“I was strolling on the moon one day, in the merry, merry month of december”. Los astronautas Gene Cernan y Jack Schmitt cantaron esta melodía infantil mientras botaban vestidos con trajes espaciales sobre la superficie de la Luna, la última vez que la humanidad pisó el satélite, en diciembre de 1972. Casi medio siglo después, la NASA ha dado el primer paso para volver a explorar la superficie del cuerpo que orbita el planeta y llevar allí a “la primera mujer y la primera persona afroamericana”. La histórica misión Artemis I, sin tripulación, pero con el objetivo de preparar esa expedición, ha conseguido despegar con éxito rumbo a la Luna desde el Centro Espacial Kennedy de Cabo Cañaveral, en el estado de Florida, en Estados Unidos.
Durante seis semanas de viaje, la nave, con dos maniquíes en su interior, entrará en la órbita lunar utilizando la gravedad del satélite para ganar velocidad y propulsarse a casi medio millón de kilómetros de la Tierra, más lejos de lo que jamás ha viajado ninguna nave espacial con capacidad de albergar a personas en su interior.
El objetivo general del programa Artemis de la NASA es devolver a los humanos a la Luna por primera vez en medio siglo y la misión Artemis I pondrá a prueba la nave espacial Orión de la NASA y su módulo de servicio europeo durante un viaje de ida y vuelta a la Luna. El cohete SLS, con una altura superior a un edificio de 30 plantas (98 metros), ha costado a la NASA unos 4.000 millones de dólares. La agencia ha tenido que retrasar cuatro veces la partida de la misión, dos por razones técnicas y otras dos por causas meteorológicas.
Finalmente, en la madrugada de este miércoles ha logrado despegar, propulsado por cuatro motores RS-25 y una pareja de refuerzos, que se han ido derritiendo en los primeros minutos de ascensión. Una vez que la nave entre en la órbita de la tierra y despliegue sus paneles solares, el sistema interno criogénico de propulsión (ICPS, en inglés) proporcionará a Orion la energía necesaria para salir del campo de gravedad terrestre y encaminarse hacia la Luna. Es la denominada “inyección translunar”, una maniobra que fija el punto del satélite que guiará a la nave lo suficientemente cerca de la Luna para quedar atrapada en su campo de gravedad.
Orion se deshará del ICPS en el espacio aproximadamente dos horas después del despegue. Ese módulo desplegará diez pequeños satélites, denominados CubeSats, que servirán para estudiar la Luna y otras peculiaridades del espacio exterior, según la información de la NASA. La nave Orion seguirá su camino hacia la Luna, ya propulsada entonces por un módulo que ha diseñado la Agencia Espacial Europea (ESA, en inglés), el principal sistema de propulsión con el que contará la nave a partir de ese momento.
Para volver a la Tierra, la nave volverá a utilizar el campo de gravedad lunar para propulsarse, encendiendo los motores en el momento preciso de mayor energía. Orion entrará a la atmósfera terrestre a una velocidad de 40.000 kilómetros por hora. La atmósfera frenará la velocidad hasta los 480 km/h y elevará la temperatura alrededor del vehículo hasta los 2.800ºC, lo que servirá para probar los escudos de calor incorporados.
Una vez superada esa zona de calor, se desplegarán los paracaídas. Primero, a unos 7.600 metros de altura, saldrá de la nave una cobertura de protección y un minuto después, cuando la velocidad se reduzca a los 160 km/h, se activarán tres paracaídas automáticos que bajarán la velocidad de caída a unos 32 km/h. La nave amerizará a la altura de la costa de San Diego.
Ensayo para Artemis II y III
Esta primera misión durará varios días servirá como ensayo para probar el cohete SLS, la nave espacial y todos sus subsistemas para garantizar que sean lo suficientemente seguros para que los astronautas vuelen a la Luna y regresen.
En la segunda misión Artemis, prevista según los cálculos de la NASA para 2024, cuatro astronautas viajarán alrededor de la Luna en un viaje de aproximación a nuestro satélite natural. Un año después, siempre según el programa espacial, dos personas volverán a pisar la Luna. Una mujer y un hombre afroamericano caminarán por primera vez sobre el satélite. La agencia estadounidense ha identificado trece regiones en las que podría realizar el próximo alunizaje que devolvería más de 50 años después a la humanidad al satélite que ilumina las noches terrestres.
La última misión de la NASA en la que sus astronautas pisaron la Luna se remonta a Apolo 17, que se llevó a cabo entre el 7 y el 19 de diciembre de 1972. Era el tercer programa en apenas tres años que lo había logrado, después del hito del Apolo 11, que convirtió a Neil Armistrong, Michael Collins y Buzz Aldrin en las primeras personas que lograron alunizar. El programa Artemis toma precisamente el nombre de la hermana gemela del dios Apolo según la mitología griega.
La NASA explica que la luna es solo un paso intermedio para su objetivo final: la exploración de otros destinos más allá de la Tierra, incluido Marte. Así lo afirmó en una entrevista para este diario el físico español Eduardo García Llama, que trabaja para este programa de la NASA. “Uno de los objetivos de este programa de viajes a la Luna es establecer una presencia permanente allí”, afirmó.