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De Corinna al emir de Kuwait y de Bahamas a Botsuana: el atlas hacker para seguir cada detalle del 'caso Juan Carlos'

El 16 de agosto de 2019 el fiscal jefe del cantón de Ginebra, Yves Bertossa, dirige una petición al juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón. Bertossa le avisa que sus investigaciones apuntan a que Juan Carlos de Borbón ha cobrado millones como comisionista en la adjudicación a empresas españolas de la construcción de una línea de tren en Arabia Saudí. El fiscal suizo sospecha que el rey emérito ha ocultado los fondos en su país mediante testaferros.

Esa carta es uno de los documentos más importantes en el caso de la presunta corrupción de Juan Carlos de Borbón. Pero además de él y de su amante, Corinna Larsen, la petición de Bertossa menciona a Hamad bin Isa Al Jalifa, a Álvaro de Orleans-Borbón, a Salah Al-Ahmad Al-Yabber Al-Sabah y a sociedades como la Fundación Lucum, Rhône Gestion, Siam Partners, Solare Investors Corp. o el Banco Mirabaud. Con el paso de los meses la justicia y los medios de comunicación españoles, suizos, belgas, alemanes y británicos han ido revelando otros tantos nombres relacionados con el caso, citando la intervención de empresas, bancos y fundaciones de distintos lugares del mundo que sirvieron para mover el dinero.

“¿Cómo modelar una realidad humana compleja, donde se enmadejan personas, sociedades, documentos, hechos y lugares a través de conexiones poliédricas y que mutan en el tiempo? La donación es mi propuesta para abordar esa tesitura”. Son palabras de Jaime Gómez-Obregón, “ingeniero de datos, hacker y gamberro digital”, que ha diseñado un gran atlas virtual para seguir cada detalle de la corrupción que salpica a la Casa Real española. Incluye 599 nodos (personas físicas o jurídicas vinculadas al caso) y 809 relaciones distintas establecidas entre ellos a partir de los 273 documentos publicados hasta el momento con relación con los hechos, recopilados de 30 fuentes distintas. Entre ellas están los medios, pero también otras fuentes públicas como el BOE, el registro mercantil británico o los comunicados de Zarzuela.

La donación, nombrada así por la transferencia de 60 millones de euros de Juan Carlos de Borbón a Corinna Larsen que desencadenó la cascada de revelaciones, incluye también un mapa con los 28 lugares del mundo donde se suceden los hechos, así como una línea de tiempo empieza en 2005. En conjunto, se trata de “una herramienta visual e interactiva que faculta a cualquier persona para explorar un fenómeno complejo desde las dimensiones cronológica, geográfica, documental y de los actores intervinientes”, declara su autor.

Desde Botsuana, donde el rey emérito se fracturó la cadera en un viaje en el que le acompañaba la aristócrata alemana; pasando por Bahamas, a donde presuntamente transfirió el rey su patrimonio suizo; hasta la isla de Jersey, donde supuestamente ocultó 5 millones de euros de 2005. Y de Algyz Security, la empresa que contrató el CNI para vigilar a Corinna Larsen (según su declaración jurada) hasta el emir de Kuwait, que en 2010 transfirió a esta otros cinco millones que supuestamente acabaron en cuentas controladas por Juan Carlos de Borbón. Todo queda recogido en La donación y enlazado con las fuentes primarias que lo han documentado.

“Los documentos son la piedra angular del proyecto: en él no se afirma nada que no conste ya en alguno de los documentos públicos de la investigación”, explica Gómez-Obregón a elDiario.es. “Pero al compilar todos ellos y relacionarlos informáticamente es cuando afloran y se hacen evidentes relaciones que antes estaban ocultas en el océano de información”.

Y de entre esas relaciones que revela en cruce de datos, el ingeniero enumera: “Por ejemplo, la coincidencia en los viajes a Oriente Medio del entonces rey de España y el ciclo de vida de algunas sociedades offshore de Corinna Larsen. O que su entonces yerno, Jaime de Marichalar, era consejero de Credit Suisse cuando esta misma entidad no indagó suficientemente el origen de los ingresos millonarios de la fundación Zagatka a beneficio del monarca. O el encaje de las altas distinciones concedidas por el rey —el toisón de oro, el marquesado de Villar Mir…— a personas significadas en negocios privados entonces desconocidos a la opinión pública”.

“Los documentos son los mimbres, pero mi herramienta proporciona una dimensión nueva al ofrecer todos los datos conectados por primera vez. Esta nueva lectura bien contextualizada de los hechos es clave”, defiende.

“Los instrumentos tradicionales no resultan eficaces”

Gómez-Obregón (Santander, 1981) no es nuevo en este tipo de aventuras. “Desde 2004 trabajo profesionalmente con grandes volúmenes de datos. Mi robot @BORMECantabria lleva 11 años tuiteando cada mañana las nuevas empresas que se constituyen en la región. Su hermano @BOCantabria cumple ahora uno difundiendo el boletín autonómico en Twitter”, recuerda vía mail.

El ingeniero es cofundador de la asesoría tecnológica Iteisa y fue presidente de Ascentic, la patronal cántabra de nuevas tecnologías. En 2020 decidió llevar el “reto intelectual” de los proyectos de transparencia un paso más allá y dedicarse a él a tiempo completo. Empezó a cruzar las contrataciones públicas del Gobierno de Cantabria con todas las candidaturas políticas de la región. El experimentó arrojó varias coincidencias sospechosas y le granjeó una importante base de seguidores que le apoyan a través de Patreon, donde a día de hoy acumula 512 mecenas que pagan cuotas de 5, 10 o 50 euros mensuales.

Una vez concluido el experimento cántabro, la trama de corrupción que rodea a la Casa Real apareció como un objetivo ideal donde aplicar la medicina de la transparencia informática. Tras cuatro meses de trabajo, La donación salió a la luz este martes. “Gracias al crowdfunding puedo concentrar mi esfuerzo intelectual exclusivamente en el reto que abordo en cada proyecto. Es también la constatación de que mi trabajo es valorado por otras personas, que están dispuestas a poner algo de dinero cada mes para que pueda seguir haciéndolo. Muchos estamos hastiados de la corrupción en España y del descrédito de las instituciones, pero nos une el convencimiento de que con tecnología y datos podemos, desde la ciudadanía, cambiar las cosas”.

El resultado va más allá de la mera exposición de los datos publicados hasta el momento. La máquina que ha programado puede comer documentos y transformarlos automáticamente en nombres, lugares, acciones y hechos, encajándolos en la red de relaciones. Para entrenarla le ha mostrado manualmente cada documento, parametrizando clases, objetos, atributos y un vocabulario de relaciones.

“Construir software con herramientas existentes aporta funcionalidad, pero también supone incorporar las soluciones de otros, con sus limitaciones, a tus propios problemas. En este proyecto he preferido construir el proyecto completamente a medida, utilizando básicamente JavaScript. De este modo he podido construir una herramienta que resuelve específicamente el problema que he querido abordar, y hacerlo además sin perder el control de los detalles”, aclara en sus respuestas a este medio.

Preguntado por lo más difícil de gestionar en estos meses, Gómez-Obregón responde taxativamente. “En todos mis proyectos, sin duda, la incertidumbre jurídica. Las leyes sobre inteligencia de datos, datos personales y transparencia son complejas. Y lo que yo hago en ocasiones no está previsto en los escenarios taxativos de la norma o la jurisprudencia. Mis abogados no me pueden garantizar que no vaya a recibir un burofax o una querella, porque mis últimos proyectos en pos de la transparencia en las instituciones son un caminar por el alféizar. Sin duda lo más garantista es no hacer nada, quedarse en el sofá. Pero si no haces nada, no cambia nada”.

Mis abogados no me pueden garantizar que no vaya a recibir una querella. Sin duda lo más garantista es no hacer nada, quedarse en el sofá. Pero si no haces nada, no cambia nada

El poder cambiar las cosas desde la sociedad civil mediante las herramientas de transparencia y rendición de cuentas está muy presente en el discurso de Gómez-Obregón, así como en las motivaciones que expone en La Donación. “Las filtraciones masivas de datos, como la lista Falciani o los papeles de Panamá, han expuesto por primera vez la vulnerabilidad de la maquinaria global de lavado de dinero, evasión de impuestos y crimen organizado. Y la ciencia de datos hace aflorar evidencias tangibles de un vasto océano de información que de otra manera sería insondable al esfuerzo humano”.

Con el gran atlas hacker del 'caso Juan Carlos' funcionando, su autor ya piensa en próximos proyectos. Escogerlo, en cambio, podría no ser tan sencillo como en el caso de Juan Carlos de Borbón.