Moscú, 19 abr (EFE).- Hace hoy 50 años la Unión Soviética lanzó al espacio la Saliut, un ingenio automático con una masa de 19,8 toneladas que inauguró la era de las estaciones orbitales.
La primera estación espacial fue lanzada el 19 de abril de 1971 desde el cosmódromo de Baikonur, y cinco días más tarde la nave Soyuz-10, con tres cosmonautas a bordo -Vladímir Shatálov, Alexéi Eliséyev y Nikolái Rukavíshnikov- se acopló a ella.
Sin embargo, el acoplamiento no fue completo y no garantizó el hermetismo de la unión entre la Soyuz y la estación, por lo que cinco horas después la nave tripulada se desenganchó y, tras sobrevolar la Saliut y fotografiar su puerto de atraque, regresó a la Tierra.
Durante un mes y medio, la Saliut orbitó el planeta en régimen automático hasta que el 7 de junio la Soyuz-11 se acopló con éxito a la estación, que se convirtió así en la primera plataforma orbital tripulada.
Los cosmonautas Gueorgui Dobrovolski, Vladislav Volkov y Víctor Patsáyev permanecieron 23 días en la estación, en la que realizaron una serie de pruebas y experimentos científicos.
La misión terminó trágicamente: durante el descenso la cápsula se despresurizó bruscamente, lo que causó la muerte de sus tres ocupantes.
La Saliut, que marcó el comienzo de toda una serie de estaciones espaciales, estuvo en órbita un total de 176 días hasta que fue hundida el océano Pacífico en modo controlado el 11 de octubre de 1971.
La estación tenía 16 metros de longitud y 4,15 metros de diámetro en su lugar más ancho, mientras sus dos compartimentos herméticos tenían una volumen total de 100 metros cúbicos.
El quincuagésimo aniversario de su lanzamiento ha coincidido con el anuncio de Rusia de que a partir de 2025 abandonará el proyecto de la Estación Espacial Internacional (EEI).
El plazo de explotación de la EEI, que comenzó a construirse en 1998, expira en 2024, pero varias fuentes sugirieron previamente la posibilidad de extender su vida útil hasta 2030.
De acuerdo con la cadena Rossiya 1, la decisión de abandonar la EEI fue aprobada el pasado 12 de abril durante una reunión del presidente ruso, Vladímir Putin, con dirigentes de la industria espacial del país, donde también se abordaron los planes de Rusia para la construcción de una estación orbital propia“.
“Si se adopta esa decisión, será extremadamente costosa. Creo que en diez años saldrá en un billón de rublos (unos 13.000 millones de dólares/10.800 millones de euros)”, declaró a la agencia oficial rusa RIA Nóvosti el experto Andréi Ionin, miembro de la Academia Rusa de Cosmonáutica.