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Una exposición sobre algoritmos invita a repensar su peso en la vida diaria
El Centro del Carmen de Valencia acoge desde este viernes y hasta el 24 de junio “Los algoritmos suaves”, una ambiciosa exposición que combina videoarte y esculturas para invitar a reflexionar sobre la influencia de los códigos de la inteligencia artificial en la vida cotidiana humana.
El inicio de esta exposición coincide con la polémica en torno al uso comercial o político de datos personales en redes sociales de gran influencia, como Facebook, cuyos algoritmos limitan “la percepción de la realidad y el mundo” y suponen una “metacensura”, ya que se establecen a partir de los gustos de los internautas.
Así lo ha asegurado el director del Consorcio de Museos de la Comunitat Valenciana, José Luis Pérez Pont, en la presentación de la muestra ante los medios, en la que ha subrayado que los algoritmos implican “una forma suave de intervenir en nuestras decisiones” y “están trascendiendo mundialmente”, ya que los gestionan “empresas con intereses económicos y geopolíticos”.
El comisario de “Los algoritmos suaves”, Rafael Barber, ha destacado que el auge de estos códigos coincide con un “momento de crisis”, en el que “se impulsa el fascismo y se acentúa el cambio climático”, entre otros problemas.
La exhibición que toma desde este viernes el Centro de Arte Contemporáneo cuenta con obras de artistas procedentes de todo el mundo como Analivia Cordeiro (Sao Paulo), Helen Knowles (Manchester), Lawrence Lek (Fráncfort), Moisés Mañas (Elda, Alicante), Beatriz Olabarrieta (Bilbao) y Kit Craig (Oxfordshire).
El comisario ha descrito “Latentes” (2018), la pieza de Moisés Mañas, como un algoritmo que detecta el polvo que los cuerpos producen en la sala y responde “generando unos números”, de manera que “se construye una nueva idea de nosotros”.
Este artista ha manifestado que el objetivo de la obra es “trabajar sobre el concepto de latencia” y descubrir la relación de cuestiones implícitas en el espacio, pero que no son percibidas.
También se incluye la pieza “M3X3”, de Analivia Cordeiro, que se trata de la primera obra de videoarte brasileña, producida en 1973, así como “Omphaloskepsis”, de Kit Craig, y “Geomancer”, de Lawrence Lek.
En “Los algoritmos suaves” se plantea el hecho de que “una inteligencia artificial no puede hacer arte”, pero no busca “posicionarse a favor o en contra de los algoritmos, sino representar qué podemos hacer dentro de ese discurso”, según Barber.
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