Amazon lo anunció en octubre del 2013: “Llevaremos la compra a casa con drones”. El servicio se llamaría Prime Air y llevaría el paquete en cuestión en menos de 30 minutos a su destinatario. Sin embargo, casi tres años después, los envíos siguen llegando por mensajero. Pero Jeff Bezos, el CEO de la macroempresa, está decidido a que en futuro próximo la compra de la semana llegue volando y ya está haciendo pruebas para que así sea: primero fueron los EEUU, ahora le toca el turno al Reino Unido.
Serán las primeras pruebas de este tipo en Europa. Amazon ha firmado un acuerdo de colaboración con el gobierno de Theresa May para volar drones de entrega en pequeñas parcelas de zonas no urbanas del Reino Unido. La Civil Aviation Authority (CAA) ya ha dado permiso a Bezos para que trabaje sobre tres parcelas: las operaciones más allá de la línea de visión, el sorteo de obstáculos y en vuelos en los que una persona opere múltiples drones.
Durante las pruebas, Amazon no podrá cargar pesos superiores a 2,5 kilos en los drones ni hacer que vuelen más de 122 metros por encima del suelo. La legislación actual en Reino Unido dice que estos aparatos no se pueden volar a menos de 50 metros de una persona o un edificio; 150 metros si se trata de una zona urbana. Además, tienen que permanecer siempre en la línea de visión del piloto, en un rango de visión que no exceda los 500 metros.
Sin embargo, como apuntan desde el departamento de Comunicación de la AESA (Agencia Estatal de Seguridad Aérea), “una cosa son las pruebas y otra que puedan volar”.
¿Qué dice la ley en España?
Ningún país de Europa permite volar drones sobre zonas urbanas. Tampoco EEUU, aunque hace un mes y medio, la Administración Federal de la Aviación (FAA) estadounidense adoptó una nueva legislación para permitir a Amazon y Google los vuelos de prueba en espacios no urbanos. A diferencia del Reino Unido, los drones pueden transportar una carga de hasta 25 kilos, han de permanecer a la vista del piloto sin su ayuda y cada vehículo no tripulado debe disponer de su propio piloto.
El pasado abril, en Chiba (Japón) un dron fue capaz de transportar varios cartones de vino y leche desde un punto a otro de la localidad. Es el único precedente que se tiene hasta la fecha de un dron de entrega sobre una zona urbana. Pero la AESA recuerda que “en España, a día de hoy, no está permitido el vuelo de drones sobre ciudades, sobre aglomeraciones de personas y sobre un espacio aéreo controlado”.
Este panorama se espera que cambie con la entrada en vigor de la nueva ley de drones en España. Aún sin fecha, el borrador de la AESA permitirá el uso de drones en espacios urbanos, aunque con limitaciones. Sin embargo, desde la Agencia aseguran que “para aplicarla, primero ha de haber unos avances a nivel de seguridad y tecnológico que aún no existen”. Actualmente, el uso de drones en nuestro país está regulado por un Real Decreto de julio de 2014.
Según la nueva ley, los aparatos tendrán que pesar menos de 10 kilos, el piloto deberá tener un carnet de uso y el permiso de la Subdelegación de gobierno y no se podrán volar a más de 120 metros de altura. Además, el piloto tendrá que ver al dron en todo momento y no se podrá separar más de 100 metros.
Amazon prepara el futuro (pero lejano)
“No comentamos nuestros planes de futuro”, cuenta Amazon a eldiario.es en respuesta a si sería posible ver en nuestro país vuelos de prueba al estilo del Reino Unido y EEUU. Desde la AESA dudan de que esto se convierta en una realidad, al menos en un futuro próximo: “Va a tardar bastante tiempo. A nivel de seguridad, la tecnología no está desarrollada. Además, independientemente de la seguridad aérea, está el tema de la seguridad nacional y el derecho a la privacidad”.
Nada que a Amazon le incomode demasiado: en julio del año pasado desveló un plan que pasaba por conseguir un espacio aéreo propio en el que sus drones volasen entre 60 y 120 metros del suelo y donde la velocidad estaría limitada a los 60 kilómetros por hora. Lo anunció durante una convención de la NASA en California.
Un año después hemos sabido que la empresa de Bezos patentó el mes pasado un sistema para que sus drones puedan repostar en farolas y postes urbanos. Las estaciones estarían colocadas, como si de un nido se tratase, sobre torres de telefonía y otros elementos urbanos de las ciudades. Algo sobre cuya utilidad la AESA también duda: “Tú no puedes mandar un dron desde la Castellana hasta Pozuelo de Alarcón si no va el piloto con él. ¿Cómo mandas la señal sin que interfiera nada? La tecnología no es segura a ese nivel: pasa un coche con un inhibidor de señal y el dron se cae”. Y concluyen: “El futuro no va a ser 2017: el de Amazon no es un futuro inmediato”.