Ramón Campayo es el nuevo “memorizador” más veloz del mundo tras ganar por octava vez el campeonato mundial de memoria rápida (speed memory), igualando así al británico Dominic O'Brien, con el mismo número de certámenes logrados.
“Ahora el reto es superarlo”, explica en una entrevista con Efe el campeón mundial de memoria rápida, Ramón Campayo, cuya velocidad de lectura comprensiva es superior a las 2.500 palabras por minuto.
Además de conseguir alzarse con el primer puesto de la competición, obtuvo su plusmarca mundial -de 14.564 pasó a 14.824 puntos- y logró el récord en la prueba de números binarios, memorizando 96 cifras y posicionándolas después mediante un software.
Durante el campeonato de memoria rápida, que se celebra cada dos años y que consta de seis pruebas, los competidores deben demostrar su agilidad mental a través de matrices, figuras geométricas, números binarios o números decimales, reteniendo las cifras en “apenas unos segundos”, asegura.
En la de figuras geométricas, Campayo explica que sin entrenamiento sería “imposible” hacerlo por la dificultad de retener los colores y las formas que “fácilmente” pueden confundirse.
“La concentración, la precisión fotográfica y la capacidad de memorizar es vital para vencer debido a que con un solo error, la prueba es nula”, argumenta.
Después de trece años compitiendo de forma ininterrumpida, admite que se inició en esta habilidad durante la adolescencia pero que el momento de inflexión fue en 2003 cuando ganó su primer campeonato mundial en Alemania consiguiendo la mayor puntuación “jamás obtenida”, con 14.564 puntos.
Su primer récord mundial consistió en memorizar 23.200 palabras en 72 horas. Tras escucharlas una sola vez, había que recordar la posición exacta de cada palabra y su número de orden. Por ejemplo, ¿Cuál es la palabra número 18.327? De 500 palabras escogidas al azar acertó 498 y tuvo dos errores.
“Siempre -afirma- he sido un forofo de la mente y me interesa todo lo que esté relacionado con el desarrollo y potencial que tenemos las personas”.
Su entrenamiento se basa en la lectura, la velocidad de procesamiento mental y retentiva, puesto que durante las pruebas no hay cabida para la vacilación, “simplemente hay que focalizar y explotar mentalmente”.
Además, asegura que se puede aprender un idioma “para defenderte” en siete días memorizando el vocabulario, frases cortas y las principales expresiones mediante técnicas de entrenamiento mentales.
Desarrollar la mente es “cuestión de técnica, entrenamiento y concentración”.
Para mejorar las habilidades lingüísticas recomienda conocer bien las herramientas y tener una buena predisposición y, garantiza, en un par de par de días se pueden memorizar hasta mil palabras.
“Si estás preocupado en el resultado de una competición nunca rindes”, aconseja Campayo, que reconoce que no se marca objetivos mientras “vive el presente”.
¿Cómo podemos potenciar la mente?
“Primero hay que confiar en uno mismo, hay que aprender con técnicas como la agilidad en la lectura y la retentiva, que implican la constancia y marcar límites en el entrenamiento para superarlos”.