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El dato incómodo sobre la viralidad del vídeo de Nueva Zelanda: solo 200 espectadores en directo, millones de cuentas lo compartieron después

El terrorista de Nueva Zelanda emitió su atentado en directo por Facebook. Hablamos de uno de los contenidos más violentos y explícitos que se recuerdan difundido en la red social más multitudinaria del mundo. El impacto y difusión de ese vídeo no tiene tanto que ver con el hecho de que se retransmitiera en directo, sino con la voluntad de compartirlo de otras personas.

Es lo que dicen los datos de Facebook. Solo 200 personas vieron el atentado de Christchurch en directo a través de la red social, que luego fue reproducido, descargado y compartido miles de veces hasta ser emitido por medios de comunicación digitales, televisiones y foros digitales de todo tipo.

La copia original de uno de los vídeos más vistos del año solo tuvo relevancia en Facebook durante el tiempo que Brenton Tarrant, el asesino, estuvo 'en el aire'. Solo 200 presenciaron realmente el directo. Unas 4.000 personas vieron el vídeo original antes de que fuera eliminado.

Tuvieron que pasar 29 minutos desde el comienzo del streaming para que alguien decidiera denunciar lo que estaba viendo: esta persona mandó su reporte 12 minutos después de que la emisión en directo terminase. Facebook también asegura que “antes de ser alertados por el vídeo, un usuario en 8chan [un foro de Internet] publicó una URL al vídeo en un sitio de intercambio de archivos”. Compuertas abiertas.

Después, la red social lo identificó mediante Inteligencia Artificial para que cualquier copia subida tras la eliminación del primer vídeo fuera borrada automáticamente. Durante las primeras 24 horas del ataque, 1,5 millones de cuentas intentaron volver a subir el clip a Facebook, que fue bloqueado una y otra vez.

Un ataque diseñado para convertirse en viral

La matanza de Christchurch fue diseñada para que se convirtiera en viral. Tarrant planeó el ataque con una cámara GoPro en su cabeza y, como explica Delia Rodríguez a eldiario.es, “no se puede hablar del atentado sin hablar del vídeo”. La periodista, autora del libro Memecracia, considera que el clip habría saltado a la opinión pública de una forma u otra.

“Aunque solamente hubiera sido emitido para dos personas, esas dos personas no sé si lo hubieran difundido, pero habrían hablado de él y eso habría sido suficiente”, continúa. Facebook asegura que solo 200 personas lo vieron en directo, liberándose así de la carga de haberlo convertido en viral. Sin embargo, Rodríguez no cree que esto sea determinante: “Es imposible que un contenido así no sea noticia o no se haga viral: es incontrolable. La viralidad, al final, es una cuestión de nodos”.

La masacre fue emitida a través de Facebook, se subió a los pocos minutos a foros de Internet como Kiwifarms, Reddit o 8chan, se intentó republicar en YouTube una y otra vez y apareció en cientos de páginas como LiveLeak y otras de intercambio de archivos. La reacción en cadena fue mayúscula y el vídeo saltó de mirror en mirror hasta dar la vuelta al mundo. ¿Habría cambiado algo que ningún medio de comunicación, ninguna televisión o ningún gran foro de Internet hubiera publicado el contenido?

“'Viral' es solo una etiqueta que los medios han gastado de tanto aplicarla a estupideces y que cuando toca utilizarla para explicar cosas serias nos suena ridícula, cuando no lo es”, continúa Rodríguez. “Otra cosa es si los medios de comunicación e Internet desensibilizan a las audiencias a través de la sobreexposición, pero este es un debate tan viejo como la televisión, y que tiene muchos matices”, explica la periodista.

Los medios y las plataformas

“Hay una fina línea que es muy subjetiva y nunca sabes cuando se cruza”, sostiene Esteban Mucientes, marketing manager en Microbio Comunicación. El experto en redes sociales considera que los medios “jugaron un papel crítico a la hora de viralizar el contenido”, pero no cree que fuera decisivo.

A Rodríguez no le sorprendió el comportamiento de ninguna de las partes implicadas: “Facebook emitiendo el vídeo en directo porque no tienen una censura previa, los medios hablando del asunto y la gente, porque siempre hay un porcentaje de personas interesada en este contenido, publicando, republicándolo y viéndolo”. No fue la primera vez que vimos morir a alguien en directo y, como apunta la periodista, “no será la última”.

Ya sabemos que son principalmente humanos y no máquinas quienes censuran los contenidos en Facebook. Mucientes se pregunta si la red social “no aprendió nada” de las otras muertes emitidas por Facebook Live en el pasado: “Igual ese control de contenidos, ese control de los datos del cual se jactan a la hora de vender la plataforma como parte de su estrategia de ingresos, de la publicidad y de todo lo que sabe de sus usuarios, debería aplicarlo para este tipo de situaciones”.

Mientras tanto, Zuckerberg asegura que la compañía se moverá en el futuro hacia el contenido efímero y cifrado, más rápido, que entre y salga de la plataforma a las pocas horas. “Dentro de lo inevitables que van a ser estas situaciones, las legislaciones nacionales tendrán que vigilar muy de cerca el comportamiento de las plataformas”, dice Rodríguez.

Tras el ataque, los usuarios intentaron subir el vídeo más de 1,5 millones de veces a la red social, aunque sin éxito. La compañía también asegura que calificaron los tiroteos como “ataques terroristas”, lo que significa que “cualquier oración, apoyo o representación de los eventos viola las Políticas de la Comunidad”. Además, eliminaron la cuenta del tirador de Facebook e Instagram y están “identificando y eliminando de forma activa cualquier cuenta impostora que aparezca”, explican. Pero ya es tarde: lo viral se volvió obsesivo y el morbo consumió a las audiencias.