Sam Altman ha pasado apenas dos días en el paro. Después de que su despido fulgurante como CEO de OpenAI se anunciara el viernes por la tarde, el ejecutivo ha sido repescado por Microsoft para liderar su equipo de investigación en inteligencia artificial avanzada. A Altman se unirá Greg Brockman, ex presidente OpenAI, así como otros altos ejecutivos que dimitieron de sus puestos en la compañía que desarrolla ChatGPT tras conocerse la salida de su líder.
Así lo ha anunciado el propio Satya Nadella, presidente de Microsoft. “Estamos muy emocionados de compartir la noticia de que Sam Altman y Greg Brockman, junto con sus colegas, se unirán a Microsoft para liderar un nuevo equipo de investigación avanzada de IA. Esperamos actuar rápidamente para brindarles los recursos necesarios para su éxito”, ha publicado en X (anteriormente conocida como Twitter).
El movimiento de Microsoft ha sido casi tan rápido como el despido de Altman, que el mismo jueves estaba participando en un acto en la Cumbre Económica de Asia Pacífico (APEC) para avisar del potencial de la inteligencia artificial. Esa misma noche Altman recibió un mensaje que lo citaba al mediodía del viernes a una reunión por videoconferencia, a la que se unió sin saber que iba a ser despedido.
La reunión de la junta directiva de OpenAI con Altman duró apenas un cuarto de hora. Según ha desvelado Brockman, él recibió un mensaje a las 12.19 horas preguntándole si podía unirse a la reunión, de la que su exjefe ya había salido. A las 12.23 horas se conecta a la llamada y recibe el comunicado de que Altman ha sido despedido y que él dejará de inmediato su puesto como presidente de la compañía. A las 12.28 horas OpenAI anunciaba los dos movimientos en las redes sociales.
“La salida del Sr. Altman se produce tras un proceso de revisión deliberativa por parte del consejo, que llegó a la conclusión de que no fue consistentemente sincero en sus comunicaciones con el consejo, obstaculizando su capacidad para ejercer sus responsabilidades. El consejo ya no confía en su capacidad para seguir dirigiendo OpenAI”, explicaba sin eufemismos el comunicado de su ex empresa.
OpenAI ofreció a Brockman continuar ligado a la compañía, pero este dimitió inmediatamente después. Al menos otros tres altos ejecutivos han hecho lo mismo después de tratar en vano de convencer a la directiva de que trajera de vuelta a Altman, según han informado varios medios estadounidenses. Tanto Altman como Brockman son cofundadores de OpenAI.
La compañía ha nombrado a Emmett Shear, ex CEO de Twitch, como director ejecutivo interino. “Posee una mezcla única de habilidades, experiencia y relaciones que impulsarán OpenAI”, ha explicado la junta a los empleados en un memorando interno al que ha tenido acceso el New York Times. Tras la salida de Altman ese puesto lo había ocupado Mira Murati, la jefa de Tecnología, que apenas ha durado unas horas en el puesto.
Con el polvo asentándose, parece que el gran ganador de la jugada ha sido Microsoft. Consigue sumar a su equipo al CEO tecnológico más popular y visible del momento, especializado en una tecnología clave, aunque por el momento se desconoce el papel que tendrá en su nuevo laboratorio de investigación en inteligencia artificial avanzada. La multinacional fundada por Bill Gates y OpenAI tienen una estrecha relación comercial después de que la primera hiciera varias inversiones en la segunda, incluida una de 10.000 millones de dólares, para conseguir un acceso preferencial a sus productos.
Desde que se firmó esa alianza Microsoft ha volcado su estrategia para el futuro en la inteligencia artificial, incorporando un asistente basado en ChatGPT a su buscador Bing. El avance no ha conseguido sin embargo restarle cuota de mercado a Google, que rápidamente contraatacó incorporando una tecnología similar a sus búsquedas, denominada Bard. “Seguimos comprometidos con nuestra asociación con OpenAI y tenemos confianza en nuestra hoja de ruta de productos”, ha afirmado Satya Nadella el anuncio del fichaje de Altman.