Conocida con el nombre de Douyin en China, Tik Tok es una red social que pese a no ser famosa sí es masiva: superó los 35 millones de descargas en iPhone 2018 y se ha situado por delante de Instagram, Facebook o Whatsapp. Es una de las grandes novedades de 2019 y su crecimiento promete ser exponencial. Nos adentramos en la herramienta para ver qué la hace tan popular.
La democratización del videoclip
La música tiene un protagonismo esencial en Tik Tok. La explicación detrás de esto es que la empresa detrás de Tik Tok, Bytedance, compró este verano Music.ly, la famosa aplicación musical de adolescentes por un precio de entre 800 y 1.000 millones de dólares. Tik Tok mantiene muchas de las características que tenía Music.ly por lo que el trasvase de usuarios no ha sido traumático.
Una de las funcionalidades que permite Tik Tok es poder ver qué canción está siendo usada en el vídeo e incluso consultar qué otros vídeos utilizan dicha pieza y se han popularizado. Así nos encontramos conque “Adictiva” de Daddy Yankee se usa tanto como para simular un videoclip donde las protagonistas hacen playback, en una coreografía danzada de una chica en su casa, en una serie de trucos con un balón de fútbol o en un vídeo para ilustrar una acción de parkour destacada.
Doblaje: el arte de interpretar a otros
Además de dar la posibilidad de hacer pequeños videoclips de las canciones del momento, Tik Tok ofrece la posibilidad de llevar a cabo doblajes de fragmentos de películas, programas de televisión, radio, etc. Nos encontramos ante un género inesperado que a diferencia de MadLipz (que fomenta el doblaje de escenas famosas de series, películas o vídeos de Internet) aquí se proporciona la banda sonora para ser ilustrada con una imagen. El resultado es de nuevo un juego en cadena en el que los usuarios se divierten experimentando y a creando su propia versión de una misma secuencia de doblaje, practicando a su vez técnicas que hasta ahora permanecían exclusivas de los profesionales del sector del doblaje.
Edición con aspecto profesional en pocos minutos
Una de las principales características de Tik Tok es la variedad de herramientas con las se puede editar un vídeo. Además de añadirle una banda sonora (canciones u otros tipos de audios) la aplicación de recupera la 'edición secuenciada' que era posible en Vine. El resultado es que, a diferencia de en Instagram donde ahora ya sí se pueden subir varios Instastories consecutivos pero no se puede editar cada uno de esos vídeos de 15 segundos, aquí vemos muchos vídeos con edición frenética en tan solo 15 segundos (aunque la aplicación permite subir hasta 1 minuto).
Además, Tik Tok permite aplicar distintos efectos a la imagen (cambio de velocidad, simular zooms, vibración, texturas) que sorprendentemente no suelen resultar horteras y que pueden ser ejecutados en los momentos del vídeo que se desee. Esto está provocado que algunos usuarios desarrollen una destreza que a buen seguro utilizarán en sus futuras carreras como creadores de contenido.
Choque generacional: el rechazo de algunos Youtubers
La media de edad de los usuarios de Tik Tok es de las más bajas que hay en el mercado. Según datos de la propia plataforma, el pasado mes de Octubre más del 50% de los usuarios tenía menos de 24 años. Dicho porcentaje se va casi hasta el 75% si ampliamos hasta los 30 años la edad. Hay claramente un sesgo generacional en el uso de la herramienta.
Curiosamente, algunos de los Youtubers destacados de la escena española que en algún momento seguro que habrán sufrido la incompresión por parte de ciertas audiencias más tradicionales porque éstas no entendían ni sus códigos ni sus referencias culturales, cargan ahora irónicamente contra los usuarios y las tendencias que surgen de Tik Tok.
Adaptación local
La explicación al hecho de que la herramienta haya tenido una expansión tan rápida en determinados contextos se encuentra en la estrategia de la compañía. Como aseguran los profesores de la IMD Business School Michael Wade y Jialu Shan en 'The Conversation', una de las claves del éxito de TikTok reside en que se ha enfocado en atraer a audiencias locales específicas.
En la práctica esto funciona de la siguiente manera: la aplicación te permite acceder a un determinado repertorio de canciones y contenidos sonoros. Sin embargo, prioriza aquellos que son virales en los mercados locales. Esto, sumado al algoritmo que nos va mostrando contenidos en el interfaz de la app aunque no sigamos a nadie y a la tendencia para hacer memes y juegos en cadena por parte de los usuarios, hace que el uso de Tik Tok se expanda con contenidos propios de las comunidades locales.
De hecho, en España ya existen usuarios destacados de la plataforma. Twinmelody son dos gemelas vascas, Paula y Aitana Etxeberría y llevan a cabo coreografías y versiones de canciones de grandes artistas. Acumulan casi 6 millones de seguidores en Tik Tok y también son populares en Youtube. Laura López (conocida como @lauralp21) lleva a cabo playbacks de música latina. Acumula ya 2,1 millones seguidores. Mónica Morán, conocida como @monismurf en la aplicación cuenta ya con más de 1 millón de seguidores. Además de hacer playbacks es muy conocida por sus transiciones. Uno de los pocos chicos entre el listado de las personas más seguidas en España es Jan Cutillas, que sube sketches a la plataforma.
Una generación que interactúa con lo mediático de forma orgánica
Tik Tok no deja indiferente a casi nadie. En los países orientales, donde su penetración es mayor y lleva más tiempo ya ha habido reacciones. Por un lado, el propio Gobierno de Indonesia declaró que la aplicación promovía “contenidos inapropiados y pornografía”. La escritora china Zhang Qifang, a pesar de haber nacido en 1995, declaró críticamente sobre Tik Tok: “Es el opio del siglo XXI, un obstáculo para el desarrollo del ser humano. Si quieres destruir el futuro de un chaval, deja que se descargue la aplicación. Es un algoritmo que devora tu tiempo con contenido vacuo. Ofrece orgasmos breves y repetitivos que insensibilizan. Y reducen al mínimo la capacidad de atención de la gente”.
Parece evidente que la hipersexualización de la identidad propia, la espectacularización del día a día y la búsqueda de un entretenimiento aparentemente acrítico son algunas de las características principales en el uso de herramientas de este tipo. Sin embargo, otra realidad parece imponerse de forma innegable: está emergiendo una generación que coquetea con pasmosa naturalidad con lo mediático, demostrando unos niveles de alfabetización digital y competencias narrativas que no se enseñan ni en colegios, ni en institutos y en algunos casos ni siquiera en la universidad.