Los sistemas de conducción autónoma hacen que las personas que manejan esos vehículos conduzcan peor. Están menos atentos a la carretera y se distraen más que aquellos que conducen un coche sin este tipo de tecnología, pensada precisamente para aumentar la seguridad. Es el principal resultado de un nuevo estudio del MIT (siglas en inglés de Instituto Tecnológico de Massachusetts) en base a los datos recopilados de conductores que interactúan con el sistema Autopilot de Tesla.
Pese a su nombre, el sistema de la marca de coches eléctricos fundada por Elon Musk no es un verdadero “piloto automático”, sino un asistente que automatiza algunas fases de la conducción. También implementados y desarrollados por otros fabricantes, estos sistemas de ayuda pueden acelerar y frenar el vehículo en función del tráfico, mantenerlo centrado en el carril en las curvas, hacer adelantamientos, aparcar o detenerlo de emergencia si detectan un peatón u otro obstáculo en la carretera. Las versiones más avanzadas (y caras) pueden interpretar señales de stop y ceda el paso.
Estos sistemas de ayuda a la conducción no convierten al coche en autónomo, como reconoce la propia Tesla. Los conductores deben mantener las manos en el volante y su atención permanentemente para estar preparados para tomar el control en cualquier momento. No obstante, los investigadores del MIT han detectado que en la práctica esto no es así: cuando activan sistemas como el Autopilot los conductores desvían más la mirada de la carretera, llevándola a áreas no relacionadas con la conducción.
El estudio ha analizado el comportamiento diario de 290 conductores de Tesla de la zona de Boston (EEUU) a lo largo de un año, comparando cuando llevaban Autopilot activado y cuando no. Los resultados muestran un impacto negativo en casi los parámetros de atención del conductor cuando se activa el sistema.
“Las miradas fuera de la carretera eran más largas con Autopilot activo que sin él y sus características de frecuencia cambiaban”, explican los investigadores. Al encender el asistente, los conductores miraban menos a la carretera, por los retrovisores o al cuadro de instrumentos que en la conducción manual, “mientras que las miradas no relacionadas con la conducción fueron más frecuentes y más largas (el 22% de ellas superaron los dos segundos)”, recoge el estudio. “La mayor proporción de miradas fuera de la carretera no se compensó con miradas más largas hacia delante”, añade.
Investigación sobre las llamadas de atención al conductor
El estudio pretende ayudar a los fabricantes a diseñar sistemas de ayuda a la conducción más capaces de mantener la atención del conductor en la carretera, proponiendo varias mejoras. No obstante, su publicación llega en un momento en que las autoridades estadounidenses han decidido analizar con más atención el Autopilot de Tesla después de una serie de accidentes en los que el conductor no actuó adecuadamente.
El pasado agosto, la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de EEUU (NHTSA, por sus siglas en inglés) abrió una investigación tras 11 siniestros con vehículos de emergencias en los que se vieron implicados vehículos de Tesla con Autopilot activado. Estos accidentes acabaron con 17 heridos y un muerto y en todos ellos el vehículo de emergencia estaba parado en la vía, pero los vehículos no los detectaron a tiempo.
La investigación cubre a 765.000 Tesla modelos Y, X, S y 3 fabricados desde 2014 hasta la actualidad. Su objetivo es “evaluar las tecnologías y los métodos utilizados para supervisar, asistir y hacer cumplir el compromiso del conductor con la tarea de conducción dinámica durante el funcionamiento del Autopilot”, explicó en un comunicado la NHTSA. La agencia no reducirá sus pesquisas a Tesla, puesto que la semana pasada envió cartas a otros 12 fabricantes más, entre los que se encuentran BMW, Honda, Toyota o Ford, adelantó Bloomberg. Quiere recopilar información sobre cómo funcionan sus sistemas de ayuda a la conducción para “hacer un análisis comparativo” de cómo mantienen involucrado al conductor con lo que sucede en la carretera, entre otros aspectos.
El estudio y las investigaciones oficiales sobre Autopilot no han modificado los planes que la marca tiene para desarrollarlo. Uno de los reclamos publicitarios de Tesla es que “todos” sus coches nuevos son capaces de implementar “funciones de conducción completamente automática”, que se irán añadiendo a través de actualizaciones de su software. La marca tiene pensado introducir una nueva versión en fase beta de Autopilot esta misma semana, que permitirá a sus coches tener más autonomía en entornos urbanos.