La tableta es el dispositivo que marca el ritmo en Estados Unidos. Un informe de la consultora Pew Internet & American Life Project, publicado la semana pasada, señala que un 42% de los estadounidenses poseen en enero de 2014 esta herramienta tecnológica, lo que representa un aumento de ocho puntos con respecto a septiembre de 2013 y hasta 18 puntos más que en noviembre de 2012. La encuesta fue realizada a 1.005 personas a comienzos de este mes de enero.
Santa Claus ha sido el encargado de llenar los hogares de este dispositivo que sigue marcando distancias sobre el e-reader desde que se produjera el punto de inflexión en diciembre de 2011. Hoy por hoy, un 32% de usuarios de EEUU poseen un lector. No obstante, este aparato de lectura tampoco pierde toda la estela, puesto que también sus consumidores han aumentado en ocho puntos en relación a septiembre de 2013.
Las nuevas tabletas de Microsoft, como Surface Pro 2 –que constituye un híbrido entre el PC y la tableta (con sistema operativo Windows 8 / 8.1)–, Samsung Ativ Tab 7 y Samsung Galaxy Note 10.1 se han convertido en las más populares en un país en que el iPad Air ocupa ya la octava posición entre las preferencias.
De hecho, en septiembre del año pasado, un informe de ABI Research ya destacaba que el sistema Android había superado por primera vez a iOS (Apple). Las ventas de iPads alcanzaron los 12.700 millones de dólares, lo que implicó una caída del 17% con respecto a 2012 cuando la empresa de Steve Jobs ocupaba la posición de liderazgo.
“Apple necesita innovar para mandar al mundo real lo que este necesita”, dijo entonces Jeff Orr, director de ABI Research. Y lo que el mercado quiere se lo está proporcionando Android con un sistema abierto y con la posibilidad de estar en diferentes dispositivos, también aquellos que proceden de países emergentes.
Si bien la innovación se está produciendo en el terreno de las tabletas, los e-readers parecen quedarse algo descolgados. En 2013, sólo el Kindle Paperwhite resultó ser una verdadera novedad para los expertos en este mercado, ya que incorporaba un procesador más rápido y una mejor iluminación. Entre los más populares se situaron también el Nook Glowlight (no está a la venta en España) y el Kobo Glo, que posee una batería que dura hasta 70 horas, el máximo en el mercado.
Esta diferencia entre las posibilidades de una tableta –su uso abarca mucho más que la lectura–, las innovaciones en el diseño y también la bajada en el precio (hasta un 17% con respecto a 2012) decanta cada vez más la baraja hacia estos dispositivos, aunque la consultora alemana GFK también ha alertado que en 2014 habrá una caída en la compra de estos aparatos de un 1% a nivel mundial, debido precisamente a los precios más bajos en los países asiáticos.
¿Y qué sucede en España? Más o menos se sigue la tendencia de Estados Unidos. Samsung se ha convertido en la líder, seguida de Apple y BQ. Pero aún no ha bajado el ritmo en la venta de e-readers, y menos con la incorporación de los aparatos de Kobo. Según la consultora GFK, en 2013 se vendieron 755.800 e-readers en España, un 8% más que en 2012, aunque el pronóstico es que en 2014 estas ventas se ralenticen.
Perfil del usuario: hispano
El informe de Pew Internet & American Life Project también revela el perfil del usuario de la tableta y del e-reader. Ambos son muy coincidentes: priman los altos ingresos (por encima de los 75.000 dólares anuales) y son utilizados por hombres y mujeres en porcentajes muy similares. Ahora bien, mientras que la tableta es un producto mayoritariamente joven (entre 18 y 50 años), el e-reader abarca un campo de edad mucho más amplio, lo que indica que es un producto más específico y que se hace menos eco de otros que también tengan que ver con el ocio, como los discos o las películas, consumidos preferentemente por jóvenes.
También hay otro dato que destaca y es que la tableta ha alcanzado un alto nivel de ventas entre los hispanos, que superan a los blancos. De hecho, mientras que el 45% de los hispanos afirman poseer una tableta, sólo el 18% reconoce tener un e-reader. Las tiendas online han movido ficha para atraer a estos lectores y hoy Amazon posee 70.000 títulos en español; y Barnes & Nobles, 65.000.
No obstante, a pesar del incremento del parque de dispositivos, los consumidores admiten que su lectura sigue siendo prioritariamente de libros impresos. Así, mientras que un 28% reconoce haber leído al menos un libro digital el pasado año, un 69% lo hizo en papel. El dato relevante es que, si en 2011 un 17% leía libros electrónicos, ahora lo hace un 11% más, mientras que la lectura en papel apenas ha bajado dos puntos en dos años.
Conclusión: la tendencia ahora es leer en los dos formatos. Eso sí, cuando se decide leer un libro electrónico, la preferencia sigue siendo el e-reader (57%) frente a la tableta (55%). El dispositivo que pierde lectores es el ordenador (un 13% menos que en 2011) y el móvil tampoco acaba de despegar (32%, apenas un 4% más que hace dos años).
Precios bajos en Europa
Otro estudio reciente elaborado por la distribuidora Luzme.com analizaba el precio que los lectores prefieren pagar por la compra de sus ebooks. Un debate que en España continúa encendido por el IVA que se aplica a los libros electrónicos (21%) y por el hecho de mantener la ley del precio fijo que imponen los editores en todos los canales de venta. Según esta distribuidora, hay notables diferencias entre las preferencias que se tienen en Estados Unidos y las que existen en Gran Bretaña –dato, por otra parte, extrapolable a España–.
En Estados Unidos, el mayor porcentaje de ventas se concentra en los ebooks de entre 1 y 2 dólares, seguido de los que cuestan entre 2 y 3 dólares. Sin embargo, también hay un repunte entre los que se encuentran a 9 y 10 dólares. Desde esta distribuidora argumentan que la batalla ahora en este país se produce entre las plataformas de suscripción tipo Spotify o Netflix, pero para libros, y que la guerra ya no está en la venta unitaria. Las empresas buscan lectores a partir de los bonos de suscripción, que evidentemente son más caros que lo que cuesta un solo libro.
La batalla por la venta unitaria de ejemplares electrónicos sí está sucediendo en Gran Bretaña, donde, al no tener precio fijo, Amazon y las demás tiendas luchan por conseguir la mayor cuota de mercado. Y esto lleva a los precios a la baja. Así, las mayores ventas se dan entre los ebooks que cuestan entre 0 y 1 libra y entre 1 y 2 libras. A partir de las 7 libras, el mercado es prácticamente inexistente. ¿Les suena? Un asunto a reflexionar en España.