China y España, con yacimientos que en distintas épocas revolucionaron la Antropología en las afueras de Pekín y en Atapuerca (norte), esconden claves para entender las primeras migraciones de seres humanos fuera de África, y así lo entienden científicos de ambos países, que cooperan intensamente.
Expertos como José María Bermúdez de Castro, que esta semana visitó Pekín, o los profesores Liu Wu y Wu Xiaojie, del Instituto de Paleontología y Paleontropología de China, comparten desde principios de esta década datos y métodos para avanzar en el misterio del origen del hombre.
Ello permitió el año pasado que este equipo chino-español, en el que también figura la antropóloga orensana María Martinón, también estos días en Pekín, descubriera los vestigios más antiguos de homo sapiens (nuestra especie actual) fuera de África.
Se trata de 47 dientes de entre 80.000 y 120.000 años de antigüedad hallados en las cuevas de Daoxian, en el centro de China.
“Nos ha unido un gran proyecto en el que estaremos trabajando muchos años”, subrayó a Efe Bermúdez, codirector de las excavaciones de Atapuerca (Burgos) y receptor en 1997 del Príncipe de Asturias de las Ciencias junto a otros investigadores de ese yacimiento.
China y España poseen dos de los restos más antiguos de homínidos en Eurasia: los más antiguos encontrados en la Sima del Elefante de Atapuerca en 2008 tienen 1,3 millones de años, mientras que en el sur de China el llamado “hombre de Yuanmou”, hallado en 1965, data de hace 1,7 millones de años.
Junto a los cinco homínidos encontrados en Dmanisi (Georgia) entre 2001 y 2005, de 1,8 millones de años, y hallazgos de antigüedad similar en Indonesia, otro paraíso para los antropólogos, Atapuerca y Yuanmou animan a reflexionar sobre cuándo y cómo salieron nuestros antepasados de África y por dónde se extendieron.
“En los últimos años, estudiando los fósiles y teniendo en cuenta las variaciones de clima, paisaje y hábitat, creemos que la evolución fue mucho menos lineal” de lo considerado en teorías clásicas, explicó Martinón en la charla que ella, Bermúdez y sus dos colegas chinos ofrecieron esta semana en el Instituto Cervantes de Pekín
“Es posible que las especies llegaran a Eurasia en diferentes oleadas y por tanto haya relaciones de parentesco pero que no evolucionaron únicamente en un lugar”, destacó la antropóloga gallega, actualmente en el University College de Londres, que se ha unido recientemente a la mencionada cooperación hispano-china.
Chinos y españoles se complementan en un momento en el que España acumula 40 años de tradición (Atapuerca comenzó a excavarse en 1976) y acumula el 80 por ciento de los datos de homínidos en Europa, mientras China tiene muchos yacimientos de primer nivel -más de una decena- y el dinero para financiarlos.
“Con la crisis económica los medios para la investigación cayeron bastante en España, y China económicamente está mejor, no hay que esconderlo, pero conservamos la tradición”, señaló Bermúdez a Efe.
En distintas épocas, China y España pusieron patas arriba la Antropología: en el país asiático ocurrió en 1921, cuando un equipo compuesto por expertos suecos, estadounidenses y chinos descubrió restos de homo erectus en Zhoukoudian, en las afueras de Pekín.
Aquel “Hombre de Pekín” -junto al indonesio “Hombre de Java” hallado en 1891- era entonces el homínido más antiguo conocido, ya que los grandes descubrimientos en África no llegarían hasta los 60 y 70, aunque los hallazgos pequineses se perdieron en la Segunda Guerra Mundial, con la invasión japonesa.
“Nunca dejaremos de buscar aquellos cráneos”, relató en el Cervantes el profesor Liu Wu, ya que algunas leyendas dicen que aquellos vestigios fueron robados por soldados nipones, aunque él opina que lo más probable es que quedaran destruidos fortuitamente por bombardeos.
Atapuerca, medio siglo después, batió dos veces el récord al homínido más antiguo encontrado en Europa Occidental, primero con los restos hallados en 1994 en la Gran Dolina, de un homo antecesor de hace unos 850.000 años, y más tarde con los mencionados de la Sima del Elefante, de 1,3 millones de años.
Los dos países siguen excavando en busca de más restos -en Atapuerca, explicó Bermúdez, hay trabajo “para 100 o 200 años más”- y en China los últimos hallazgos sensacionales son los de la Montaña del León, en el sur del país, donde se han encontrado restos similares a los neandertales.
Hasta ahora sólo se habían hallado restos de esta especie extinta, quizá la más cercana a nuestro homo sapiens sapiens actual, en Europa, pero el llamado “hombre de Maba” ofrece muchas similitudes, aunque no sea exactamente idéntico, explicó la profesora Wu Xiujie.