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Verificadores de todo el mundo acusan a YouTube de tolerar bulos y negacionistas

Difusores de bulos en Youtube

Carlos del Castillo

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“No vemos un esfuerzo real por parte de YouTube a la hora de aplicar políticas que aborden el problema. Por el contrario, YouTube permite que actores sin escrúpulos utilicen su plataforma como un arma para manipular y explotar a otras personas, y para organizarse y recaudar fondos”. Es la denuncia de 85 medios de verificación de todo el mundo, que han hecho pública una carta enviada a a Susan Wojcicki, CEO de YouTube, para denunciar que su plataforma no hace lo suficiente para frenar la desinformación tras dos años de pandemia.

“Como red internacional de organizaciones de verificación, nos dedicamos a observar cómo se difunden las mentiras en Internet, y cada día comprobamos que YouTube es uno de los principales canales de desinformación del mundo”, revelan estas organizaciones en la misiva. Entre las firmantes están Maldita.es, Newtral y Verificat, los tres principales factcheckers españoles.

La plataforma de vídeo propiedad de Google ha sido uno de los principales nichos de desinformación sobre el coronavirus. Desde la extrema derecha, los negacionistas o los antivacunas, hasta ufólogos o personas que achacaban la pandemia a una maniobra de los illuminati, los vídeos con bulos sobre el origen del virus o la enfermedad han sido virales en YouTube. Los contenidos subidos a YouTube y compartidos luego en Facebook fueron la gran autopista de desinformación de la primera ola.

Falta de control en lenguas no inglesas

En su carta a Wojcicki, los verificadores avisan que esa situación no ha cambiado y es especialmente grave en los vídeos que no están en inglés, donde los controles de YouTube son “especialmente” reducidos. Uno de los ejemplos que citan es el auge de Médicos por la verdad, una organización negacionista “que comenzó en Alemania, saltó a España y se extendió por América Latina, todo ello a través de YouTube”.

Además, recuerdan los innumerables vídeos en griego o árabe que llamaban a hacer boicots a las vacunas o la viralización de contenidos en Brasil que llamaban a la violencia contra colectivos vulnerables. “Los ejemplos son demasiados para llevar la cuenta. Muchos de esos vídeos y canales siguen activos a día de hoy y todos se colaron a través de los controles de YouTube, especialmente en los países de habla no inglesa y del Sur global”, escriben las 85 organizaciones.

El debate de eliminar contenidos

El problema, destacan los factcheckers, es que la plataforma ha llevado el debate a la disyuntiva sobre si deben borrar esos vídeos o no. “De este modo, YouTube evita la posibilidad de hacer aquello que realmente funciona: nuestra experiencia como verificadores y la evidencia académica demuestran que dar contexto con información contrastada es más eficaz que eliminar contenidos”.

Incluir información de contexto es una de las cuatro medidas que las organizaciones firmantes de la carta piden a YouTube. Las otras son aumentar la transparencia sobre cómo se distribuye y gestiona el problema de la desinformación en la plataforma; “actuar contra los desinformadores reincidentes que producen contenidos que se señalan constantemente como desinformación e información errónea, en particular aquellos que monetizan esos contenidos dentro y fuera de la plataforma”; y mejorar los esfuerzos destinados a frenar los bulos que no se distribuyen en inglés.

Youtube: “Solo el 0,21% de las visualizaciones son de contenido infractor”

De manera interna, YouTube clasifica los contenidos tóxicos en dos categorías. En una encuadra a los vídeos “infractores”, aquellos que violan sus políticas y son retirados. La segunda es la que llama “contenidos límite”, que son los que no llegan a cruzar la línea de lo que la compañía considera tolerable pero se quedan muy cerca de ello y pueden ser considerados parte del problema.

En un comunicado enviado a elDiario.es, Elena Hernández, portavoz de YouTube, ha explicado en un comunicado enviado a elDiario.es que los “contenidos límite” representan aproximadamente un 1% de las visualizaciones globales de YouTube “y sólo alrededor del 0.21% de las visualizaciones son de contenido infractor y que después retiramos”. Teniendo en cuenta el consumo de YouTube a nivel mundial, esas cifras representan miles de millones de visualizaciones para contenidos tóxicos.

En cualquier caso, desde la plataforma recuerdan a las organizaciones firmantes que “la verificación de hechos es una herramienta crucial para ayudar a los usuarios a tomar sus propias decisiones informadas, pero es una pieza de un rompecabezas mucho más grande para hacer frente a la desinformación”. Hernández recalca que YouTube ha “invertido fuertemente en políticas y productos en todos los países en los que operamos para conectar a las personas con contenido de fuentes autorizadas, reducir la propagación de desinformación que roce los límites y eliminar videos infractores”.

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