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Varsavsky lanza unos robots “autónomos” para el reparto a domicilio que aún no lo son tanto

Goggo Network, la empresa fundada y dirigida por el polémico empresario Martin Varsavsky, ha presentado este martes sus robots “autónomos” de reparto a domicilio. Recorrerán desde ahora las calles de Alcobendas, al norte de Madrid, tras recibir licencia del Ayuntamiento y varios meses de envíos de prueba desde un supermercado Dia, su primer cliente. “Por primera vez en España un robot autónomo hará entrega de un pedido real de un supermercado”, ha presumido la compañía.

Los robots son pequeños carritos rectangulares de aproximadamente un metro de largo, medio metro de ancho y unos 70 centímetros de alto. Cuentan con espacio interior al que se accede por una portezuela en la parte superior donde el empleado coloca el pedido. A continuación la máquina lo transporta hasta el portal de la casa del cliente (no sube escaleras), que puede confirmar su recepción y abrir el compartimento a través de una app. La pantalla frontal del robot dibuja unos ojos que representan felicidad y se va.

Los robots solo hacen un reparto por trayecto. Dia ha sido el socio inicial para ponerlo en marcha, mientras que Goggo ya ha llegado a un acuerdo con Telepizza para utilizarlos para repartir en la zona de operaciones habilitada en Alcobendas. La compañía asegura que otros socios se sumarán al servicio próximamente. Los robots siguen en pruebas, pero ya están en fase de negocio.

El eslogan de Goggo es que los robots son “autónomos”, pero la realidad es que aún no lo son tanto. Cada vez que cruzan un paso de cebra la máquina se para y espera a que un empleado de Goggo tome el control de ella. Este activa las cámaras, observa los semáforos si los hubiera, y lo maneja por control remoto hasta llevarlo a la otra acera.

“Ningún robot es 100% autónomo”, han explicado a elDiario.es fuentes técnicas de la empresa mientras el robot hacía un recorrido de demostración para los medios gráficos y las cámaras de televisión, ya que el anuncio de Goggo ha suscitado gran interés. “Siempre va a haber una persona supervisando detrás, también por cuestiones de seguridad”, detallan. Es una de las razones por las que Goggo defiende que estos robots no van a suponer la desaparición de puestos de trabajo sino que van a crear “empleo de calidad”.

Las fases del recorrido en las que el robot circula sin ser controlado directamente por una persona han venido precedidas de un trabajo de mapeado de las calles de Alcobendas que ha durado varios meses. La localidad madrileña es un buen campo de pruebas para esta tecnología ya que cuenta con aceras de cuatro metros de ancho, lo que facilita que el robot esquive a los viandantes y tenga espacio para cederles la prioridad, como tiene programado.

El centro de Zaragoza será otro cantar. El casco histórico de la capital aragonesa será la siguiente zona donde se podrán ver estos repartiendo a estos robots. Goggo está mapeándola desde hace tres meses. En caso de que en una acera no haya espacio para el paso del peatón y el robot en paralelo, el robot se parará y esperará a que la persona pase. Si esto no es posible (“nos pasó con una persona que estaba descargando unos palés”, han explicado los ingenieros de la empresa), el robot da marcha atrás y busca una ruta alternativa.

Las máquinas de Goggo no pueden subir escaleras ni bordillos. Al lado del Dia donde se han hecho las pruebas y empezarán a operar los robots hay un bordillo ineludible en muchas de las rutas de reparto, por lo que se ha instalado una rampa metálica para que pueda salvarlo. Roberto Fraile, concejal de Innovación de Alcobendas, ha avanzado a este medio que “el proyecto está aún en una fase muy inicial y no hay previstas más actuaciones de este tipo”.

En este sentido, otra de las zonas grises del proyecto es la responsabilidad vial de los aparatos. Goggo explica que han contratado un seguro por cualquier percance que puedan ocasionar al moverse por la ciudad, pero quien debe asumir la responsabilidad por los accidentes de vehículos autónomos es un melón legislativo que España y la UE no han abierto.

“Hay que crear un campo regulatorio que oficialice y establezca ciertas normas para la implementación de este tipo de proyectos. Estamos coordinados con Madrid, que está haciendo lo mismo”, ha expuesto a los periodistas Aitor Retolaza, alcalde de Alcobendas (Ciudadanos).

Para el uso de las aceras es el Ayuntamiento donde vayan a operar los robots el que tiene que conceder la licencia. “Esto se puede hacer porque por las aceras no hay ningún problema y hemos establecido los mecanismos de seguridad y de protección de comunicación de la Policía Local de Alcobendas. Aunque adelanto que estamos hablando con el Consorcio de la Comunidad de Madrid y con la DGT para determinadas soluciones que van a ir por carretera, por las calles, y la legislación que todavía tiene que adaptarse”, ha añadido Retolaza.

80 robots por zona para ser rentable

Varsavsky no ha acudido a la presentación de los robots de reparto. Por lo que se sabe sigue en España, aunque ha amenazado con irse del país si se aprueba el impuesto a las grandes fortunas. No es la primera vez que el empresario, que fomenta una imagen de emprendedor nómada, anuncia que deja España. Ya lo hizo en septiembre de 2020 entre quejas por las altas cifras de contagios. Se definió como “refugiado del COVID” después de pasar las cuarentenas en una finca de Menorca.

Varsavsky, de origen argentino, se hizo rico tras fundar Jazztel. Desde invierte en un gran número de proyectos relacionados con la tecnología. Además de Goggo, con el que quiere automatizar los repartos de última milla, también es la cara visible de una empresa que quiere robotizar la fecundación in vitro. No ha vuelto a tener un éxito como el de Jazztel. Según ha explicado Sara Nicolás, jefa de Asuntos Exteriores de Goggo, la empresa necesitaría montar flotas de “80 robots por zona de reparto” para empezar a ganar dinero.

Las operaciones con Dia y Telepizza comenzarán con cinco unidades. Goggo no diseña ni fabrica los robots, sino que los compra a otros proveedores. Su propuesta de valor es la plataforma tecnológica para gestionarlos y automatizarlos. Entre sus planes, han avanzado, está el lanzamiento de furgonetas autónomas.

Lo que Goggo no teme demasiado es el posible vandalismo o robo de los robots. Argumentan que sería casi imposible para una sola persona llevárselo (pesan más de 60 kilos) y están plagados de sensores, cámaras y están geolocalizados por satélite en todo momento: “No tendría demasiado sentido”.