Cuando llegas a una gran ciudad como Los Ángeles te sientes perdido. Es tan grande y desconocida para ti que un escalofrío te recorre el cuerpo los primeros segundos y piensas, ¿y ahora qué hago yo aquí?
Es lo que sientes cuando comienzas a jugar GTA V y te das cuenta de la dimensión del mapa aunque en esta ocasión el mundo habitable se limita a la ciudad de Los Santos y no a toda la región como en San Andreas. No necesita más porque las posibilidades que ofrece son tantas como las que cualquiera podría tener a su disposición con dinero en la cartera en una megalópolis sin ley.
Voy a tratar de contar cómo es ese primer contacto con este juego sin spoilers, dando a conocer a los personajes pero sin destripar su vida y sus misiones.
Robar no lo es todo
Para no perder la costumbre, este GTA comienza con un robo, pero no el del primer coche que pasa por la carretera es un auténtico atraco a un banco. El primer personaje que entra en escena se llama Michael y es un profesional de los robos, tanto que incluso se ha podido retirar a disfrutar de su dinero en esta ciudad de clima agradable bajo el sistema de protección de testigos.
Un flashback para comenzar con su último golpe y sus nefastas consecuencias, la forma de narrar no pierde comba con las últimas tendencias cinematográficas de Hollywood. Grand Theft Auto avanza en la trama mediante escenas de vídeo creadas con el propio motor del juego que asientan las bases para las misiones y suavizan las transiciones entre lo que se puede jugar y lo que solo se puede mirar. Es el momento perfecto para empezar a apreciar el trabajo de animación que ha realizado Rockstar North, sobre todo el facial. También destaca desde los primeros planos por su fotografía.
Un salto en el tiempo para llegar al presente y comenzar a encontrarse con el auténtico juego. Con una vida turbia a sus espaldas solo era cuestión de tiempo que los acontecimientos se volvieran a complicar. GTA V se juega saltando entre tres personajes que van sumándose a la historia poco a poco. Franklin entra en escena enseguida tras un encontronazo fortuito con el primer protagonista. La forma de encontrarse y su primera tarea juntos ya da una idea de cómo va a ser su futuro cercano.
Es algo más que un pequeño cambio para Grand Theft Auto, ya no habrá un solo personaje que cuidar y con el que encariñarse ni tampoco tienes que volver a empezar en lo más bajo de la mafia para escalar como un tipo duro. Este reparto de papeles apunta a situaciones paralelas y decisiones algo más complejas que el viejo avanza y acaba con todos.
Un mundo libre e infinito
Los Santos está inspirada en Los Ángeles, casi parece un calco zona a zona de la famosa ciudad del cine. Decadente, pervertida, peligrosa y racista pero perfecta para que un excéntrico se lo pase bien encontrando algo que hacer cada día. Así que durante las primeras horas de juego puede haber ocasiones en las que te sientes sumamente perdido, con tantas cosas que hacer que una sensación de vértigo aparece cada vez que pulsas el menú de pausa. Esta sensación se va diluyendo poco a poco, con los paseos de reconocimiento, que si ya de por sí son necesarios en cualquier juego de mundo abierto, en este se convierten en imprescindibles. Y además se disfrutan esas caminatas porque Los Santos está llena de vida.
No lo llamaría libertad, lo llamaría naturalidad. En cuanto te pones a los mandos estás obligado a tomar decisiones, la más importante, si avanzar en la historia o matar el tiempo: ¿Ir al cine a ver una película?, ¿cortarse el pelo o comprar una casa?, ¿jugar al tenis? Todo es posible y además es productivo porque cada actividad hace que los personajes mejoren sus habilidades. Si practica mucho al tenis o se da una carrera en vez de coger el coche, aumentarán sus indicadores de fuerza y de resistencia. Así no solo tendremos que 'hacer cosas' para pasar el rato en forma de minijuegos, si no que todo la vida secundaria de la ciudad repercutirá directamente en el control y manejo de nuestro personaje.
Más, más y más. También habrá tiempo para jugar con el perro, enseñarle movimientos, cuidarlo o sacarlo a pasear. Incluso su propio internet al que se accede desde el móvil para cotillear en una red social o hacer gestiones desde la web del banco o inversiones en bolsa.
Porque GTA ya no solo es pegar tiros y apalear prostitutas, como predicaba su mala fama. Los Santos no está poblada por personajes repetidos hasta la saciedad que la máquina controla repitiendo rutinas, si no que cada uno tiene su propia vida. Por ejemplo, los policías tienen malos rollos entre ellos, hay ciudadanos que se saltan semáforos o quien se da un paseo en lancha.
A cambio, el juego llega al límite de la capacidad de Xbox 360 y PS3, las consolas en las que ha salido a la venta, y sufre problemas como una framerate inestable y bajo o algunos movimientos robóticos en situaciones particulares que por el momento no estropean la experiencia.
Cómo no, entre tanto pasatiempo están los tours en coche, con uno propio o con cualquiera de los que están esperando a ser robados. Sus creadores nos han contado que habrá barcos, aviones, trenes, motos, helicópteros... de todo para hacer el loco, pero por el momento nos quedamos con los coches. Las sensaciones que transmiten siguen siendo de lo más realista, con ese toque de dificultad en la conducción para no relajarse demasiado, aunque al rebuscar entre las 42 emisoras de radio que ofrece siempre hay algún hilo musical con el que crearse una burbuja de placer. La música y el doblaje marcan desde el primer momento. Y de ahí a montar un lío con la policía tan solo hay un paso. Por mucho que GTA gane en consistencia o que se multipliquen los personajes y las misiones, siempre hay un buen momento para enrabietar a la policía.
Aquí no hay personaje que valga, este tipo de partidas son las que hacen sacar el rebelde de dentro, la destrucción por la destrucción, sin motivo y sin razón. Precisamente para eso es un videojuego y no la vida real.
Tres vidas por vivir
Los criminales son ellos. Michael, Franklin y Trevor. Sobre todo Trevor. La primera partida descubre un mundo gigantesco en el que hay mucho por hacer pero no se puede sacar una conclusión sobre GTA V sin conocer de verdad a estos tres personajes, si entre tanto elemento hay un buen pegamento. No basta con que nos cuenten sus historias, si Rockstar quiere llegar al nivel de gran obra audiovisual tiene que lograr que la película interactiva que cuenta sea suficientemente divertida por sí misma para que las más de 30 horas que dura (sin rodeos) inviten a pedir más y no a avanzar a toda prisa para poder conocer su final.