Mark Zuckerberg salva su momento más difícil sin dejar caer el metaverso
Luz al final del túnel para Mark Zuckerberg. Meta ha subido un 14% en bolsa este jueves tras anunciar que ha conseguido aumentar sus ingresos un 3% respecto al año anterior, el primero de su historia en el que la facturación cayó. Los resultados del primer trimestre de 2023 confirman que la multinacional ha dejado atrás un año negro que llegó a poner en cuestión toda su estrategia a corto, medio y largo plazo: el metaverso seguirá recibiendo decenas de miles de millones al año para hacerse realidad y Zuckerberg sale vivo de su momento más difícil, un punto de inflexión en su carrera como empresario.
Porque lo de Cambridge Analytica fue complicado, pero terminó siendo un escándalo reputacional. Zuckerberg fue al parlamento de EEUU, al británico y a Bruselas, los diputados intentaron mostrarse duros con él y, a grandes rasgos, todo acabó ahí. Facebook mantuvo su dominio de las redes sociales y su papel clave en la publicidad online, el negocio que sustenta toda la economía digital. No perdió usuarios. Sus acciones se recuperaron en unos meses. La compensación económica que ha pactado con los afectados equivale al 0,62% de su facturación anual. Cinco años después de Cambridge Analytica, hay más memes de Zuckerberg fallando al intentar mostrarse tranquilo en sus comparecencias que cicatrices del caso en su empresa.
Lo del metaverso ha sido muy diferente. El cambio de marca de Facebook a Meta en otoño de 2021 marcó el inicio de la primera crisis económica a gran escala para el empresario. No era solo que los inversores no compraran su idea de que el futuro de Internet pasa por una red de mundos interconectados creados con realidad virtual. Es que, a la vez, aparecieron problemas a corto que dañaban la imagen de la compañía como organización innovadora: su producto insignia, Facebook, perdió usuarios por primera vez en su historia; Instagram basaba su estrategia en copiar a TikTok y WhatsApp tiene un margen de maniobra limitado.
A eso se unía una nueva crisis reputacional, pero con tono distinto a la de Cambridge Analytica. En aquel caso, Facebook defendió que la empresa británica y sus manipuladores electorales habían abusado de sus sistemas sin su conocimiento. Lo que denunció Frances Haugen es que ahora la compañía sabe que Instagram resulta tóxico para muchos adolescentes o que sus medidas contra la desinformación no funcionan, pero que no hace nada por evitarlo porque gana dinero con ello. Zuckerberg negó todas las acusaciones y acusó a la extrabajadora de protagonizar una estrategia diseñada para dañar a la compañía.
Todo ello conformó una tormenta perfecta que hizo que Meta perdiera en un año el 75% del valor en bolsa que heredó de Facebook. La compañía cerró 2022 como el primer año desde que empezó a hacer públicas sus cuentas en 2008 en el que ingresó menos que en el ejercicio anterior. Poco antes de terminar el año, se presentó ChatGPT y comenzó la revolución de las inteligencias artificiales generativas, en las que Meta tampoco era protagonista. Todo iba cuesta abajo.
El efecto de los 21.000 despidos
Ante la enorme caída en bolsa y una facturación menguante, ¿podría Zuckerberg mantener su apuesta por el metaverso? Un gran número de analistas y medios interpretaron que no. Que el gurú de la web 2.0 y uno de los arquitectos del modelo económico de la red basado en los anuncios personalizados había fallado y tendría que retirar su apuesta por la realidad virtual para concentrarse en la inteligencia artificial. Para ellos ha sido el primer mensaje ahora que la tormenta amaina. “Se ha desarrollado una narrativa de que estamos alejándonos de nuestra visión del metaverso, y quiero decir directamente que eso no es cierto”, ha presumido Zuckerberg este jueves.
Sin embargo, el comienzo de la recuperación de Meta no coincide con ningún anuncio sobre nuevas tecnologías del metaverso. El cambio de tendencia se produjo cuando Zuckerberg modificó su estrategia y pasó de decir que iba a contratar a decenas de miles de ingenieros para desarrollarlo a despedir al 25% de la plantilla de la corporación. 21.000 personas.
Meta es la tecnológica que más despidos ha anunciado en la ronda de destrucción de empleos sin precedentes que ha afrontado el sector en los últimos meses. El empresario ha declarado 2023 como “el año de la eficiencia” en la corporación, lo que viene a significar que cualquiera puede ser despedido. Pese a que los costes de la enorme reducción de plantilla han impactado directamente en su balance de beneficios (Meta ha ganado un 24% menos que el año pasado), Wall Street ha premiado el cambio de rumbo de la compañía y los nubarrones quedan atrás.
El apoyo de los mercados reafirma la posición del empresario y esto le permite mantener su estrategia a largo plazo. Reality Labs, la división de Meta que se encarga del metaverso, ha quemado 4.000 millones de dólares en este trimestre, un 35% más que en el anterior. Este año la compañía ha presentado unas nuevas gafas de realidad virtual que suponen un salto sustancial respecto al modelo anterior, pero valen 1.200 euros y están destinadas al uso profesional. Un rediseño dirigido al público general y una rebaja de precio del dispositivo podrían ser el punto de inflexión para saber si Zuckerberg acierta en su creencia de que el Internet del futuro se verá con gafas de realidad virtual.
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