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Trump insiste en sus insultos a las mujeres en su guerra contra los medios

Es el tuit que se ha pasado de la raya. Donald Trump volvió a meterse este jueves con los presentadores de un programa de noticias de la mañana de la cadena MSNBC Joe Scarborough y Mika Brzezinski, a los que rebautizó “Psycho Joe” y “Crazy Mika”, y no se sabe muy bien cómo, acabó diciendo que había visto la cara de esta última “sangrar” a consecuencia de un “lifting” reciente.

El tuit ha sido unánimemente criticado. “No creo que este sea un comentario apropiado” ha declarado el jefe de la mayoría conservadora en la Cámara de Representantes, Paul Ryan. “Este tuit no es digno de un presidente” ha añadido el senador republicano Lindsey Graham.

Es el último episodio de las cada vez más tensas relaciones entre la Casa Blanca y los periodistas.

Las cosas van tan mal que un periodista de Playboy (sí, eso existe) ha tenido que enfrentarse a uno de los portavoces del gobierno para defender –“heroicamente” subrayó un medio estadounidense- la libertad de expresión.

El incidente ocurrió hace unos días, durante el briefing diario del equipo de Donald Trump. No estaba Sean Spicer, su portavoz, pero sí su número dos, Sarah Huckabee Sanders (hija de Mike Huckabee, ex gobernador de Arkansas y ex rival de Trump en la carrera presidencial). La responsable de comunicación animó a los presentes a ver un vídeo “que podía o no ser fiable”, realizado por el controvertido activista ultraconservador James O’Keefe, en el que un productor de la CNN se quejaba de su propio medio.

Sanders aprovechó el dudoso vídeo (filmado sin el consentimiento del prodcutor) para acusar una vez más a la CNN de propagar “fake news”. Un nuevo ataque ocurrido después de que la cadena tuviera que retractarse de una noticia en la que aseguraba que el Congreso estaba investigando a un fondo ruso por su presunta vinculación con personas cercanas a Trump, entre ellas Anthony Scaramucci, asesor del presidente estadounidense. La noticia resultó no ser del todo cierta y tres reporteros del canal tuvieron que dimitir.

Trump aprovechó la ocasión para arremeter de nuevo en uno de sus tuits contra la CNN, las tres grandes cadenas de televisión (NBC, ABC, CBS) el New York Times y el Washington Post, “todos son Fake News!”. Sanders hizo lo propio. “Es una vergüenza para toda la prensa”, dijo ante los periodistas.

Ahí es cuando intervino Briam Karem, corresponsal de la revista Playboy en la Casa Blanca. “Si nosotros (la prensa) no lo hacemos bien la audiencia puede cambiar de canal o no leernos”, le dijo a la portavoz, “pero ustedes han sido elegidos por cuatro años. Y no hay otra opción. Estamos aquí para hacerles preguntas y ustedes para contestarlas”. Karem, nuevo héroe de los medios, contó luego el episodio a la cadena MSNBC: “no me gusta que me acusen de ser deshonesto”, dijo para justificar su tenso intercambio con Sanders.

La tensión también viene de la decisión de Sean Spicer de prohibir la presencia de cámaras en algunos de los briefings diarios.

Como respuesta el Washington Post ha decidido publicar las transcripciones íntegras de las ruedas de prensa. La CNN ha colgado un audio, “62 segundos en los que Sean Spicer no contesta a ninguna pregunta” para ilustrar el nivel de tensión que se vive en los briefings. La cadena ha llegado a mandar a un retratista especializado en juicios para poner en evidencia a Spicer.

“Algunos días habrás cámaras y otros no” se ha limitado a decir el portavoz de Trump. Ha justificado su decisión argumentando que no quiere quitarle protagonismo al presidente, no se sabe si en referencia a las devastadoras parodias que le ha dedicado el Saturday Night Live (gracias a la incomparable Melissa McCarthy).

Según la revista The Atlantic, el estratega de Trump, Steve Bannon, tenía otra explicación, bastante más prosaica: “Sean ha engordado”, ha sentenciado Bannon, sin dar más explicaciones. Se habla mucho de que Spicer podría ocupar otro puesto en el equipo de comunicación.

Algunos de los predecesores del portavoz tampoco estaban muy a favor de la presencia de cámaras en la exigua sala de prensa de la Casa Blanca. Estimaban que le quitaban contenido al intercambio, pero la decisión del equipo de Trump parece obedecer a otro criterio: el de limitar considerablemente el acceso de la prensa a la información del gobierno.

La asociación de corresponsales de la Casa Blanca se ha quejado, aunque de momento los principales medios estadounidenses –incluidos el Times y el Post- han decidido acatar las nuevas reglas. De momento.

Es el tuit que se ha pasado de la raya. Donald Trump volvió a meterse este jueves con los presentadores de un programa de noticias de la mañana de la cadena MSNBC Joe Scarborough y Mika Brzezinski, a los que rebautizó “Psycho Joe” y “Crazy Mika”, y no se sabe muy bien cómo, acabó diciendo que había visto la cara de esta última “sangrar” a consecuencia de un “lifting” reciente.