Las criptomonedas se enfrentan a meses cruciales para definir su encaje en la economía mundial. Los grandes bloques están asentando sus posiciones oficiales y fijando las relaciones que esperan tener con ellas. Mientras El Salvador se ha convertido en el primer país en aceptar el Bitcoin como moneda de curso legal y hace dos semanas China anunció la prohibición total de cualquier operación con criptomonedas, ahora es Vladimir Putin el que ha abierto la puerta a que se consoliden como método de pago y divisa estándar para las transferencias internacionales.
En una entrevista con la CNBC recogida por la agencia Bloomberg, el mandatario ruso ha afirmado que las criptomonedas “tienen derecho a existir y pueden utilizarse como medio de pago”. No obstante, al ser preguntado si podrían empezar a utilizarse en las exportaciones de petróleo, gas u otras materias primas, Putin ha opinado que es prematuro elevarlas a ese nivel porque “las criptomonedas aún no están respaldada por nada”. “Me parece todavía es demasiado pronto para hablar de eso. Veremos cómo se desarrolla, quizás algún día también sea un medio de acumulación. Vemos que este mercado fluctúa”, ha añadido.
Hasta ahora, el banco central ruso ha seguido una posición similar a la de sus homólogos europeos, centrada en advertir que las criptomonedas son un producto de inversión complejo y muy volátil. No obstante, esta semana el viceministro de Finanzas, Alexei Moiseev, ha rechazado que Rusia vaya tomar una decisión similar a la de China y ha adelantado que el país no vetará las operaciones con criptomonedas a corto o medio plazo.
Las criptomonedas aparecen como opción para Rusia como alternativa al uso de dólar, que Putin denuncia que es utilizado como “un arma” por parte de EEUU. Rusia ha buscado alternativas a la moneda estadounidense desde que se este le impusieran sanciones en 2014 tras la anexión de Crimea. Los defensores de las criptomonedas sostienen que esta tecnología basada en blockchain es ideal para escapar de la supervisión de los bancos centrales, aunque esta característica es también la que provoca que uso sea tentador para los países susceptibles de recibir sanciones económicas del bloque de países occidentales.
Este es también uno de los motivos por los que China está impulsando su propio yuan digital. “China necesita un mecanismo para saltarse el dominio que EEUU puede ejercer sobre el dólar por si las cosas se complican con decide sancionarla o bloquear el comercio internacional”, explicaba en un reportaje en este medio Claudio Feijo, codirector del campus Sino-Hispánico de la Universidad de Tongji (Shangái). “Necesitan desesperadamente un recurso alternativo, ese es el yuan digital”.
China está ultimando las pruebas del yuan digital, que tendrá su primer ensayo a gran escala en los Juegos Olímpicos de invierno que se celebrarán en Pekín en enero de 2022. La Unión Europea también ha empezado los trabajos para estudiar la creación del euro digital en respuesta a las criptomonedas, aunque los expertos avisan que este tipo de monedas impulsadas por los estados tendrán poco que ver con la tecnología que sustenta las criptodivisas, totalmente descentralizada. Por el momento Rusia no ha expresado voluntad de crear su propia moneda digital, pero Putin se muestra activo a dejar que las criptomonedas se desarrollen e incluso utilizarlas de forma oficial en algún momento.