Hace unas horas Facebook presentó su app Facebook Home para Android. No es una app “normal”, pero tampoco es parte del sistema operativo, ni necesita que se modifique una línea de él. Al contrario de lo usual de otros sistemas, la aplicación que controla la interacción principal del usuario no es parte del sistema operativo, es una aplicación más que puede ser instalada por cualquier usuario, normalmente llamada home, o técnicamente launcher (o lanzador). Ese fue uno de los objetivos de diseño de Android, que los usuarios y fabricantes pudiesen instalar y personalizar hasta los últimos detalles de la interfaz de usuario principal del teléfono.
Esa decisión no está libre de problemas, es una de las causas de la “diversificación” de Android (aunque no la más importante, la diversidad de versiones diferentes del sistema operativo en diferentes modelos de teléfonos es el problema de fondo). Cada fabricante vende sus terminales con su propio lanzador. Ultimamente Samsung se ha posicionado como una clara competencia a la marca Google, incluso a Android, al vender sus exitosos modelos Galaxy con un lanzador y varias aplicaciones adicionales propias.
Lo mismo ocurre con las marcas principales de fabricantes, todas personalizan para intentar diferenciar sus dispositivos, aunque suelen llenarlos de bloatware, software que no interesa a nadie. No era una posición muy cómoda para Google, su propia marca y la de Android quedan difuminadas tras la marca de los fabricantes.
Facebook acaba de dar una vuelta de tuerca al concepto. El 12 de abril publicará su “aplicación lanzadora” en la Play Store, además de salir a la venta un teléfono, HTC First, que se venderá con la aplicación pre instalada y costará sólo $99 (76€).
Facebook tiene más de mil millones de usuarios, su aplicación es la que más tiempo se usa en los teléfonos móviles. Desde hace meses se hablaba de la posibilidad de que Facebook comercialice su propio teléfono, dada la inmensa cantidad de usuarios y la importancia de su marca. Pero han dado una sorpresa. Como comentó Mark Zuckerberg, un teléfono exitoso vende unas pocas decenas de millones, ellos apuntan a cientos de millones.
Desde el punto de vista de Facebook, la estrategia es brillante. No tienen que introducirse en el duro negocio de fabricación (con márgenes cada vez más bajos y necesidades logísticas de pesadilla), ni siquiera tienen que tocar el sistema operativo Android. Con ello se aseguran, con un coste muy bajo, poder llegar a los cientos de millones de usuarios, o al menos a los que son usuarios activos del sitio, que estarán conectados a Facebook las 24 horas, en detrimento de Google, Samsung, y hasta WhatsApp o LINE. Además lo venden como una nueva filosofía, la “gran innovación”, centrarse en las personas que importan más que en las aplicaciones.
Solución simple, barata, que generará tráfico y más adicción a Facebook, y vendible por “innovadora”. Brillante.
Supongo que los responsables de Google deben estar preocupados. WhatsApp o LINE ya tienen una competencia durísima con la mensajería, y los fabricantes tendrán que replantearse seriamente la personalización de sus terminales si quieren llegar también a los cientos de millones de usuarios de Facebook.
Aunque algunos comentaron que Facebook Home es una “privatización” de Android, está muy lejos de la realidad, al menos desde el punto de vista estrictamente técnico-legal. La empresa de Mark Zuckerberg no tuvo que modificar ni una línea de código, ni siquiera se tiene que preocupar por el sistema operativo Android, ya harán otros ese trabajo. Lo que sí ocurrirá, en todo caso, es que se “privatizarán” a los usuarios, algo que ya hace Apple con mucho éxito, y que Google intentaba imitar con el buscador y sus killer applications propietarias en los sistemas con Android. Ahora tienen una seria competencia, que lo hace invirtiendo recursos comparativamente ridículos. Ya no hace falta ser “propietarios” del sistema para “apropiarse” de los usuarios de smartphones. Si eres una empresa que ya cuenta con cientos de millones de usuarios, sólo basta desarrollar una aplicación.
En cualquier caso es un escenario imprevisto, y en cierto modo preocupante. Sólo una aplicación, relativamente pequeña, de una única empresa, puede convertirse en el intermediario de las relaciones personales de cientos de millones de personas las 24 horas del día.