[OJO: este texto está lleno de spoilers]
Termina la icónica saga ideada por George Lucas y culminada por J.J. Abrams con “El ascenso de Skywalker”. En teoría y según han asegurado en más de una ocasión los directivos de Disney, quién ostenta los derechos desde 2012, la saga termina, no así el universo de ficción.
A partir de ahora, presumiblemente se centrarán en ahondar en historias y personajes que suceden en el arco narrativo que va desde el nacimiento (como personaje) de Anakin Skywalker (episodio I) hasta la muerte de Ben Solo (episodio IX). Star Wars no nació en una época donde existieran las redes sociales pero es evidente que sí nació como un fenómeno de masas.
Tras 42 años, Star Wars forma parte de la cultura popular de varias generaciones y se ha convertido en una máquina de generar gastos e ingresos donde conviven cómics, videojuegos, películas, juguetes, parques de atracciones y, cómo no, memes. Incluída la última película de la saga, claro.
Los memes casi siempre son un reflejo no dirigido de la conversación que genera un producto cultural. Y al igual que hay muchos tipos de fans, hay muchos tipos de memes. En el caso de “El ascenso de Skywalker” podríamos categorizarlos en tres grandes grupos:
- los memes que representan el espíritu del fan y no cuestionan la película
- los memes que toman una imagen de la película para hacer una broma sobre la vida diaria
- los memes que se hacen eco de las críticas de la película
Dejando de lado por un momento a quienes representan su experiencia emocional a través de los memes (como sucede en los 'vídeos de reacción' que tanto abundan en Youtube) y a quienes hacen comparaciones tan imaginativas como Kylo Ren como si fuera gato-mojado-enfadado, existe una corriente de memes que se han sumado a lo que apunta esta crítica de Francesc Miró: para algunos espectadores, “El Ascenso de Skywalker” tiene desarreglos de guión producto de querer contentar a los fans más nostálgicos.
Nunca sabremos si de forma orquestada para rescatar esa nostalgia o en un intento de conectar con audiencias más jóvenes que viven de comunicarse con gifs y memes, pero uno de los memes más virales que han aterrizado en los últimos tiempos desde el imaginario de Star Wars ha sido el denominado “Baby Yoda”.
'Baby Yoda' es como se conoce a un personaje que aparece en la serie “The Mandalorian”, estrenada recientemente por Disney Plus. A pesar del sobrenombre, no es ‘Yoda de joven’. La historia sucede después del Retorno del Jedi (episodio VI, en el que Yoda muere). Tiene 50 años y por tanto podría ser hijo/a de Yoda y Yaddle (un personaje de la misma especie que Yoda que sí aparece en las películas de Star Wars, aunque como figurante).
'Baby Yoda' parece haberse convertido claramente en una herramienta de marketing para generar memes cutes y enganchar a una generación a la que quizás la nueva trilogía no cautivara tanto como sí lo hicieron a los hoy cuarentones y cuarentonas que viven seducidos por la original de Star Wars (smart move, Disney). Pero los memes no son inocuos: también pueden ser conservadores o transformadores, pueden marcar tendencia y pueden cambiar el rumbo social o político.
Así pues, la fuerza es intensa en los fans, desde luego. Los mercados lo saben. Rian Johnson, director de la controvertida “Los últimos Jedi” ya realizó unas declaraciones en las que se distanciaba de esta pleitesía al fan: “Creo que abordar cualquier proceso creativo tratando de satisfacer a los fans sería un error que probablemente conduciría al resultado exactamente opuesto”, dijo Johnson en una entrevista. Su tesis es que tratando de contentar al fan más ruidoso en redes, se puede tomar decisiones que sean malas para una historia.
En una época en la que compañías como Disney seguramente cuenten con equipos que rastrean la red para tratar de entender cómo reaccionan las hordas de fans para así poder diseñar mejores productos, esta declaración parece establecer un diálogo directo de confrontación con “El ascenso de Skywalker”, en la que Abrams precisamente parece querer contentar a los fans. Y en esa idea de los fans como parte esencial de la construcción de las historias, llama la atención lo sucedido con el personaje de Rose Tico.
Tal y como comenta el periodista Alberto Corona, la historia de Rose (personaje representado por la actriz Kelly Marie Tran) es paradigmático: de ser una pieza clave en 'Los últimos Jedi' y salvar a uno de los protagonistas, Finn), a ser acosada en redes por parte de los fans más reaccionarios y tóxicos: aquellos que la atacaron por ser mujer, asiática, no tener un cuerpo de belleza normativa y en última instancia, por formar parte de lo que se consideró en su momento como un error de guión por culpa de querer imponer la diversidad en la historia.
Esta guerra cultural llegó al punto de que se llegó a editar un montaje sin mujeres de “Los último Jedi”. Hoy en día no podemos saber si Disney y Abrams han sucumbido a esta guerra, desplazando al fondo del escenario y del guión el personaje de Marie Tran, o si se ha tratado de una petición expresa de la propia actriz, queriendo preservar su salud física y mental ante tanto acoso.
Lo que es seguro es que Star Wars seguirá generando memes y seguirá siendo objeto de guerras culturales. Es lo que todo producto cultural contemporáneo produce. La pregunta que se abre es, ¿se actualizará el mito de Star Wars para adaptarlo a los conflictos que hoy son clave social y políticamente? ¿o tratará de permanecer 'neutral', anclada a la trilogía original y a su modo de mirar el mundo?