UNRWA es la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Medio. Desde 1949 trabajamos para proporcionar asistencia, protección y defensa a más de 5 millones de refugiados y refugiadas de Palestina, que representan más de la quinta parte de los refugiados del mundo y que actualmente viven en campamentos de refugiados en Jordania, Líbano, Siria y el territorio Palestino ocupado (la franja de Gaza y Cisjordania), a la espera de una solución pacífica y duradera a su difícil situación.
Heridas abiertas en Gaza un año después de la brutal ofensiva israelí
En mayo de 2021 y durante 11 días, se produjo una violenta y terrible ofensiva sobre Gaza por parte de Israel. Los bombardeos acabaron con la vida de cientos de personas, incluidos 66 niños y niñas, y dejaron a unas dos mil personas heridas. Más de 70.000 personas en Gaza buscaron refugio de los bombardeos en las escuelas de la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina (UNRWA). Un año después, las heridas permanecen abiertas.
Las ruinas resultantes de las bombas siguen testificando los ataques. Muchas torres y edificios de las calles principales y secundarias de la franja de Gaza muestran lo que hace un año aconteció. La reparación y mantenimiento de las infraestructuras avanza muy lentamente, como todo en el enclave sitiado.
En el salón, los cuadros con fotos de Nader Al-Ghazali ocupan las cuatro esquinas. Estas imágenes son todo lo que queda de él. “Nuestra vida nunca volverá a ser la misma. Perdí a mi pareja y a mi mejor amigo”, comenta Rabiha Al Ghazali, esposa de Nader.
Nader era sastre y el año pasado por estas fechas, como de costumbre, fue a trabajar a las 9 de la mañana para coser la ropa de sus clientes para el Eid, la tradicional fiesta que marca el fin del Ramadán. Llegó a su lugar de trabajo y abrió su pequeña tienda en la calle Al-Mughrabi, en el centro de la ciudad de Gaza. Fue a saludar a su vecino y amigo, el barbero. Un misil israelí apuntó a un automóvil directamente en frente de la peluquería. Al-Ghazali murió y su amigo resultó gravemente herido, tuvieron que amputarle la pierna.
Nader era padre de cuatro hijas y dos hijos. Solía ââtomar un pequeño desayuno por la mañana, luego se vestía y se iba a trabajar. Regresaba a casa por la tarde para almorzar con sus hijos y después volvía al trabajo hasta medianoche.
La familia sufrió una fuerte conmoción al enterarse de la muerte de Nader. “Mi abuelo escuchó la noticia del ataque en la radio, así que se enteró de la ubicación. Llamamos a mi padre, pero no respondió”, comenta Razan, hija de Nader.
Rabiha, enfermera en el Hospital Alshifa, se encontró ante la nueva realidad de tener que encargarse de todos sus hijos. Tuvo que conseguir dos empleos para poder satisfacer las necesidades de toda su familia: “Todas las responsabilidades recaen ahora sobre mis hombros. Me convertí en padre y madre”.
Rabiha y Razan recuerdan a su Nader cada día de sus vidas. “El Ramadán y Eid me traen muchos recuerdos con papá”. Razan solía ayudar a su padre en su tienda todos los días durante Ramadán y solían permanecer despiertos toda la noche para poder entregar sus pedidos a tiempo. Siguiendo los pasos de su padre, ella mantiene una tienda abierta al mismo tiempo que su madre trabaja duro por su familia.
La franja de Gaza ha sufrido varias brutales ofensivas que ha traumatizado de por vida a sus habitantes que luchan por una vida y un futuro digno. En UNRWA trabajamos para cuidar, apoyar y mejorar las vidas de la población refugiada de Palestina del enclave costero que, una vez más, está en reconstrucción.
En mayo de 2021 y durante 11 días, se produjo una violenta y terrible ofensiva sobre Gaza por parte de Israel. Los bombardeos acabaron con la vida de cientos de personas, incluidos 66 niños y niñas, y dejaron a unas dos mil personas heridas. Más de 70.000 personas en Gaza buscaron refugio de los bombardeos en las escuelas de la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina (UNRWA). Un año después, las heridas permanecen abiertas.
Las ruinas resultantes de las bombas siguen testificando los ataques. Muchas torres y edificios de las calles principales y secundarias de la franja de Gaza muestran lo que hace un año aconteció. La reparación y mantenimiento de las infraestructuras avanza muy lentamente, como todo en el enclave sitiado.