Juan Verano
Nueva Delhi, 5 dic (EFE).- Las misiones de la ESA parten habitualmente desde el puerto espacial europeo de Kurú, en la Guayana Francesa, pero ciertas especificidades técnicas de esta misión y su elevado coste están detrás de la elección de la India, pujante potencia espacial, como lugar de lanzamiento de su última misión.
“Se eligió el lanzador PSLV-XL de la India porque la elevación necesaria para colocar los satélites Proba-3 combinados -que pesan 550 kg- en su órbita altamente elíptica deseada supera la capacidad del lanzador Vega-C de la ESA, mientras que Ariane 6 sería demasiado costoso para una misión de demostración de tecnología con un presupuesto limitado”, según la agencia europea.
El coste de la Proba-3, que despegó con éxito este jueves, es de 200 millones de euros, de los cuales 30 millones se corresponden con el coste del lanzamiento, 15 millones con el de las operaciones y estaciones terrestres, otros 15 con el desarrollo de operaciones de carga útil científica, y la mayoría, 140 millones, con la adquisición de las naves y el desarrollo de las tecnologías necesarias para completar la misión.
Los principales contribuyentes de la misión son España, que asume un 38 % del coste de la misión; Bélgica, un 34 %; Polonia y Rumanía, con un 4 % respectivamente, y Austria, Luxemburgo, Suiza y el Reino Unido, con un 3 % del coste cada uno.
¿Para qué sirve Proba-3?
Las dificultad principal de estudiar esta región del Sol es su elevado brillo.
Los dos instrumentos aeroespaciales que componen Proba-3, Coronagraph y Occulter, podrán crear eclipses artificiales de varias horas que permitirán estudios prolongados del Sol.
Según la ESA, la corona solar es más de un millón de grados más caliente que el Sol, y Proba-3 permitirá conocer mejor las eyecciones de masa coronal o las tormentas solares que pueden afectar al funcionamiento de satélites, redes de comunicación y de energía en la Tierra.
“Si la luz del Sol no está bloqueada, cualquier telescopio de observación queda cegado por esta luz y no puede ver la corona, como si se intentara ver una luciérnaga junto a una hoguera”, explica la ESA.
¿Cómo funciona la misión?
Para replicar los eclipses, Proba-3 cuenta con dos satélites, Coronograph Spacefraft, que cumplirá las funciones de telescopio, y Occulter Spacecraft, que actuará como un obturador lumínico entre la primera nave y el Sol.
La misión prevé que los satélites efectúen esta simulación en un centenar de ocasiones en los dos años de vida útil de la misión- las dos aeronaves tendrán que volar en formación de manera autónoma.
Este complejo y pionero sistema de maniobras de vuelo espacial requiere de sistemas de sensores de posicionamiento que deberán funcionar con una exactitud milimétrica para que ninguna discrepancia impida su operación coordinada.
¿Por qué se retrasó el lanzamiento de Proba-3?
Previsto inicialmente para el miércoles, la ESA y la ISRO tuvieron que retrasar un día el lanzamiento de Proba-3, por el hallazgo de una anomalía en el sistema de propulsión redundante del satélite Coronagraph, uno de los dos aparatos europeos de la misión, según confirmó el martes en X el director de la agencia europea, Josef Aschbacher.