¿Por qué quieren los buscadores acceder al sensor de luz de tu teléfono?
El sensor luminoso del smartphone podría hablar de ti a tus espaldas. Parece algo descabellado, pero Lukasz Olejnik, un ingeniero informático y colaborador habitual del prestigioso World Wide Web Consortium (W3C), no tiene ninguna duda y así lo ha publicado en su blog.
Los sensores de luz que vienen serán capaces de distinguir entre luces rojas, azules y verdes. Precediendo su llegada, el W3C está preparando una API que podrá usarse en todos los navegadores del mercado y que permitirá a las webs acceder a los datos recopilados por los sensores de luz. Firefox ya la incorpora y en Chrome la implementarán próximamente. De Safari aún no se sabe nada.
Una API es un conjunto de herramientas que una empresa o entidad entrega a desarrolladores para que creen aplicaciones para su plataforma, a partir de su código original.
Olejnik, que también hace labores de investigación en el University College de Londres, asegura en su estudio que “las condiciones de iluminación que rodean al usuario ofrecen datos sensibles que le describen a él y su comportamiento”. Se refiere a los puntos de luz de una casa y cómo en base a ellos un programa informático específico sería capaz de mapear la planta de una vivienda, por ejemplo. “Esta información podría después ser usada para saber el tamaño, su número de habitaciones, etc.”.
Que una empresa sepa donde vivimos también revela nuestro nivel adquisitivo, lo que le “llevaría a crear un perfil del usuario asignándole una categoría particular”, según Olejnik. Supongamos que si alguien tiene una casa grande, está sano económicamente. “¿Por qué no enfocar los contenidos basándonos en esta información?”, se pregunta el investigador.
Pero la cosa no queda ahí. Las empresas como Mozilla o Google que incorporen la API permitirán que las webs abiertas desde su navegador tengan acceso a los datos que recopila el sensor de luz. Gracias a ello, muchos anunciantes podrían saber qué hábitos tenemos y así ofrecernos según qué anuncios en determinadas franjas horarias. Imaginemos, por ejemplo, que el sensor de luz sabe que son las 4 de la tarde y al buscar en Chrome, aparezca el anuncio de una cafetería cercana.
El sensor de luz sirve para detectar la luminosidad del ambiente en el que nos encontremos. Recoge datos y los envía al sistema operativo del móvil para que regule de forma automática cosas como el brillo de la pantalla (siempre y cuando tengamos activada la característica). También sabe si estamos o no delante del teléfono y conoce nuestros movimientos en base a los puntos de luz que tengamos cercanos. Es uno más de los muchos sensores que forman parte de nuestro smartphone, como el acelerómetro, el giroscopio, el de proximidad o el magnético.
Problemas derivados del Internet de las Cosas
Olejnik también identifica otro problema derivado de los sensores de luz y relacionado directamente con el Internet de las Cosas. “Los sensores de luz generan consecuencias fascinantes en presencia de otros dispositivos”, dice el investigador.
En el supuesto caso de que una página web consiguiese acceder con suficiente precisión a los datos proporcionados por el sensor de luz de un dispositivo, este podría revelar, en base al sensor de luz de otro dispositivo cercano, si en la misma habitación hay más aparatos y, por tanto, si se encuentran en la misma red. “Aunque esto pueda ser algo rebuscado, es igualmente fascinante”, asegura en su análisis el investigador.
A pesar de todo, Olejnik dice que la incorporación de la nueva API a los buscadores también tendrá algún que otro aspecto bueno. “Los desarrolladores podrán dar rienda suelta a su creatividad”. Así podrán utilizar los datos del sensor de luz para crear nuevas apps y herramientas o mejorar las ya existentes.