Elon Musk sigue poniendo en el dedo en la llaga de las cuentas falsas y bots de Twitter, la red social por la que ha hecho una oferta de compra de 44.000 millones de dólares. El multimillonario suspendió “temporalmente” la operación el pasado viernes por sus dudas sobre que el porcentaje de perfiles que no corresponden a ninguna persona u organización y solo se usan para el spam sea realmente del 5%, como asegura Twitter. Este martes, Musk ha denunciado que la cifra de cuentas falsas “podría ser mucho mayor del 20%”.
Ese 5% de cuentas falsas es una cifra estimada que Twitter comunicó al regulador bursátil estadounidense, la SEC, junto a su último balance, aunque la propia compañía reconocía que el número “podría ser mayor”.
Ante esta situación, Musk ha abierto la puerta a reducir el importe de su oferta por la compañía, cuyas acciones se han derrumbado un 20% desde el viernes. “Mi oferta se basaba en que los archivos de Twitter en la SEC fueran precisos”, ha publicado el magnate este martes, denunciando que Twitter se ha negado a ofrecer datos más precisos desde que se quejara de la falta de transparencia de la red social en esta cuestión. “Este acuerdo no puede avanzar hasta que lo haga”, ha avisado hoy.
Con estas palabras Musk demuestra que el posicionamiento oficial de Twitter respecto a sus quejas del viernes no es suficiente para que la compra siga adelante. La compañía no contestó de forma oficial hasta este lunes, cuando su CEO tomó la palabra. “El spam perjudica la experiencia de las personas reales en Twitter y, por tanto, puede perjudicar nuestro negocio. Por ello, estamos fuertemente incentivados para detectar y eliminar todo el spam que podamos, todos los días. Cualquiera que sugiera lo contrario se equivoca”, publicó Parag Agrawal en la plataforma.
Las declaraciones de Musk poniendo en duda la veracidad de que solo el 5% de las cuentas de Twitter sean falsas abrió un debate sobre esta cuestión, en el que especialistas coincidieron en que la plataforma no es demasiado proactiva a la hora de combatirlas. El jefe de la red social niega que todo sea tan fácil: “No se puede crear un conjunto de reglas para detectar el spam hoy y esperar que sigan funcionando mañana. No lo harán”.
“El spam no es sólo ”binario“ (humano / no humano)”, continuaba el jefe de Twitter: “Las campañas de spam más avanzadas utilizan combinaciones de humanos coordinados y automatización. También comprometen cuentas reales y las utilizan para avanzar en su campaña. Por lo tanto, son sofisticados y difíciles de atrapar”.
Pagrawal ha recordado que Twitter suspende aproximadamente medio millón de cuentas al día, la mayoría antes de que lleguen a publicar ningún comentario. “El reto más difícil es que muchas cuentas que parecen falsas superficialmente son en realidad personas reales. Y algunas de las cuentas de spam que son las más peligrosas —y que causan más daño a nuestros usuarios— pueden parecer totalmente legítimas en la superficie”.
Musk contestó a esta serie de comentarios del ejecutivo de origen indio con el emoji de un excremento. “¿Cómo saben los anunciantes lo que obtienen por su dinero? Esto es fundamental para la salud financiera de Twitter”, añadió el multimillonario en un segundo tuit. En un tercero, pide una “validación externa” de las estimaciones de Twitter sobre sus cuentas falsas. Musk ya es el máximo accionista de la red social tras comprar un 9,2% de sus participaciones a principios de abril.
La compañía, por su parte, no parece dispuesta a renegociar los términos del acuerdo. “Twitter se compromete a completar la transacción en el precio y los términos acordados tan pronto como sea posible”, explica en otro comunicado enviado a la SEC este martes.
El problema de las cuentas falsas
Las cuentas falsas no son solo un problema de Twitter, sino de cualquier red social. El modelo actual de esta industria es financiarse con la publicidad segmentada que distribuye a sus usuarios. Si su número de bots es mayor que el que reconocen, significa que los anunciantes pagan por mostrar su publicidad a un número de personas inflado. Los bots pueden aumentar el número de seguidores de una cuenta, escribir tuits, retuitear y dar like, pero desde luego no representan impactos publicitarios válidos para los publicistas y sus clientes: no son “usuarios monetizables”.
El gran peso de Twitter para influir en la agenda mediática hace que sea una de las más atacadas por aquellos que los diseñan y alquilan para campañas de manipulación. No obstante Musk, que denuncia que el porcentaje de cuentas falsas de Twitter podría ser “mucho mayor” que el que la compañía reconoce, no ha ofrecido datos que fundamenten esta queja más allá de sus impresiones personales como usuario de la plataforma. Mientras el debate se mantiene el valor de Twitter sigue cayendo en bolsa.
El valor de Tesla, que se disparó en las horas posteriores a la queja de Musk ante la posibilidad de que este suspendiera definitivamente la compra, volvió a hundirse posteriormente. El magnate cofundó este fabricante de coches eléctricos y posee aproximadamente un 15% de las acciones, que planea usar para financiar la compra de la red social. Sus inversores han reaccionado negativamente a ese movimiento y Tesla ha perdido aproximadamente un tercio de su valor en bolsa desde que Musk anunció su intención de hacerse con Twitter.