Los casos donde los teléfonos de gama alta no han estado a la altura

En ocasiones, más dinero no implica mayor fiabilidad. Es el caso del Pixel 2 XL, el último smartphone presentado por Google para competir contra grandes pesos pesados como el iPhone X o el Samsung Galaxy Note 8. Aunque la empresa ha optado por abandonar la fabricación de móviles de poco más de 200 euros y coquetear con la gama alta, algunos usuarios advierten sobre un fallo en su pantalla: el “efecto quemado”.

Como explican en la página especializada Android Central, solo ha sido necesaria una semana de prueba para que el Pixel 2 XL empezara a mostrar fallos relacionados con su pantalla, como zonas quemadas o descoloridas. Está relacionado con los paneles de tipo OLED, los cuales se “queman” tras un desgaste de los diodos que la componen. Cuando ocurre, la imagen comienza a tener problemas para refrescarse y provoca la superposición de elementos gráficos.

“Las quemaduras son típicas de pantallas viejas, pero eso no debería ocurrir en un smartphone nuevo de alta gama”, cuenta Dave Lee, corresponsal de tecnología de la BBC. Por su parte, Google ha remitido a eldiario.es un comunicado donde explican que la calidad de su pantalla “está en línea con la de otros teléfonos inteligentes prémium” y que “no debería afectar al usuario normal y cotidiano”. Aun así, aseguran que harán “actualizaciones continuas de software para optimizarlo más”.

El inconveniente surge en el momento menos indicado, justo cuando la compañía ha pasado por lo que algunos definen como la “manzanización de Google”. Del mismo modo que Apple, ahora sus dispositivos están orientados a usuarios alejados de la gama baja o media, como sí podía ocurrir cuando lanzaron el Nexus 4.

El público objetivo del Pixel 2 XL son aquellos que buscan aspectos como la mejor cámara del mercado, la pantalla más realista y la batería más duradera. Pero la excelencia tecnológica tiene una dificultad añadida: la exigencia de los usuarios aumenta. Las empresas prometen la excelencia tecnológica, pero estas premisas no siempre se cumplen.

¿Están los fabricantes a la altura? No siempre. Apple, Samsung o HTC, son solo algunos de los que, junto a Google, han tenido dificultades con teléfonos vanguardistas que al final resultaron no serlo tanto. Pasamos a detallar algunos de los casos más destacados.

Samsung Galaxy Note 7, el móvil que explota

El Galaxy Note 7 no alcanzó la fama mundial por ser un teléfono premium, sino por convertirse en el primer 'teléfono bomba'. El sobrecalentamiento provocó situaciones como la de Brian Green, que durante un vuelo hacia Baltimore comprobó cómo su móvil se veía envuelto en llamas. Como consecuencia, Internet se llenó de memes, el modelo tuvo que dejar de ser producido y la empresa sufrió una de sus mayores caídas en bolsa. Tras semanas de crisis, la compañía hizo públicos los resultados de una investigación que revelaba que los móviles explotaban por un fallo en su batería. 

iPhone 6 y su modo “plegable”

Con el iPhone 6, Apple consiguió construir el teléfono más delgado del mundo con una pantalla de casi cinco pulgadas. Conseguir un grosor de 6,9 milímetros parecía un logro, pero se terminó convirtiendo en un inconveniente. El móvil era tan estrecho que algunos usuarios comprobaron cómo su chasis se doblaba con muy poca presión, algo que podía suceder mientras estaba metido en el bolsillo.

Otros fabricantes como LG se mofaron de aquello, pero la tendencia a hacer móviles cada vez más delgados provocó que todos padecieran el mismo mal. ¿La respuesta de Apple? Que “solo 9 usuarios se habían quejado” y que cuando sucedía se debía a un mal uso por culpa del consumidor.

HTC One M9, forjado en Orodruin

El HTC One M9 no llegaba a estallar como el Note 7, pero era capaz de superar los 50 grados centígrados. Además, con su superficie de aluminio podía incluso provocar quemaduras en las manos.

En este caso no estaba relacionado con la batería, sino con el procesador Snapdragon 810 fabricado por Qualcomm. Después de conocer el caso, la compañía taiwanesa lo solucionó con una actualización que reducía la temperatura del dispositivo. No pudieron hacer milagros, pero al menos ya se podía sostener.

Nexus 6P, cuando Google fue denunciada por fraude

El Nexus 6P es un terminal de 2015 construido por Google en colaboración con Huawei que estaba a medio camino entre la gama alta y media (salió al mercado con un precio de 649 euros). No obstante, bajo su caparazón blanco escondía problemas de reinicios constantes que no fueron solucionados por ninguna de las dos empresas responsables de su producción. Por ello, el bufete de abogados Chimicles & Tikellis presentó una demanda colectiva ante un tribunal de Texas contra la publicidad engañosa  y para defender las garantías de los consumidores.

¿Cómo sujetar un iPhone 4?

El caso apodado como Antennagate fue valorado por CNN como el fracaso tecnológico más importante del año 2010. Al poner la mano sobre una zona del terminal (sobre todo los zurdos), este perdía toda la señal de cobertura y obligaba a hacer malabares para recuperarla. La solución, según Steve Jobs, pasaba por “no sujetar el teléfono de esa manera”.

Más tarde, Apple tuvo que hacer frente a una denuncia colectiva que le obligó a subvencionar a los usuarios afectados con una funda para solucionar el inconveniente o a reembolsar 15 dólares.

Un iPhone 4S simpsonizado

simpsonizadoTras las repercusiones con la cobertura, en el siguiente modelo de la empresa de Cupertino tuvieron especial cuidado con las bandas que aumentaban su señal. Sin embargo, la controversia empezó a ser otra: del Antennagate pasó al Yellowgate.

Según medios como el Washington Post, algunos usuarios denunciaron el color amarillento de la tecnología Retina que, para Jobs, ofrecía “la imagen más precisa, vibrante y de mayor resolución que jamás hayas visto en un móvil”.

A pesar de que algunos inconvenientes son más graves que otros, la lista de smarphones premium afectados es innumerable. Los mejores dispositivos pueden tener la tecnología más excelente del momento, pero a veces la innovación también conlleva asumir riesgos que pueden transformarse en errores. ¿El próximo? De momento, expertos de Wired ya dudan sobre las capacidades del reconocimiento facial empleado en el iPhone X. En un futuro, quizá tengamos que hablar una función revolucionaria, o bien, de FaceIDgate.