en el que también participan Alemania, Francia e Italia. Su objetivo es crear un dron militar de gran tamaño sustentado con tecnología europea que se integre en los ejércitos del continente a partir de 2025.