La Policía ha informado este martes de la detención en Rumania de un ciudadano de origen murciano, acusado de ser el líder de una banda cibercriminal acusada de múltiples delitos relacionados con el secuestro de cuentas de WhatsApp. Sobre él pesaban 33 requisitorias judiciales de varios tipos y de diferentes juzgados de toda España, ha informado la Policía, que le consideraba “uno de los ciberdelincuentes más buscados de España”.
El hombre se encontraba huido en Bucarest desde hace varios años. Desde allí perpetraba su actividad delictiva apoyado en al menos cuatro personas radicadas en España, en las provincias de Murcia, Málaga, Alicante y Tenerife. La organización delinquía en todo el territorio nacional.
La investigación comenzó en 2021 cuando se detectó un aumento de los secuestros de cuentas de WhatsApp, que elDiario.es recogió en esta información. El ataque consiste en solicitar a WhatsApp el código de verificación de la cuenta, el cual permite activarla en un dispositivo nuevo. Después, el ciberdelincuente se pone en contacto con la víctima haciéndose pasar por un contacto cercano y le explica que le ha enviado un código a su móvil por error. Si esta se lo facilita, le permitirá robarle la cuenta.
“Como es un contacto conocido el que nos pide el código, no nos hace desconfiar. Pero ese contacto, a su vez, también había sido víctima del fraude. Es un ataque en cadena”, detallaba en conversación con este medio Ruth García, del Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe).
El ataque se reprodujo por toda España. “Ante el incremento de este tipo de denuncias y la similitud del modus operandi, se hizo necesaria la coordinación de ambos cuerpos policiales para desarrollar una investigación conjunta. Fruto de la investigación, se llegó a la conclusión de que eran cometidas por un grupo perfectamente organizado y cuyo líder era un hombre de nacionalidad española natural de Murcia”, informa la Policía en su comunicado de este martes.
Los agentes han podido averiguar que el acusado seguía manejando “más de 55 identidades usurpadas con cientos de cuentas bancarias abiertas con las mismas, habiendo detectado hasta la fecha movimientos por más de 10 millones de euros”.
Una vez secuestrada la cuenta, la organización podía llevar a cabo múltiples delitos con ella. Solicitaban dinero a contactos, lanzaban estafas de alquileres vacacionales y todo tipo de suplantaciones de identidad, como contratar micro préstamos fraudulentos a nombre de terceros o abrir cuentas bancarias usurpando la identidad de terceros. También lanzaban el timo del “hijo en apuros”, en el que engañaban a padres y madres para que les enviaran dinero.
En total la Policía ha llegado a contabilizar más de 300 denuncias que relaciona con la banda ahora desarticulada. Durante la investigación se ha descubierto que su líder había adquirido “una impresora industrial para la impresión de documentos de identidad en soporte físico, los cuales empleaba para la apertura telemática de cuentas bancarias con identidades usurpadas o falsas, utilizando las mismas para la obtención y el blanqueo del dinero obtenido fraudulentamente”.
El detenido empleaba luego el dinero en la compra de criptomonedas. En su domicilio de Bucarest también se han encontrado dispositivos electrónicos que permiten el minado de estas. La operación ha contado con la colaboración de la policía rumana para su identificación y posterior arresto.