Con motivo del Día Mundial del Reciclador, el Grupo de Investigación de Barcelona sobre los Recicladores Informales –en colaboración con EnvJustice, la Alianza Global de Recicladores y WIEGO– ha publicado un mapa temático de los conflictos socio–ambientales en el Sur Global relacionados con los recicladores informales, cuyos medios de vida corren un mayor riesgo debido a un cambio de política mundial hacia la privatización de la gestión de los residuos que limita su acceso a los materiales reciclables.
Este mapa documenta los conflictos socioambientales que involucran a los recicladores en África, Asia y América Latina. Es una selección de más de 50 conflictos del Atlas de Justicia Ambiental en el que los recicladores, los ciudadanos y los grupos de la sociedad civil están resistiendo y luchando por la justicia social y ambiental. El mapa hace visibles a las crecientes injusticias en el sector de la gestión de los desechos que resultan de las tendencias más amplias de las políticas públicas relacionadas con la privatización, la incineración y la restricción del acceso en el espacio urbano. Los conflictos evidencian quiénes pierden y quiénes se benefician de estos cambios de política, mostrando cómo se privatizan los beneficios y cómo se socializan los costos. Los desechos, que antes eran un bien común de los pobres, se están convirtiendo rápidamente en una mercancía. Los impactos sociales y ambientales de este proceso están estrechamente entrelazados, en particular la contaminación y la pérdida de medios de vida.
El mundo está produciendo continuamente más y más desechos, con los consecuentes graves impactos sobre la salud y el medio ambiente. En las zonas urbanas, los desechos domésticos se acumulan a un ritmo aún más rápido y los vertederos se saturan rápidamente. Las autoridades públicas, en un intento desesperado por gestionar lo inmanejable, aplican nuevos modelos de gestión de desechos que requieren un uso intensivo de capital y tecnología a costa de alternativas más sostenibles desde el punto de vista socioeconómico proporcionadas por los recicladores.
Históricamente, los recicladores se han enfrentado a condiciones de trabajo peligrosas, a la marginación social y a la persecución. Este mapa muestra cómo esta precaria situación se ve ahora empeorada por una serie de amenazas que, a menudo como resultado de cambios en las políticas publicas, limitan su acceso a los residuos reciclables. En lo que sigue se detallan, en primer lugar, las contribuciones ambientales y sociales de los recicladores, en segundo lugar, las amenazas que socavan sus medios de vida, y en tercer lugar, sus formas de resistencia a estas injusticias socioambientales. En tiempos de crisis, las amenazas a los recicladores son amenazas a la humanidad.
Las contribuciones sociales, ambientales y económicas de los recicladores
Los recicladores contribuyen a las economías locales y a la integración de los grupos socialmente marginados, a la salud y la seguridad públicas y a la sostenibilidad ambiental. El sector del reciclaje informal en el Sur Global sostiene el sustento de unos 19 a 24 millones de personas, según la Organización Internacional del Trabajo. Aunque históricamente invisibles, los recicladores de todo el mundo contribuyen a la protección del planeta recogiendo, clasificando y vendiendo los materiales desechados que se encuentran en la recogida puerta a puerta, en las calles, en contenedores y en vertederos. Sus habilidades y conocimientos sobre diferentes materiales como metales, plásticos y papel, les permiten revalorizar, reutilizar y prolongar la vida de los artículos desechados. Sus tasas de reciclaje son típicamente altas, en el rango de 20 a 50 por ciento, a menudo más altas que las logradas por las empresas municipales o privadas. En países como Brasil o Sudáfrica, los recicladores realizan el 90% de todo el reciclaje. En algunos países están fuertemente organizados en cooperativas y asociaciones, lo que les permite expresar sus reivindicaciones ante el público en general, colaborar con la sociedad civil e incluso asumir formalmente los servicios municipales de residuos. En resumen, a pesar de que prestan servicios a la sociedad de forma totalmente gratuita, su trabajo y sus derechos a menudo sólo se reconocen de forma insuficiente.
Los recicladores están bajo amenaza
En el último decenio, las amenazas a los medios de vida de los recicladores en el Sur global han sido desencadenadas por los cambios de política pública, intensivos en capital e impulsados por la tecnología, hacia la privatización y la formalización del sector de la gestión de los desechos urbanos. Podemos identificar tres causas principales de los conflictos: la incineración, la privatización y las restricciones del espacio urbano.
En primer lugar, las tecnologías como la incineración suelen proponerse como soluciones “sostenibles” a los problemas no resueltos de la gestión de desechos, con grandes subsidios públicos como por ejemplo el Mecanismo para un Desarrollo Limpio. El primer incinerador de África se construyó en Etiopía en 2018 con inversión china y tecnología danesa. Se están cuestionando prohibiciones nacionales de la incineración desde Filipinas hasta México. Los incineradores están apareciendo como hongos, pero podrían ser tóxicos. En ciudades como Delhi, los recicladores protestan contra ellos porque no quieren ver quemado su medio de vida, mientras que los ciudadanos temen la contaminación del aire. En términos de cambio climático, mientras los recicladores enfrían la tierra, los incineradores la calientan. El reciclaje siempre es preferible a la incineración.
En segundo lugar, las empresas se han dando cuenta de que los residuos tienen un valor monetario, algo de lo que los recicladores han sido conscientes durante décadas. Esto, por ejemplo, da lugar a la privatización de los vertederos que desplazan a los recicladores, lo que a veces conduce a ataques violentos y a la represión, como en Johannesburgo. El cierre de los vertederos problemáticos ha llevado a menudo a un simple desplazamiento del daño ambiental (por ejemplo, Belém y Río de Janeiro). En general, la privatización y la imposición de criterios formales en la contratación pública de servicios de gestión de residuos municipales han hecho la vida más difícil a los recicladores informales (por ejemplo, en El Cairo y en la Costa del Cabo).
En tercer lugar, las restricciones en el espacio urbano tienen efectos discriminatorios para los recicladores, como la prohibición de los vehículos de tracción animal o humana (por ejemplo, en Porto Alegre y Montevideo) o la instalación de contenedores “antipobres” e “inteligentes” (por ejemplo, en Buenos Aires y Bogotá). En nombre de los modernos, bellos e higiénicos centros de las ciudades, a los recicladores se les niega el acceso a ciertas áreas urbanas, como en Phnom Penh.
Resistencia y movilización por la justicia social y ambiental
Los recicladores se oponen a las políticas que los excluyen de su fuente de sustento: los residuos reciclables. Luchan por los derechos sociales y la integración formal en la gestión municipal de residuos para escapar de las condiciones precarias y peligrosas. Se organizan colectivamente para visibilizar sus servicios ambientales debido al reciclaje, para luchar contra la discriminación y para empoderar a su comunidad. Las mayores movilizaciones se dan en los países de América Latina, pero también en Sudáfrica y la India, entre otros.
La Alianza Mundial de Recicladores, apoyada por la ONG WIEGO (Women in Informal Employment: Globalizing and Organizing), se ha comprometido a apoyar y fortalecer las organizaciones de más de 28 países que forman parte de la red. Su objetivo es integrar a los recicladores como “agentes en los procesos de adopción de decisiones, con el fin de mejorar las condiciones de trabajo de su comunidad, desarrollar actividades de conocimiento y creación de capacidades, y buscar el reconocimiento y la profesionalización de su trabajo”. Las luchas contra la incineración han dado lugar al surgimiento de grupos de la sociedad civil, muchos de ellos integrados en la Alianza Mundial para las Alternativas a la Incineración, que también ha apoyado a los recicladores y a las comunidades que luchan contra la incineración.
Si bien el reconocimiento de las contribuciones de los recicladores está aumentando en algunos lugares, la mayoría sigue enfrentándose a la marginación social y a condiciones de trabajo y de vida muy inadecuadas. A menudo reciben poco apoyo de los gobiernos locales, que en muchos casos no reconocen formalmente la labor y las contribuciones de los recicladores y, en cambio, restringen aún más su acceso a los residuos. Por lo tanto, las luchas de los recicladores por la justicia social y ambiental continúan en varios frentes. Estaremos de su lado!
Autoría
Los autores de este articulo son Nina Clausager, Max Stoisser, Marcos Todt y Federico Demaria. Forman parte del ‘Grupo de Investigación sobre Recicladores Informales’ del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universitat Autònoma de Barcelona, compuesto por Valeria Calvas, Rickie Cleere, Chandni Dwarkasing, Clàudia Torrens Flores y Jahnavi Pai, con el apoyo de Lucía Fernández Gabard, Federico Parra y Pablo Rey Mazón (WIEGO–GlobalRec). Si tiene conocimiento de alguna información importante que nos falta, no dude en contactarnos.