La digitalización de la vida se expande conforme más dispositivos con nuevos tipos de sensores aparecen en el mercado. Con ellos, también se expande el negocio de las grandes tecnológicas que recopilan y ofrecen servicios en base a esos datos privados. Su próximo gran objetivo es el negocio sanitario. Su oferta, anuncian, “cambiar la forma en que la gente piensa, habla, controla y se centra en su salud”.
Son palabras de Jeff Williams, jefe de Operaciones de Apple, la mano derecha del presidente Tim Cook. En un amplio informe publicado esta semana, Williams desvela los planes de su compañía para seguir avanzando en el negocio sanitario, donde ya recopilan 150 tipos de datos diferentes –desde la frecuencia cardíaca a la actividad física, pasando por las horas y la calidad del sueño, por ejemplo–. “La aplicación Salud está disponible en todos los iPhone, y actúa como un lugar central y seguro para que los usuarios vean toda su información de salud”, afirma Williams en el texto En Reino Unido, EEUU y Canadá, los usuarios pueden acceder incluso a los registros de instituciones sanitarias que ya están conectadas al sistema.
Apple lleva ocho años desarrollando esta estrategia, que ahora pretende expandir, pero a ella ya se han sumado prácticamente todas los gigantes del mercado digital. Este jueves Amazon ha comprado la aseguradora médica One Medical por unos 3.900 millones de dólares (prácticamente la misma cifra en euros), un movimiento determinante para su entrada en el negocio sanitario que ha justificado en los mismos términos que Apple.
“Creemos que la atención sanitaria ocupa un lugar destacado en la lista de experiencias que necesitan ser reinventadas”, ha señalado Neil Lindsay, el responsable de la división de Salud del gigante del comercio electrónico. “Reservar una cita, esperar semanas o incluso meses para ser atendido, ausentarse del trabajo, conducir hasta una clínica, encontrar un lugar para aparcar, esperar en la sala de espera y luego en la sala de examen para lo que a menudo son unos minutos apresurados con un médico, y luego hacer otro viaje a una farmacia: vemos muchas oportunidades tanto para mejorar la calidad de la experiencia como para devolver a la gente un tiempo valioso en sus días”, asegura.
Los datos personales como negocio
Como reconoce Amazon, la estrategia de las grandes tecnológicas para crecer hacia el mercado sanitario va a seguir la misma estrategia que las ha convertido en las empresas más valiosas de la tierra a base de hacer con información de sus usuarios. Recogiendo datos para digitalizar y automatizar procesos, vinculando en una sola plataforma servicios que antes se encontraban descentralizados o desconectados. Por último, Inteligencia Artificial entrenada gracias a ese acceso e esas enormes cantidades de información y que coloque sus servicios en un escalón inalcanzable para otras empresas o instituciones.
En este momento Google ya tiene una Inteligencia Artificial certificada por la UE para realizar diagnósticos sobre problemas de piel, uñas o cabello. Se llama “DermAssist” y hace su evaluación a partir de tres imágenes de la zona del problema. “Desde tu teléfono u ordenador, sube 3 fotos de tu estado de salud y responde a unas cuantas preguntas. Utilizando lo que ha aprendido de millones de imágenes relacionadas con la piel, DermAssist busca signos de diversas afecciones cutáneas en las fotos y la información enviadas”, explica la multinacional.
Google asegura que su dermatólogo automático puede “identificar más del 90% de las afecciones cutáneas más buscadas”. Expone que el sistema es seguro, que no usa los datos que recoge a través de él con motivos publicitarios y el usuario puede desactivar la posibilidad de que su información se comparta con terceros –algo que sucede si no lo hace–-.
Las tecnológicas ofrecen también sus sistemas como productos de pago para clínicas e instituciones sanitarias que busquen digitalizarse o un acceso más sencillo a las capacidades que otorga la Inteligencia Artificial. Como parte de su estrategia de promoción de esta línea de negocio creciente, los grandes tecnológicas están, además, impulsando líneas de investigación médica y becas para organizaciones dirigidas a personas vulnerables o sin recursos.
Apple, por ejemplo, tienen un programa especial para donar relojes inteligentes a investigadores con estudios en marcha, así como ponerlos en contacto con usuarios dispuestos a participar en ellos. “Con estas aportaciones, y aprovechando nuestra tecnología de sensores, los investigadores pueden estudiar grupos grandes y variados, obtener datos frecuentes y, en última instancia, analizar los datos de una representación más amplia de la población”, afirma la multinacional. Google participa en estudios internacionales contra el cáncer.
Los datos sanitarios, sujetos a especial protección
Para ambas compañías, la vía de entrada en ese negocio fueron precisamente los teléfonos, que desde hace años se complementan con los datos recogidos a través de pulseras deportivas o relojes inteligentes. El primer paso del negocio, en apariencia desvinculado con este objetivo final, fueron los servicios relacionados con el fitness, que poco a poco se extendieron al ámbito sanitario y han ido incorporando más datos y más concretos.
Como Amazon no cuenta, en principio, con ese atajo hasta los datos sanitarios, clave de todo el sistema sistema, está abriéndose camino a través de la adquisición de compañías como One Medical. Con ellos puede nutrir algo de lo que sí dispone, como son algunos de los sistemas de Inteligencia Artificial más potentes del mundo y completos perfiles de consumidor de gran parte de la población occidental.
“Nos encanta inventar para hacer más fácil lo que debería ser fácil y queremos ser una de las empresas que ayude a mejorar drásticamente la experiencia sanitaria en los próximos años. Junto con el enfoque de la atención sanitaria centrado en el ser humano y potenciado por la tecnología de One Medical, creemos que podemos y ayudaremos a más personas a obtener una mejor atención, cuando y como la necesiten. Estamos deseando cumplir esa misión a largo plazo”, ha justificado la compañía la adquisición este jueves.
Por el momento, este tipo de servicios de las grandes multinacionales tecnológicas están más enfocados al mercado estadounidense, donde el abaratamiento del acceso a un diagnóstico rápido es un gran plus para grandes masas de población en un sistema copado por los seguros privados de elevado coste y la falta de alternativas públicas. En Europa, además, el negocio de los gigantes tecnológicos se complica –al menos, por ahora– debido a las mayores restricciones al uso de datos personales relativos a la salud.
El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la UE establece que los datos sanitarios como “especiales” y establece protecciones específicas. Entre ellas, la total prohibición de utilizarlos sin consentimiento expreso e informado de la persona, así como muchas limitaciones a su inclusión como parte de perfiles publicitarios o de otro tipo. Además, establece que las compañías que los traten deben conceder acceso a los usuarios a la información que tienen de ellos en cualquier momento, así como eliminarlos si lo solicitan.